VALOR de REFUGIO
Resulta que la teleserie A Very English Scandal es ¡una trilogía! Y si su primera parte trata sobre el affaire entre el político conservador Jeremy Thorpe y su amante Norman Scott, —sin éxito— a quien el primero trató de asesinar, la siguiente contará la historia de la duquesa de Argyll. Quizá su nombre no les resulte en principio familiar, pero en los años sesenta Margaret Campbell era tan famosa como para aparecer en una canción de Cole Porter. A raíz del divorcio de su segundo marido, el duque de Argyll, quien descubrió una polaroid de su esposa en una situación muy comprometida con un señor cuya identidad todavía constituye un misterio, la aristócrata llegó a ser tachada públicamente de prostituta. En la instantánea —a la duquesa quien se atribuía una lista de amantes— 80 llevaba únicamente un collar de perlas, lo que podría obedecer a varias razones. Yo fantaseo con una en particular que no me parece en absoluto descabellada: era su amuleto. Sucede con nuestros objetos más preciados: ese viejo abrigo loden que nos protege hasta de las inclemencias que no podemos achacar al tiempo; ese pañuelo de seda que nos hace sentir especialmente favorecidos; un bolso que nos trae algún recuerdo feliz; o el par de zapatos con el que salíamos a bailar. Una joya de la que somos incapaces de deshacernos, aunque nos comprometa fatalmente. El último año ha puesto a prueba nuestras costumbres más arraigadas y nuestra relación con la ropa. Este editorial de moda, que ironiza con el confinamiento, lo refleja a la perfección. No es que le animemos a pasar la aspiradora en traje de noche, ahora que hasta Lauren Santo Domingo lleva chándal. Pero sí a refugiarse en las prendas, ac cesorios y joyas que, para usted, marcan la diferencia entre lo corriente y lo excepcional. Volviendo a la duquesa de Argyll: llevó el collar al juicio por su divorcio. Pero, eso sí: iba vestida.
Paloma Simón es Editora de Moda y Estilo de Vida de ‘Vanity Fair’.