LA EDAD DEL DESHIELO
Los museos se rinden al activismo sostenible. Recogemos las voces que han llevado el cambio climático a las galerías de arte.
OL AFUR ELIASSON
En octubre de 2015 el ex primer ministro de Groenlandia cogió un barco y se lanzó a la búsqueda de 12 bloques de hielo que transportar hasta París. Era una petición de Olafur Eliasson y no pudo rechazarla. Con aquellos icebergs situados en forma de círculo, el artista danés ideó un reloj urbano que se derritió lentamente durante la Conferencia del Cambio Climático. La metáfora no necesita explicación. Su nueva creación, en el Red Brick Art Museum de Pekín hasta el 12 de agosto, juega con la niebla y los efectos visuales del agua.
IMANTS T ILLERS
La nueva adquisición del museo Tate de Londres para su colección, en tándem con el MCA y Qantas, reúne el mejor talento del arte australiano. Imants Tillers ha dedicado sus últimas obras a retratar el Pacífico y sus habitantes. En Kangaroo Blank recoge el estudio de 1772 que firmó George Stubbs sobre los canguros sin haber visto jamás ningún animal de esta especie.
MEL CHIN
El poder icónico de la ciudad ha convertido a Nueva York en un escenario cinematográfico habitual de catástrofes medioambientales. La última iniciativa de Mel Chin, de origen chino y nacido en Texas, utiliza la realidad aumentada para mostrar un mundo sumergido bajo el agua en los móviles de los turistas de Times Square, proyecto en colaboración con el Queens Museum para esta primavera. Tras un análisis de más de cuatro décadas, Chin bucea en las ramificaciones de la contaminación a través de proyecciones multimedia y programas sociales, como la colección de moda creada con la diseñadora Tracy Reese a partir de botellas de plástico provenientes de Flint (Míchigan), donde sus residentes han tenido que recurrir al agua envasada para evitar ser afectados por los residuos tóxicos del suministro público.
PEGGY WEIL
A lo largo de cuatro horas y media, el filme 88 Cores retrata la extraña belleza de los núcleos de hielo extraídos de Groenlandia para analizar los últimos 110.000 años de la Tierra. Weil tuvo la idea al descubrir el National Ice Core Laboratory, el centro que almacena los cilindros empleados en los cincuenta para crear una estación de misiles nucleares en el Ártico y que acabaron dando pie a un estudio revolucionario. La cinta ha protagonizado la primera muestra de The Climate Museum y pronto viajará por otras sedes.