“Es mi cuadro. No es de España y puedo hacer con él lo que quiera” (Jaime Botín)
sostiene el fiscal, existe un email previo, donde se habla de la preparación de la autorización, que confirma que el cuadro estaba en la residencia de Botín.
“Es un error que cometió la casa de subastas — insiste el abogado de Botín—. Es verdad que el propietario había autorizado a Christie’s su solicitud, porque pensó que se trataba de un trámite más de la documentación”. Sin embargo, desde los cuarteles generales en Londres, responden con rotundidad: “Christie’s Spain pide cientos de licencias de exportación cada año y siguió la práctica estándar en esta solicitud. No ha habido ninguna insinuación de que se haya podido cometer alguna irregularidad por parte de Christie’s”, dice Emma Cunningham a propósito de la fase de instrucción que ha enviado a Botín al banquillo.
Si el Picasso se encontraba buena parte del tiempo en un astillero inglés, donde invernaba el Adix, ¿por qué Botín decidió que fuera Christie’s Spain y no su sede en Londres, a través de su amigo Jussi Pylkkänen, la que catalogara y subastara directamente la obra? Pudo tratarse de un despiste o de un error de bulto de alguien que posee una colección de arte que podría protagonizar una muestra permanente en el Centro Botín de Santander.
En octubre de 2015 Botín declaró al diario The New York Times: “Es mi cuadro. No es un cuadro de España. No es un tesoro nacional y puedo hacer lo que quiera con él”. Lo declaró a pesar de que en 2013 una resolución del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, fijó la inexportabilidad del Picasso como medida cautelar hasta la pertinen- te declaración de bien de interés cultural. Y pese a que solo unos meses antes, en marzo y mayo de 2015, dos sentencias de la Audiencia Nacional confirmaban esa prohibición de exportabilidad. Esta decisión está recurrida ante el Supremo por Botín y está suspendida hasta que se resuelva la vía penal, que atañe al supuesto delito de contrabando, el más grave y que tiene como escenario los puertos de Valencia y Córcega.
Tras la Pista del Picasso
Desde enero de 2013 Jaime Botín navegó en su goleta con el cuadro de Picasso a bordo. De hecho, el 24 de enero de 2013 envió a un notario para acreditar la presencia del lienzo en el Adix, de bandera británica. Si para el banquero la obra era simplemente suya, para el Patrimonio Histórico el cuadro era único y para el Museo Reina Sofía era de excepcional importancia. Tras las sentencias de inexportabilidad de la Audiencia Nacional, Cultura se dirigió al Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil para rastrear el paradero de la tela. La UCO entró en escena en mayo de 2015.
Ppero precisamente, tras la declaración de inexportabilidad en mayo de 2015, en el mes de junio hubo una inspección fiscal aduanera del velero cuando estaba atracado en el puerto de Valencia. El control se hace para ver si se están transportando objetos de forma ilícita. Se detalla todo lo que hay en el barco:
muebles, obras de arte, comida, bebida… Picasso no ocupaba su lugar habitual, una hornacina en la biblioteca. En la declaración de los bienes que estaban a bordo, el capitán no incluyó Cabeza de mujer joven, pero sí otras obras de arte. Se trató de una inspección rutinaria de la Guardia Civil, pero, según el fiscal, Botín tenía la intención de sacar el lienzo ilícitamente del país y había dado instrucciones a su capitán para que ocultara a las autoridades la presencia de la obra en el barco. El abogado de Botín, Rafael Mateu, se revuelve: “Eso no es verdad, no se intentó ocultar el cuadro a la Administración, que estaba al tanto de los movimientos de la goleta. Lo que pasó en Valencia no fue un registro judicial y, además, no hay ninguna obligación de detallar el mobiliario”.
El Adix siguió su derrota por aguas mediterráneas y en julio atracó en el puerto de Calvi. El Picasso iba a bordo. Jaime Botín había contratado los servicios de NetJets para volar con el cuadro el 31 de julio de 2015 de Calvi a Ginebra. Esta empresa de aviación privada (socia patrocinadora de la feria Art Basel) cuenta entre su flota con el Cessna Citation Latitude, un avión para siete pasajeros con una autonomía máxima de 5.077 kilómetros y siete horas. Un modelo parecido al que tuvo en propiedad Botín hasta 2014 y por el que también está procesado por fraude fiscal. Según la Fiscalía de Delitos Económicos, el banquero compró el jet privado por 10.7 millones de dólares en 2012 y, “para eludir el pago del impuesto de matriculación del avión, algo más de un millón de euros, creó con otras tres personas un entramado de empresas en Portugal”. Con este caso se ha estrenado en la defensa penal de Botín Javier Gómez Bermúdez, el exjuez de la Audiencia Nacional que el pasado verano solicitó la excedencia voluntaria para incorporarse como socio del área Penal del despacho Ramón y Cajal. Desde allí replican: “No es ningún entramado, es una sociedad”.
La calurosa mañana del 31 de julio, tan calurosa como cualquier otro día de julio en Calvi, los servicios aduaneros franceses hallaron en el Adix el cuadro, cuidadosamente embalado y listo para ser expedido. Según las diligencias del juez instructor, tres amigos de Jaime Botín declararon que habían visto el Picasso en el velero durante sus estancias veraniegas en años anteriores y uno de ellos afirmó que también lo había visto en territorio español. Durante la instrucción del caso se filtró a la prensa un informe pericial del Ministerio de Cultura que afirmaba que un yate en el mar no es el lugar apropiado para la conservación de una obra de arte, por su balanceo inestable y por la posible agresión salina y el alto nivel de humedad circundante.
La UCO no aclara si se procedió con orden judicial durante la intervención de la goleta de Botín en Córcega. Este extremo es importante y se está juzgando ahora mismo en Francia. La Corte de Casación (el Tribunal Supremo francés) le ha concedido el derecho a Botín a recurrir la aprehensión del lienzo en el puerto de Calvi y Mateu confía en demostrar que la incautación se realizó sin orden judicial. La Guardia Civil fletó un avión del cuerpo que partió de la base de Torrejón rumbo a la isla de Córcega a las siete de la mañana del 10 de agosto con un equipo formado por seis agentes, acompañados por una restauradora del Reina Sofía, un conservador de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español —organismo consultivo del Ministerio de Cultura— y un operario de la empresa SIT, especializada en el transporte de obras de arte.
Ese mismo día regresaron con el cuadro, que llegó al Reina Sofía como un alto dignatario internacional, escoltado por una docena de vehículos policiales.
Picasso en el Mercado
En el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, Francisco Calvo Serraller, catedrático de Historia del Arte Contemporáneo, explica el valor de Cabeza de mujer joven en términos de mercado. Caminando junto a las costuras de un tapiz de 1958 de Las señoritas de Avignon, curiosa versión textil que forma parte de la última exposición sobre Picasso que ha comisariado, apunta: “Si el cuadro pertenece al Patrimonio Histórico, como cree el Estado español y no el propietario, entonces vale muy poco. Si ese cuadro sale al mercado de arte internacional, entonces su valor se multiplica por 1.000”. El director del Museo del Prado entre 1993 y 1994 completa la explicación en términos de arte: “Cabeza de mujer joven es muy importante para que Pablo Picasso acabe pintando, por ejemplo, Las señoritas de Avignon. No es una de las obras más hermosas del periodo Gósol, pero en cualquier caso su cotización internacional es muy elevada”.
¿Fue temerario el empeño de Botín de trasladar el Picasso a Ginebra? Aunque considerara que su obra de arte nunca había pisado suelo español ni había salido de su círculo privado en el Adix, yate con puerto base en el sur de Inglaterra, sabía de la prohibición de mover el cuadro que regía en España y del riesgo al que se exponía.
Enese momento, cuando Jaime Botín quiso transportar su Picasso a puerto franco de Ginebra, la pintura más cara vendida en una puja era Mujeres de Argel (versión O): un Picasso subastado en 2015 por Christie’s. El responsable de la sala golpeó con el martillo cuando la cifra alcanzó el récord mundial de los 160 millones de dólares. Ese mismo lienzo había sido vendido en 1997 por 31 millones de dólares, el doble de lo estimado inicialmente. En tan solo 18 años, el valor del Picasso se multiplicó por cinco. Hemingway le dijo una vez a la periodista Lillian Ross que a uno deberían conocerlo por los enemigos que tiene. ¿Tiene enemigos Jaime Botín?, se preguntan en el entorno próximo al empresario y recuerdan los artículos que él ha publicado en El País (diario propiedad del Grupo Prisa, del que es accionista el Banco Santander. Jaime Botín fue vicepresidente de la entidad entre 1999 y 2004). Insinúan que el procesamiento de Botín responde a la mordacidad del multimillonario contra la deriva reaccionaria del Gobierno del Partido Popular. En uno de sus artículos, Botín compara al Ejecutivo de Rajoy con el Tea Party del Partido Republicano de EE UU, “los herederos del Ku Klux Klan”. Se trataría, dicen, de un ajuste de cuentas o de una bomba de humo: “Que se hable de Botín para que no se hable de las tramas de corrupción endémica del PP”.
Perola verdad es que estamos ante un proceso que se resolverá con algo tan sencillo como demostrar que el cuadro estuvo o no en España tras 2006. El juicio oral se prevé para después del verano y cabe recurso. Se alargará. Mientras los tribunales deciden si el lienzo regresa con su propietario o pasa a dominio público, Cabeza de mujer joven luce sus más de 100 años en un cuarto oscuro del Museo Reina Sofía, sin que Botín ni nadie lo visite. �