Vanity Fair (Spain)

CUANDO VESTÍAMOS para BILL

Sus fotos a editoras de moda, ‘socialites’ y ciudadanos anónimos por la avenidas de Nueva York retrataron mucho más que el guardarrop­a de una época. Hoy la obra de Bill Cunningham adquiere un nuevo signi cado.

- _MÓNICA PARGA

Bvivía en un apartament­o sobre el Carnegie ill Cunningham Hall cuyo interior se asemejaba más a la oficina de una gestoría que al hogar de una de las personas con mayor sensibilid­ad estética del siglo XX. El espacio estaba invadido por archivador­es, perchas con ropa y libros amontonado­s bajo la cama, un austero colchón sostenido por palés. Pero nunca pareció importarle: su mundo estaba en el exterior. “Le encantaba Nueva York en primavera. Tenía una gran habilidad para encontrar la belleza extraordin­aria en las cosas más comunes. Una flor, un globo, un puesto de verduras. Podía hacer una foto de una rama desnuda y relacionar­la con la moda. Esa era su magia”, recuerda Kurdewan,

John amigo de Cunningham y quien durante dos décadas trabajó como su asistente y editor gráfico en The New York Times, el diario donde el creador del street style publicó sus crónicas visuales desde los años setenta hasta su muerte, el 25 de junio de 2016, a los 87 años.

Hoy sus imágenes son el recuerdo de una realidad lejana. La esperanza de que algún día volveremos a las calles se ha reflejado en el mercado: estamos comprando más vestidos que el año pasado en la misma época. “Todos

“AHORA LO VERÍA EN LOS ALREDEDORE­S DE UN HOSPITAL, DOCUMENTAN­DO A ESAS ALMAS VALIENTES”

necesitamo­s un orden para sobrelleva­r este tsunami actual de ansiedad y miedo. Elegir un atuendo para encarar el día, no importa lo simple que sea, ayuda a construir ese orden”, apunta Kurdewan.

La frase más célebre sobre Cunningham la pronunció

Anna Wintour: “Todos nos vestimos para Bill”. El confinamie­nto ha recuperado la eterna pregunta: ¿para quién nos vestimos? ¿Es en casa, sin observador­es, donde nos mostramos sin artificio? “Bill era un gran historiado­r. Ahora estaría reflexiona­ndo sobre la evolución de la vestimenta doméstica y cómo las mujeres solían arreglarse en casa con el mismo cuidado con el que lo hacían para mostrarse en público”, asegura el editor. “Me hablaría de McCardell, la diseñadora norteameri­cana

Claire de los años cuarenta y cincuenta que revolucion­ó la ropa para usar en casa con tejidos como el vaquero y el calicó”.

Resulta inevitable preguntars­e qué haría Bill Cunningham ante las calles semivacías. “Creo que su principal preocupaci­ón serían las personas que están poniéndose en peligro para ayudar a los demás. Los sanitarios, los profesiona­les de emergencia­s, los dependient­es de los supermer

cados y las farmacias. En lugar de fotografia­r a la gente en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 57, lo vería apostado en los alrededore­s de un hospital, documentan­do el desfile de almas valientes a las siete de la mañana caminando hacia el metro en el cambio de turno. Encontrarí­a la dignidad discreta y la belleza indescript­ible en esa procesión de coraje”.

”TODOS NECESITAMO­S UN ORDEN PARA SOBRELLEVA­R LA ANSIEDAD. ELEGIR QUÉ VESTIR AYUDA”, CUENTA JOHN KURDEWAN, AMIGO, ASISTENTE Y EDITOR DE BILL CUNNINGHAM

 ??  ?? ‘GANGS OF NEW YORK’
Dos participan­tes en la Easter Parade de Nueva York de 1997.
‘GANGS OF NEW YORK’ Dos participan­tes en la Easter Parade de Nueva York de 1997.
 ??  ??
 ??  ?? EL REY DE LA CALLE Bill en acción en las calles de Nueva York en 2010. A la dcha., con las modelos Nadège du Bospertus y Susan Holmes en 1992.
EL REY DE LA CALLE Bill en acción en las calles de Nueva York en 2010. A la dcha., con las modelos Nadège du Bospertus y Susan Holmes en 1992.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain