SIN CRISIS DELOSCUARENTA
EL MUSEO PARISINO CELEBRA CUATRO DÉCADAS COMO REFERENTE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN EUROPA Y EL MUNDO Y LO FESTEJA CON EXPOSICIONES EN TODO EL PAÍS
Una “máquina emisora y registradora global”. Así definía Umber to el Centro Eco Nacional de Arte y CulturaGeorges Pompidou en su célebre libro El péndulo de Foucault. ElBeaubourg, laNotre Dame de la Cañería, La fábrica de gas, La refinería, tiene tantosmotes como años. Cuarenta cumplió el 31 de enero, y desde ese día toda Francia se está sumando a los fastos y exposiciones que se sucederán por otras 40 ciudades hasta principios de 2018. Un largo preoperatorio antes de someterse a su segundo lifting. La primera restauración duró dos años (1997-1999); esta última servirá para rehabilitar la fachada y reemplazar la escalera mecánica del exterior, la famosaOruga.
Desde 1977, el centro parisino colecciona récords; el más importante, como museo de arte moderno y contemporáneo mejor de Europa (120.000 obras) y segundo mundial por detrás delMoMA de Nueva York. Se construyó por iniciativa del entonces presidente de la república francesa, Georges , quienmurió Pompidou tres años antes de la apertura. En el concurso internacional se presentaron 681 despachos
EL EDIFICIO ESCANDALIZÓ A LOS PARISINOS, PERO ENCANDILÓ AL MUNDO
de arquitectos. Ganó el diseño firmado por y , quienes
Richard Rogers Renzo Piano plantearon una solución hasta el momento inédita en la arquitectura museística: sacar al exterior las instalaciones que suelen ir detrás de las paredes y los falsos techos y dejar un interior libre para exponer las obras de arte. Entre el mercado de LesHalles y LeMarais, cerca delHôtelde Ville, levantaronun edificio rectangular de 166metros de longitud y siete niveles, con un exoesqueleto metálico de 15.000 toneladas que dejaba ver unorganismointerno lleno de tuberías, cables y andamiajes. Los colores de su estructura seguían un código: amarillo para los circuitos eléctricos, azul para los de la climatización, verde para los conductos del agua y rojo para las escalerasmecánicas y los ascensores. A sus pies, una plaza con el suelo inclinado y vigilada por grandes chimeneas de ventilación como las de las cubiertas de los barcos.
Aquella provocadora arquitectura escandalizó a los parisinos, pero encandiló al mundo. El éxito del Beaubourg fue tan repentino que obligó a instalar un contador para evitar que la afluencia desbordara los límites de peso admisible. En muy poco tiempo, elmuseo se convirtió en el verdadero faro del distrito de Les Halles, donde se instalaron galerías de arte, tiendas demoda, salas de cine y teatro. Todas las capitales artísticas aspiraban a tener una “máquina registradora”. Lo que ocurrió después es conocido: desde la Tate Modern de Londres hasta el nuevo Whitney de Nueva York, las nuevas catedrales del arte imitaron el modelo Beaubourg y su espectacular escala. Sin olvidar al Reina Sofía (MNCARS), que los menos monárquicos bautizaron como Sofidú.