EL OTRO MAYOR TOM
PÁLIDO FUEGO RESCATA ‘HOMBRES EN EL ESPACIO’, LA NOVELA QUE CONVIRTIÓ A TOM MCCARTHY EN EL AUTOR IMPRESCINDIBLE QUE ES HOY “El núcleo argumental de Hombres en el espacio es casi plagio directo a La oreja rota, cómic de Hergé que leí más de 25 veces y que
Esté donde esté ahora Mayor Tom —el errante astronauta del cósmico y sin fronteras David Bowie— una cosa es segura: en su biblioteca modular estelar tiene un ejemplar de Hombres en el espacio, que ahora edita Pálido Fuego, de ese otro gran explorador literario y dos veces finalista al premio Booker: el mayor Tom McCarthy (Londres, 1969).
¿Por qué? Porque McCarthy es tan experimental e instantáneamente clásico como Bowie. Y porque en la ruidosa y polifónica Hombres en el espacio también hay un cosmonauta desorbitado por la rotura de la Unión Soviética y perdido en el espacio; aunque ese espacio sea el de una Europa central decadente, con el muro recién caído, y poblada por una fauna de infraterrestres y aliens. Una “civilización” compuesta por expatriados bohemios, árbitros de fútbol, policías sordos y refugiados políticos, todos a la caza y robo de un icono religioso bizantino a contrabandear desde Sofía a Praga (donde McCarthy trabajó como barman y modelo desnudo). Trama y gente que son aquí, sí, especímenes definitiva e inconfundiblemente marca McCarthy (en cuyo ADN pueden detectarse, bien sintetizados, trazos de Foster Wallace, Cocteau, Borges, Derrida, J. G. Ballard…).
Porque las personas en el mundo según McCarthy son vehículos contenedores de ideas. Y son, siempre, ideas originales, como la de ese ensayo en la que analiza el uso de los excrementos en las páginas de James Joyce.
Leyendo a McCarthy se comprende todo aquello en lo que uno nunca había pensado porque no se sabía de su existencia; o se vuelve a aprender desde un ángulo inédito todo lo que creíamos tener perfectamente claro. Para eso sirve (o debería servir siempre) lo que hemos dado en llamar ficción. Y así sentir, como canta esa vieja canción, que flotamos “de la manera más peculiar” y que “las estrellas hoy lucen muy diferentes”. Tan magníficas como las novelas de ese escritor mayor que es Tom McCarthy.