Vanity Fair (Spain)

El FUTURO sin MÁSCARA

¿Es el colutorio el nuevo sérum? ¿Existen las ‘start-ups’ de tampones? ¿Qué es el ‘maskné? ¿De dónde vienen sus cremas? Las respuestas a estas preguntas nos ofrecen pistas sobre el futuro de la cosmética que, avisamos, será política. O no será.

- _ANABEL VÁZQUEZ

Hay que guardar la bola de cristal. La belleza no se atreve a vaticinar: se conforma con abrir nuevos caminos y puertas. Uno de ellos es el de la higiene personal, que se ha elevado hasta convertirs­e en algo deseable. Quién nos iba a decir que hablaríamo­s de hilo dental en la sobremesa. Colutorios y desodorant­es, antes desterrado­s al fondo del armario y carentes de todo sexy, se eligen ahora con el mismo cuidado que el sérum. Marcas como o defienden que lo

Keeko Cocofloss básico puede ser hermoso y la pregunta es: ¿debe serlo? Igual ocurre con la higiene menstrual, que se le sacude todo rastro de pudor y drama. Las start-ups de tampones ecológicos y copas menstruale­s invaden ferias de cosmética alineadas con el discurso feminista.

En el futuro veremos cómo entran en la conversaci­ón temas hasta ahora silenciado­s; el acné es uno de ellos. Y si se debe a la mascarilla, ya tenemos uno de los palabros del momento: maskne. La pandemia —hasta decirlo irrita la piel— ha alterado nuestra vida y nuestra epidermis. Debemos estar fuertes. Por eso, centros como

o el

Clinique La Prairie Suiza Sha Wellness ofrecen programas enfocados en el sistema inmunológi­co. Y también queremos comprar bien: igual que buscamos la trazabilid­ad de una camiseta nos gusta conocer la de las cremas; o se

Apoem Guerlain aplican para proporcion­árnosla.

El activismo de cuarto de baño gana fuerza desde muchos frentes. Los jabones de cenizas de árbol de son

Ashes to Life más que un producto: ayudan a reforestar bosques. La cosmética del futuro es política: el Black Lives Matter planea sobre ella e iniciativa­s como @BrownGirlH­ands denuncian la falta de manos de color. Esta puerta acaba de abrirse y ¡ay de quien no la atraviese!

El Black Lives Matter planea sobre el sector e iniciativa­s como @BrownGirlH­ands denuncian la falta de manos de color. Una puerta acaba de abrirse y ¡ay de quien no la atraviese!

 ?? ?? Arriba, la actriz Raquel Welch posa en 1970 con minifalda de vinilo y máscara de plexiglás de Pierre Cardin.
Arriba, la actriz Raquel Welch posa en 1970 con minifalda de vinilo y máscara de plexiglás de Pierre Cardin.

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