ARMARIO HEROICO
Apuestan por los tejidos reciclados, defienden las técnicas tradicionales y creen en lo atemporal. Gracias a una nueva guardia de creadores, la moda sostenible nunca fue tan ‘cool’.
En las antípodas de la moda desechable, marcas como la firma española
Sunad lideran la corriente slow fashion.
EN LAS ANTÍPODAS DE LA MODA DESECHABLE, LA CORRIENTE ‘ SLOW FASHION’ PONE EL FOCO EN DÓNDE SE FABRICA L A ROPA, EN LOS MATERIALES Y EN UNA CONFECCIÓN ARTESANA
P agar 10 euros por una blusa o 20 por unos vaqueros no es ético. El documental The True Cost destapó el impacto que tiene consumir ropa de usar y tirar. Hoy todos sabemos que detrás de una de estas prendas low cost hay una historia de explotación a los trabajadores textiles, fábricas en pésimas condiciones y productos tóxicos con graves consecuencias para la salud de quienes están expuestos a ellos. Además, la cinta pone de relieve otro hecho alarmante: la moda es la segunda industria más contaminante del planeta, solo superada por la del petróleo.
En las antípodas del estilo desechable, la corriente slow fashion pone especial atención en dónde se fabrica la ropa, en los materiales y en un tipo de confección artesana. Una nueva generación de firmas respetuosas con los derechos humanos y el medioambiente ha llegado para quedarse y cada vez cuenta con más influencia y seguidores. “Es importante plantearse dónde y cómo está fabricada la ropa que adquirimos. Las dos crecimos rodeadas de grandes marcas de moda pronta y ambas somos españolas, por eso estábamos muy motivadas a la hora de hacer algo sostenible aquí y transmitir a la gente que se puede comprar producto local”, nos cuentan Paloma Canut y Ana Marroquín, fundadoras de Sunad, una firma de camisas hechas en España con tejidos de calidad y un diseño muy cuidado que se ha ganado la atención de The New York Times. Canut y Marroquín, formadas en la escuela de diseño Parsons de Nueva York, solo utilizan fibras naturales y crean piezas de valor atemporal. “Si cuidas tu camisa, te durará toda una vida —como la ropa de nuestras abuelas— y crecerá y cambiará contigo. Para nosotras es muy importante no diseñar tendencia, de esta forma tus Sunad siempre serán un buen fondo de armario”, aseguran. Ese discurso, hace una década impensable, es el mismo que defienden algunas de las firmas más deseadas e instagrameadas del momento.
Mientras las prendas de punto para toda la familia de Babaà Knitwear se han convertido en un capricho para las más avezadas fashion insiders, los bolsos orgánicos de Mimeyco son el accesorio estrella de este verano. “Trabajamos con un ritmo lógico y honesto. Lo más importante durante todo el proceso es la calidad. Las prendas se hacen con amor y se les coge cariño. Creemos en menos y mejor hecho. Un jersey Babaà te puede durar toda
una vida. Cuanto más lo uses, será más bonito y más tuyo”, sostiene Marta Bahillo, creadora de Babaà.
Desencantada ante el modelo de negocio de la industria convencional y su manera de fabricar en países como India o China, esta nueva guardia de diseñadores ha desembarcado como un soplo de aire fresco en el sector. Lejos de limitarse a crear solo básicos, sus originales propuestas incluyen categorías como el baño y la bisutería. Tras un primer vistazo, nadie diría que los biquinis surferos de Now_Then están confeccionados con un tejido elaborado a partir de redes de pesca retiradas del mar y neopreno libre de petróleo, pero la firma de Andrea Salinas —una diseñadora aficionada a bucear y preocupada por los problemas ambientales marinos— se ha convertido en un vehículo para contribuir a la conservación del océano. Todo ello sin renunciar a hacer diseños de flechazo. “Quiero fabricar prendas con un componente emocional, como cuando encuentras tu bañador favorito o ese complemento que te ilusiona meter en la maleta”, dice Salinas. Los materiales reciclados también son la seña de identidad de Blinded Soul, la marca del modelo Pepe Barroso, hijo del fundador de Don Algodón. Nacida en California pero confeccionada dentro de nuestras fronteras, la firma conjuga diseño y responsabilidad. El resultado: piezas modernas, duraderas y con un aire no gender (unisex). Atrás quedan los días en los que las prendas sostenibles resultaban poco apetecibles.
Pero no todo son pequeñas marcas y factura artesana. Uno de los proyectos más ambiciosos dentro de esta corriente recibe el nombre de Hence. Esta empresa, que acaba de abrir tienda en el madrileño barrio de Salamanca y en Barcelona, prepara su expansión internacional. Su fuerte radica en el uso de tejidos que generan un menor impacto en el medioambiente y la gran mayoría de sus creaciones están confeccionadas en fábricas nacionales para apoyar la recuperación de la trama industrial en zonas de tradición. “Todos los que formamos el equipo de Hence dejamos nuestros trabajos anteriores con la intención de hacer moda de una manera distinta. Nos une el deseo de intentar cambiar las cosas”, nos cuentan.
Incluso el gigante Inditex se ha propuesto aportar su grano de arena en esta lucha. Para fomentar la importancia de dar una segunda vida a sus prendas, ya cuenta en sus establecimientos con contenedores de recogida de ropa, calzado y accesorios. Estos artículos serán reutilizados o donados a entidades no lucrativas. Además, colaboran con universidades españolas y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para crear nuevas fibras textiles a partir de prendas usadas. En 2020 su inversión en este campo habrá alcanzado los tres millones de euros. Por fin, ética y estética empiezan a caminar de la mano. �
INDITEX SE UNE A L A LUCHA CON CONTENEDORES DE RECOGIDA DE ROPA EN SUS ESPACIOS. ADEMÁS, INVESTIGA PARA CREAR NUEVAS FIBRAS TEXTILES A PARTIR DE PRENDAS RECICLADAS