EL ARTISTA NO ESTARÁ PRESENTE
Vuelve Margiela. El diseñador protagoniza una muestra 10 años después de su adiós.
es invisible. Pero, como el oxígeno, vital”. Así definió Jean-Louis Dumas, el CEO de Hermès que lo fichó para comandar la casa francesa entre 1997 y 2003, a Martin Margiela (Lovaina, 1957). El diseñador que agitó la industria de la moda en la década de los noventa, la de los logos y las supermodelos, con su firme apuesta por la experimentación y el anonimato, jamás ha concedido entrevistas y apenas circula un retrato suyo, tomado furtivamente entre las bambalinas de un desfile.
Una década después de su retirada, el Palais Galliera auspicia la primera gran exposición en París consagrada en exclusiva al genio belga. Margiela / Galliera 1989-2009 propone un recorrido cronológico por la marca que fundó en París en 1988, tras su paso por Jean Paul Gaultier. “El montaje subraya el sentido y la lógica del personaje, a pesar de su figura anónima, con anécdotas inéditas y explicaciones exhaustivas sobre su trabajo”, señala el comisario Alexandre Samson. Entre el centenar de objetos que ha seleccionado destaca “un viejo maniquí XXXXL del que te reirías si lo ves en un mercadillo, pero que motivó sus investigaciones sobre la silueta oversize”, comenta. Margiela sustentó su enseña en la deconstrucción, el reciclaje… y el misterio. “Como es usual, no acudirá a la inauguración”, zanja su curador.
Si en 2016 se inspiró en sus fastuosas noches y el año pasado en sus jardines, Victoire de Castellane completa su tríptico dedicado a
Versalles con una colección de alta joyería para Dior que abunda en los secretos de alcoba de la corte. Piedras preciosas “en colores tan misteriosos como una seda antigua” ensamblan piezas únicas, extravagantes… y tan sinuosas como los pasadizos secretos que conducían al rey hacia sus amantes.