Vanity Fair (Spain)

PRINCESA A SU PESAR

Desciende de una de las familias principesc­as más ricas de Europa, pero renunció a su destino real para casarse con el español Vicente Sartorius. Hoy rompe su habitual silencio para presentarn­os una línea cosmética regia y ecológica.

- Nora de Liechtenst­ein

Su apellido pertenece a una de las familias con más linaje de Centroeuro­pa y, según la revista británica Tatler, es lamonarquí­amás acaudalada­del viejoconti­nente. Pero (Zúrich,

Nora de Liechtenst­ein Suiza, 1950) parece luchar con todas sus fuerzas contra su distinguid­a ascendenci­a. Esta mujer con título de Alteza Serenísima repite hasta el hastío la palabra “normal” para referirse a su vida y andanzas. Hasta para describir el palacio donde se crió, el castillo deVaduz, una construcci­ón del siglo XIII en lo alto de un promontori­o rodeado de árboles centenario­s, se refiere a él “como una casa, peromás grande”.

Nora no lo oculta. No le gusta la prensa. “Se lo inventan todo. Da igual lo que hagas o lo que digas. Me ha pasado veintemil veces. Cuando era joven, me inventaron una relación con el príncipe . Mis padres

Carlos de Inglaterra eranmuy amigos de la reina y del príncipe

Isabel Felipe de . Una vez nos invitaron a una fiesta al Edimburgo palacio de Buckingham y allí fuimos toda la familia. El fin de semana siguientem­is padres invitaron al duque de Edimburgo a una cacería en Austria y ya no hubo forma de parar el bulo. Carlos y yo nos reíamos. Luego lo relacionar­on con

Astrid de . Me decía: ‘Te han desbancado. Ya Luxemburgo no eres la número uno”.

Hoy, esta mujer distante pero educada se somete a este “suplicio” por puro pragmatism­o, como buena alemana. Quiere dar a conocer su línea cosmética, Vivencia Dehesa, un proyecto en el que lleva trabajando tres años y que incluye multitud de productos: cremas faciales (para mujer y hombre), loción de cuerpo, aceites esenciales y jabón de manos. Todo elaborado con plantas curativas y medicinale­s que cultiva de forma ecológica en su finca de Extremadur­a. “Y a un precio muy asequible. Para que las pueda comprar todo el mundo”, asegura orgullosa, haciendo gala de su amor por la normalidad. Me recibe en su casa, un elegante piso en una zona noble de Madrid con una amplia terraza por donde se cuela el cálido sol del invierno. Su cuñada y amiga, , aparece sigilosa en el

Fátima de Guzmán salón y ejerce de inesperada jefa de prensa: “¿Habéis hablado ya de las propiedade­s de las cremas?”, interviene cuando la conversaci­ón se desvía hacia otro lado.

Norberta, su verdadero nombre, es la cuarta de los cinco hijos que tuvieron el príncipe

y la condesa Francisco José II de Liechtenst­ein austriaca . “Era la única

Georgina de Wilczek niña, perono estabamima­da. Me pasaba la vida intentando que mis hermanos me aceptaran”. El principado, una pequeña extensión entre

“ME INVENTARON UNA RELACIÓN CON CARLOS DE INGLATERRA. NO HUBO FORMADE PARAR EL BULO. ÉL Y YO NOS REÍAMOS”

Suizay Austria, pertenecía a la familia desde 1699. “De una punta a otra hay 25 kilómetros. Se puede cruzar el país andando”, describe. Sus padres fueron los primeros Liechtenst­ein en instalarse en el principado, después de que anexionara Austria

Hitler en 1938. Hasta entonces, Viena había sido la residencia principal de la familia. Allí aún poseen importante­s propiedade­s, como el palacio de Liechtenst­ein, una imponente construcci­ón barroca de cuatro plantas con techos de estuco estilo rococó. Como una casa, pero más grande, en efecto.

Más allá de títulos y palacios, Nora es conocida en España gracias a su matrimonio con

, marqués de Mariño, con Vicente Sartorius quien tuvo a su hija Teresa, de 24 años. “Estudió Marketing en Boston y ahora trabaja en Nueva York para , la nieta de

Aerin Lauder ”, cuenta con satisfacci­ón. Estée Lauder La princesa y el marqués se casaron en la iglesia de Vaduz en 1988 en una boda íntima. “Lo pasamos en grande. Cuando salimos de la iglesia, llovía y los Scout formaron un pasillo cubierto por paraguas blancos abiertos. Fue precioso”, cuenta su cuñada mientras Nora posa para las fotos. Un año después, la primogénit­a de Sartorius, Isabel, empezó una relación de tres años con el .Y

príncipe Felipe Nora, a su pesar, se convirtió en aquello que tanto odia: foco de la atención mediática. Pero no hay reproches: “Mi relación con Isabel ha sido siempre fantástica”. Algo parecido ocurrió cuando su sobrina, , vino a estudiar Tatiana de Liechtenst­ein a Madrid y los periodista­s la convirtier­on en la candidata perfecta para casarse con el príncipe. “¡Otro bulo de la prensa!”, zanja. Además de aventurars­e en el mundo de la cosmética, Nora ha dedicado su vida alas acciones solidarias. Estudió Ciencias Políticas en Ginebra, pasó un año en el Banco Mundial en Washington y disfrutó de los locos setenta en Londres, donde trabajó en una ONG de ayuda al desarrollo. Sus creencias religiosas la llevaron a colaborar en Bélgica con un cardenal. En aquel país intimó con los reyes y , Balduino Fabiola que se convirtier­on en grandes amigos: “Gente sencilla y cercana”. Dos de las cualidades que Noramás aprecia.

SU LÍNEA COSMÉTICA ESTÁ ELABORADA CONPLANTAS CURATIVAS Y MEDICINA LES QUE CULTIVA EN SUFIN CADE EXTREMADUR­A

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ARMONÍA Nora de Liechtenst­ein con la hija de su marido, Isabel Sartorius, en los años noventa. A la derecha, Nora fotografia­da en su casa deMadrid. Viste batín, camisa y pantalón, todo de Uterqüe.
 ??  ?? ÁLBUM FAMILIAR De arriba abajo, Nora y Vicente Sartorius el día de su boda en 1988; con su única hija, Teresa Sartorius de Liechtenst­ein; de niña con su madre, la condesa Georgina de Wilczek, en 1955.
ÁLBUM FAMILIAR De arriba abajo, Nora y Vicente Sartorius el día de su boda en 1988; con su única hija, Teresa Sartorius de Liechtenst­ein; de niña con su madre, la condesa Georgina de Wilczek, en 1955.
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