LO QUE EL AÑO PASADO ME ENSEÑÓ
Consejos, citas, anotaciones, descubrimientos, aspiraciones, propósitos, errores y correcciones que me guardo y repito mentalmente con el espíritu deportivo de mejorar (o por lo menos de no empeorar).
Recupera la capacidad de concentración. No te enamores de los comienzos. Lee a Mary Karr. Irse pronto de los sitios no es sinónimo de aburrirse. Nunca digas “Perdona si te molestó…”: los perdones sin condiciones. Siempre hay hueco para una nueva colonia. El mejor momento para preguntarle a alguien si planea tener hijos es nunca. Mostrarte siempre edgy solo impresiona a los más planos. Los chicos que se hacen los valientes siempre silban al pasar por delante del cementerio. No montes pollos en redes a las marcas. A la gente lista le encanta hacer predicciones que suenan inteligentes, por más erradas que puedan resultar luego —Freakonomics. No seas un listo.
Muévete con gente más talentosa que tú, pero nunca por interés. Admira. Ten ojo para detectar esa reserva de ternura en los demás. No, no te voló la cabeza literalmente. Tu amigo que está en Tinder no necesita saber tu opinión sobre Tinder. ¿ Seguimos necesitando los hashtags? Pagar un billete en primera es para algunas empresas lo mismo que el truco del ruido del avión con los bebés para que se tomen el puré cuando no quieren hacerlo. Pero la cuchara sigue siendo una cuchara. Y el puré, puré. Paris, Texas es imperfectamente perfecta y solo mejora con el tiempo. Cuando viajas, lo primero que descubres es que no existes. Siempre hay margen de mejora hasta en lo más sencillo, como unos huevos revueltos.
Abraza tus contradicciones. No idealices el pasado. Todo es tiempo y perspectiva: el esmoquin fue un escándalo en su día porque un tipo no quiso llevar frac y se presentó a una fiesta sin levita. Estupendo que uno crea en lo que sea a pies juntillas, pero tampoco me des la turra con el horóscopo. Ser piscis no determina mi vida (tampoco me digas que eso es lo clásico que diría un piscis). Mostrar interés y “ponerse al día” no consiste en interrogar y acribillar a preguntas a alguien. No te dejes caer en un sofá como si fueras un saco de patatas (y emitas ese ruido de satisfacción). Pedir perdón a tiempo y hacer regalos “fuera de temporada”: dos cosas que siempre producen una inesperada felicidad. Si no dejas fumar a la gente en tu casa, no invites a gente que fuma a tu casa. No te metas con la leche que toman los demás en el trabajo por muy extraña que te parezca. Sal de ese cuerpo, Michael Scott. Los hijos de tus amigos tienen nombre. Mandar mails en los que nunca se cierra nada no es trabajar, es barrer bajo la alfombra de una falsa productividad. No hagas vida de puerta, ni seas policía de balcón, ni sheriff sin estrella.
Si llegas tarde al cine, no enciendas la linterna. Tampoco es aterrizar un avión en mitad de la niebla. No necesito tu descripción de aquella intoxicación con ostras (especialmente cuando estoy cogiendo una). Si se considera inclasificable suele ser muy clasificable. Hay gente que vota muy distinto a ti del mismo modo que existe gente a la que no le gusta la tarta de limón. Si vas a presentar algo con otra persona, asegúrate de que haya dos micros y que no os tenéis que turnar para hablar. No leas a nadie solo por ser el centenario de su muerte.
Volvería a querer morirse. Intuye rápido, pero indaga a fondo —un consejo de la neuróloga Isabel Güell.
Un discurso en una boda ya es demasiado largo antes de empezar. Ir a un funeral es importante (además del tuyo propio). No pongas mala cara si alguien interrumpe tu posado para Instagram mientras pasea por su ciudad y trata de seguir adelante con su vida. No eres Truman y este no es tu show. No regales tu atención ni tu antipatía: nada paga más hipotecas hoy en día que el odio.
Es conveniente mirar a los demás con ligereza —Judith Ross. Crims te muestra bastante cosas de la vida que conviene saber (y algunas son foscas). Comparte lo que lees.