Vanity Fair (Spain)

EL SEÑOR DE LOS LADRILLOS

El 1 de junio se formaliza la compravent­a del rascacielo­s más famoso de Madrid, después de meses de pugnas. Hablamos con Trinitario Casanova, protagonis­ta de la operación inmobiliar­ia del año.

- – P. SIMÓN

El empresario del momento no lleva traje oscuro ni corbata. Prefiere las americanas estampadas y los pantalones vaqueros. Tampoco pertenece a una de las sagas históricas del Ibex y puede que su nombre no le resultara familiar hasta el pasado mes de julio. Fue entonces cuando Trinitario Casanova (Orihuela, 1964) irrumpió en la operación inmobiliar­ia más mediática de los últimos tiempos: la compra del Edificio España.

“Mi lema es trabajo, trabajo y trabajo. Cuanto más trabajo, más suerte tengo en la vida”, suele repetir. Afincado en Murcia, Trino, como le llaman, empezó a trabajar a los 16 años en el negocio familiar de distribuci­ón y exportació­n de frutas y verduras. A los 22 se casó con Fina Mari Pujante, quien regentaba una joyer ía. Tie - nen dos hijos: Fuensanta, quien vive en Londres, y Trinitario, su mano derecha. Contrajo segundas nupcias en La Manga del Mar Menor con la abogada Natalia Guzmán “el 4 de julio de 2015, día de la Independen­cia de EE UU”. Además de las chaquetas llamativas, le gusta volar en su avión, un Bombardier, a Qatar, donde pasa al menos tres meses al año, o a Nueva York.

En julio de 2016, el Grupo Baraka, que preside Trinitario y cuya actividad se centra en el sector de las inversione­s, anunció que estaba dispuesto a desembolsa­r los 272 millones de euros que exigía el entonces dueño del Edificio España, el hombre más rico de China: Wang Jianlin. La 29ª fortuna mundial según Forbes había comprado el rascacielo­s al Banco Santander en julio de 2014 por 265 millones de euros para convertirl­o en un hotel, un centro comercial y pisos de lujo, pero el Ayuntamien­to de la capital dio al traste con sus planes. La alcaldesa Manuela Carmena se negó a que el presidente del Grupo Wanda demoliera la fachada. Jianlin decidió entonces deshacerse de este coloso de 117 metros de altura construido entre 1948 y 1953 por Julián y José María Otamendi. Entonces entró en juego Casanova, quien ocupa más de 58 cargos en varias empresas.

Para hacerse con “la sociedad propietari­a del edificio, Wanda Madrid”, aclara Casanova, cuenta con Luis y Carmen Riu, hermanos y presidente­s del Grupo Riu, quienes aspiran a regentar un hotel que ocupará 25 de las 28 plantas del inmueble. Desde la compañía mallorquin­a nos confirman que están esperando a que expire el plazo para formalizar la compravent­a antes de mover ficha, este 1 de junio. Tras décadas de abandono y meses de culebrón en las páginas salmón de la prensa nacional e internacio­nal, el destino de la torre que cambió el skyline madrileño está a punto de desvelarse.

“NO COMPRO EL INMUEBLE, SINO LA SOCIEDAD DUEÑA DEL EDIFICIO ESPAÑA”

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ILUSTRACIÓ­N DE P E P E ME D I N A

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