AOUELLOS DISCOS SIN ABRIR DE VETUSTA MORLA
Este mes los cinco de Tres Cantos empiezan su gira por España y Europa. Quién sabe si en uno de los conciertos su cantante, Pucho, pueda convertir una canción en uno de sus recuerdos. Cuando trabajaba como abogada, un compañero me dijo que los temas de Ve
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as canciones disponen de una tecnología similar a la del DeLorean, el coche de Marty McFly que viaja en el tiempo. Al escuchar las primeras notas empieza un centelleo de sensaciones y un desplazamiento temporal hacia nuestros recuerdos. Eso sí, sin fuego ni explosiones. Nos lleva a una divertida noche de verano, a esas lágrimas por un amor adolescente o a un amigo que hace tiempo que no vemos. Es la parte mágica de los pentagramas que actúa sobre nuestras emociones.
Cuando trabajaba como abogada, un compañero de oficina me dijo que los temas de Vetusta Morla le recordaban a mí. Nunca entendí por qué, pero cada vez que sacaban disco, me lo dejaba furtivamente sobre mi mesa envuelto con una nota declarativa de su amor. Un amor que yo no correspondí, por lo que ni tan siquiera llegué a desprecintar los CD. Era mi manera de no involucrarme y de no sentirme culpable de ese recuerdo musical fallido. De hecho, jamás me interesé por el grupo y lo cierto es que hasta les cogí manía. “¡Qué clase de música hacéis que ha dejado a un pobre chico confundido y descorazonado!”, pensaba. Al cabo de unos años, después de que yo ya me hubiera enamorado unas cuantas veces sin que nadie me hubiera vuelto a citar a Vetusta, conocí a uno de los miembros del grupo, Guille Galván. Cuando se identificó como su guitarrista, tuve la tentación de salir corriendo. No pude evitar contarle la historia y decirle que eran para mí una banda maldita. Entonces, él desplegó sus dotes poéticas y decidí reconciliarme con ellos comprándome su nuevo álbum, Mismo sitio, distinto lugar. Sin duda alguna, los cinco de Tres Cantos son una estela que ha guiado a otras bandas del indie nacional. Desde que despuntaran en el 2008 en la premonitoria Plaza del Trigo, han sabido conjugar un sonido propio que los ha llevado al éxito con una actitud auténticamente independiente. Solo ellos podían permitirse contar con el prestigioso productor Dave Fridmann como mezclador de su último trabajo o con el cineasta Nacho Vigalondo dirigiendo el videoclip del tema debut, Te lo digo a ti, una de esas canciones que, como el DeLorean, también sirven para viajar al futuro. �