Vanity Fair (Spain)

“HAY UNA VIOLENCIA QUE SE DISFRAZA DE AMABILIDAD. ESA ES LA MÁS DIFÍCIL DE DETECTAR”

-

su infancia. España le encanta, y asegura que ahora que tiene casa en Lisboa quiere pasar la frontera mucho más a menudo. Pero si hay alguien que ama este país es su hija pequeña, Leonie, que ha aprendido a hablar español en el colegio. “En una ocasión, cuando tenía solo cinco años, le dije de broma que no entendía por qué le gustaba tanto España, que es un país muy dramático. Y ella me respondió: “¡Tú sí que eres dramática, siempre vestida de negro!”.

Sin embargo, hay dos cosas de las que a la valiente Bellucci no le gusta hablar. Una es la política. —¿Qué piensa de Macron y de su victoria? —Yo no voto en Francia, porque tengo nacionalid­ad italiana, pero tengo que decir que creo que han elegido a Macron porque querían un cambio y un nuevo aire. —¿Le daba miedo que ganase Le Pen? —No voto en Francia, así que… Y la otra es su matrimonio con el carismátic­o y reconocidí­simo actor Vincent Cassel, a quien conoció durante el rodaje de El apartament­o y con quien estuvo 14 años. Bellucci admitió en una ocasión que para ella la fidelidad no es un valor importante en la pareja. El respeto y estar ahí para el otro sí. Cuando la noticia de su divorcio estalló en 2014, en París la conmoción alcanzó cotas propias de Brangelina.

—Hace tres años que se divorció. ¿Cuál fue la peor parte de la separación y dónde diría que está ahora?

—Ya me he divorciado en dos ocasiones [estuvo casada de 1990 a 1991 con el fotógrafo Claudio Carlos Basso]. Liz Taylor lo hizo ocho veces. Me quedan seis [se ríe]. —¿Y las aprovechar­ía? —¡Estoy bromeando! Pero tienes que estar abierto a la vida, como le digo siempre a mis hijas. No importa lo que os haya pasado en una historia de amor o en una de amistad, hay que estar siempre abierto a que te sucedan cosas, abierto a vivir. No puedes tener miedo a volver a involucrar­te, porque entonces vives en una caja.

—¿Es usted una persona capaz de estar sola o necesita tener siempre pareja?

—Estar solo es necesario. Y a veces al pasar de una historia a otra no te da tiempo para comprender. La distancia te permite pensar cuáles fueron los errores, por qué tomaste ciertas decisiones…

Bellucci admite que con la edad ha aprendido a disfrutar más de la libertad personal. “Yo he sido económicam­ente independie­nte desde que era muy joven, pero hay un proceso en el que las mujeres nos damos cuenta de que tenemos valor por nosotras mismas, no porque pertenezca­mos a un padre, una madre, un novio o un marido…”.

—Supongo que también saber lo que uno quiere en las relaciones es un proceso.

—Lo que buscas cuando tienes 20 años es muy diferente de lo que persigues cuando tienes 40, y estoy segura de que es muy distinto de lo que quieres a los 60. Ese uno de los motivos por los que a veces pierdes a una persona que ha sido muy importante en tu vida, construyes algo y luego la vida te transforma… —¿Tiene una nueva relación con alguien? —Sí.

Yaquí se termina este capítulo de nuestra conversaci­ón, porque no quiere decir quién es esa nueva persona ni qué novedades aporta a su vida. Sin embargo, durante la entrevista explica que sus hijas hablan portugués porque han vivido en Brasil, que es donde reside su padre, Vicent Cassel. “Han viajado muchísimo, pero yo siempre he estado con ellas y creo que eso es importantí­simo. Se me quedó grabada en la mente la frase que me dijo una vez un coach: ‘Asegúrate de que no haces sentir a tus hijos que tu trabajo es más importante que ellos”, explica con un aire tierno. Bellucci siempre toma como referencia a sus propios padres, quienes en todo momento estuvieron muy cerca de ella: “Son ellos los que te dan el sentido de tu propia belleza o fealdad. Si te miran con amor, sientes que eres bello; si no te dan ese tipo de amor, nunca te sentirás bello. Me he encontrado a tantas mujeres guapas en mi vida, las más increíbles, pero muchas de ellas no se daban cuenta porque nadie les enseñó a verlo”.

—De todas maneras, hubo una época en la que todo el mundo, aparte de sus padres, podía ver que usted era muy bella. ¿Fue un problema para usted en su juventud?

—Hay un momento en la película de Kusturica que Costa, el personaje que interpreto, le dice a Vlada, el personaje masculino: “La belleza solo me ha dado problemas y me ha mostrado lo feo que hay en la gente”. No sé si es verdad; pero si la belleza exterior no recibe oxígeno desde dentro, no es nada.

—¿Cuando era más joven le daba miedo la forma como los hombres la miraban?

—He sido muy afortunada. Toda mujer alguna vez en su vida puede verse en una situación desagradab­le y no es fácil. Yo, cuando me ha ocurrido, he podido resolverlo bien. —¿Tiene estrategia­s para espantar a los moscones? —La verdad es que la violencia te puede llegar de la manera más sutil. Hay una violencia que es obvia, pero también la hay de otro tipo, mucho más peligrosa, que es la que se disfraza de amabilidad. Esa es la más difícil de detectar.

—¿Le ofenden los piropos? ¿Cuál es el más bonito que le han dicho nunca?

—Me gustan si no son vulgares. El mejor que me han dicho es una palabra que no existe. No es italiano, francés ni portugués. La dijo mi hija un día que me vio en bañador y exclamó: “¡Mamá, estás explosante!”. �

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain