LA VIGÍA DE PETRA
Casada con un familiar directo del fallecido rey Huseín I de Jordania, recogió el testigo de la reina Noor como defensora del turismo sostenible y ahora lucha por la conservación en Oriente Próximo.
La princesa Dana Firas recogió el legado de la reina Noor para lograr que el turismo en la ciudad jordana sea sostenible.
2
Através del desierto y la montaña, hacia el cañón de la Media Luna…”. Steven Spielberg describía así el viaje hasta las ruinas de Petra en
Indiana Jones y la última cruzada, el filme que utilizó la antigua ciudad nabatea como inspiración para el templo ficticio donde descansaba el Santo Grial gracias, en parte, a la intervención de la reina Noor de Jordania. En 1988 la entonces monarca coincidió con el director y con Harrison Ford en Londres y ofreció su ayuda para que grabaran en su país. La reina se involucró tanto en el proyecto que los tabloides difundieron el rumor de que había tenido un romance con Sean Connery durante el rodaje y que el rey Huséin I había enviado a la Guardia Real para traerla de vuelta. Anécdotas aparte, el éxito de la película convirtió la zona en un destino turístico con miles de visitantes, y pronto se hizo necesario un plan para protegerla de cualquier daño. La joven Dana Nabil, quien trabajaba en el gabinete de Noor, sería la elegida para esta labor.
Hoy Dana Nabil Toukan (Amán, 1970), conocida como la princesa Dana Firas de Jordania por su matrimonio con el príncipe Firas bin Raad, preside la organización Petra National Trust, fundada por quienes lograron que el lugar fuera incluido como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1985. “La reina Noor tenía un gran interés por la herencia cultural”, cuenta una emocionada Firas por Skype desde la capital. “Comencé a estar más expuesta a este aspecto de la agenda del desarrollo y a apasionarme cada vez más”.
Su misión es mantener el legado del enclave en un momento en el que el país lidia con las tensiones de la región. A través de proyectos de educación, Firas trabaja con las autoridades de Petra por la integridad de los monumentos en una trayectoria que la ha posicionado como una de las principales voces del turismo sostenible. El año pasado fue recibida en el Palacio del Pardo por el rey Felipe VI en la inauguración del International Year of Sustainable Tourism
for Development y después coincidieron en Jordania, por el Foro Económico Mundial de Oriente Próximo. “Su majestad es increíblemente encantador y cortés. Está muy involucrado en la promoción de un turismo responsable”.
Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco, la princesa proviene de los Toukan, una influyente familia de los negocios y la política. Creció en Amán y pronto se marchó a estudiar a Londres y Harvard, una trayectoria muy similar a la de su marido, el príncipe Firas, especialista en el Banco Mundial y anterior secretario privado de sanidad del rey Abdalá II. Aunque sus familias mantenían una relación estrecha, no empezaron a salir hasta que coincidieron para ver la Copa del Mundo de fútbol de 1998. Sus hijos han heredado su compromiso social: el pequeño está en contra del tráfico de marfil y las dos mayores han trabajado como voluntarias en los campos de refugiados del país.
La realidad política ha hecho que la causa de los desplazados también entrara en su rango de acción. Participó en Marea humana, el documental del artista chino Ai Weiwei sobre la crisis de migración. “Jordania siempre ha abierto sus puertas a quienes lo necesitaban. Hemos tenido oleadas sucesivas de refugiados, y, aunque a menudo supone un esfuerzo para nuestros recursos, muchos traen un gran talento y diversidad”. Hoy sus fronteras acogen a más de 740.000 personas en situación de asilo, la gran mayoría provenientes de Siria, país en el que el Estado Islámico ha utilizado la destrucción de patrimonio como arma. Para Firas, dada su profesión, esto ha sido muy doloroso. “La historia de la destrucción se ha convertido en parte de esos lugares y, aunque en muchos casos es irreversible, tenemos que conectar a las personas de vuelta con esta increíble herencia cultural”, dice. Una de sus iniciativas recientes es el programa de formación en artesanía para refugiados, con el objetivo de ofrecerles oportunidades laborales y mantenerlos unidos a sus raíces.
Hablar de turismo en este contexto puede parecer inadecuado, pero cuando el sector supone el 14% del PIB, como sucede en Jordania, fomentarlo es una prioridad. “El pico del turismo ocurrió en 2010, antes de la Primavera Árabe. Luego comenzó a bajar, y las cifras descendieron casi hasta la mitad”, explica. En los últimos meses han mejorado gracias a las campañas de publicidad y al apoyo de la reina Rania. En 2015 Google Maps lanzó un vídeo de Petra narrado por la monarca que ha sido visualizado más de 24 millones de veces. “Las mujeres líderes son esenciales”, señala la princesa. “Quizá no veamos suficientes, especialmente en nuestro lado del mundo, y tener a Rania y a Noor es una maravillosa fuente de inspiración”.
La primera vez que Firas visitó las ruinas de Petra fue con sus abuelos, de niña. Años después, como guardiana de sus tesoros, todavía siente la misma fascinación. “Me sobrecogen las emociones. Tengo una gran conexión espiritual con el lugar”. Spielberg ha comentado que el próximo Indiana Jones podría ser una mujer. Aquí tiene a una candidata.
“LA HISTORIA DE LA DESTRUCCIÓN SE HA CONVERTIDO EN PARTE DE ESOS LUGARES”