PERMÍTASE UNA LICENCIA:
USE GUANTES DE TUL. SIÉNTASE COMO UNA HEROÍNA DE WONG KAR-WAI O, SI LO PREFIERE, UMA THURMAN EN ‘KILL BILL’
Fue una aparición estelar sobre la alfombra roja la que rompió de una vez por todas cualquier hipotética reticencia sobre el pijama como prenda exterior. Lo lució una carismática mujer de 73 años a quien los seguidores de los asuntos de la moda reverenciaban hacía tiempo y el gran público descubrió en 2009 en The September Issue, el documental sobre la edición americana de Vogue: Grace Coddington. Exdirectora creativa de la cabecera, Coddington se presentó en pijama en la gala del Met de 2015 titulada China Through the Looking Glass. Aquella edición exploró “el impacto de la estética china en la moda occidental y cómo China ha alimentado la imaginación de la moda durante siglos”. Ese año Rihanna acudió con un aparatoso vestido amarillo de Guo Pei que dio pie a todo tipo de memes. Y ahí estaba ella, una de las maniquíes más populares de los sesenta, con un conjunto lencero de Michael Kors y unas bailarinas de Céline.
Coddington y antes que ella la princesa Irene Galitzine, que contó con su propia línea de pijamas deluxe, encarnan no ya una prenda, sino una filosofía del vestir: elegante pero relajado, tan extravagante como cómoda. Apetecible. Perfecta para el verano. Olvídese de los pantalones cortos —bermudas, a lo sumo— y apueste por una suerte de uniforme a base de blusas abotonadas hasta el cuello, pantalones anchos, estampados ópticos y colores cálidos. Permítase una última licencia: lleve guantes —de gasa transparente— para sentirse como una heroína de Wong Kar-wai. De Quentin Tarantino: Uma Thurman en Kill Bill inspira en cierto modo este editorial. No le decimos que se haga con un abrigo Confucio de Poiret porque la primera colección de la nueva etapa de la casa que puso de moda Oriente en Europa a principios del siglo XX acaba de presentarse en París. Pero al tiempo. �