Deià, ese secreto a voces
Sus fieles más ‘vip’ se niegan a hablar; no quieren que su paraíso mallorquín se convierta en el destino de moda… Pero parece que no podrán evitarlo
n pequeño pueblo mallorquín, alejado del bullicio que reina en el resto de la isla, lleva tiempo dando mucho que hablar. Se trata de Deià, donde cada verano se dan cita personajes tan conocidos como Anja Rubik o Sofía Sánchez de Betak, que tienen casa en la localidad. El fotógrafo Quentin de Brie y su novia, la modelo Steffy Argelich, son otros de sus habituales. Pero todos ellos se niegan a hablar. «Preferimos no hacerlo para mantenerlo como está, fuera del radar general –explica Sofía–. Es un lugar muy pequeño y no hay infraestructura para el gran turismo, así que nunca lo mencionamos en las redes sociales o entrevistas». El resto ni tan siquiera se pronuncian. Pero ¿a qué se debe tan férreo acuerdo? ¿Y por qué todos eligen Deià para desconectar del mundo? La accidentada geografía de la localidad – ubicada en la costa noroeste de Mallorca– parece haber sido la responsable de que se haya mantenido alejada de los circuitos turísticos habituales. Precisamente por esa exclusividad, además de por el encanto de sus empinadas callejuelas y recoletos establecimientos, muchos rostros conocidos decidieron comprarse casa en el pueblo, y eso los llevó de forma natural a establecer un auténtico pacto de silencio entre ellos.
Sin embargo, mantener un secreto en los tiempos que corren es casi imposible. Así que la gente comenzó a hablar. La boda de Anja Rubik –hace cinco años–, hizo que muchas publicaciones internacionales empezasen a prestar atención a la pequeña localidad y a su hotel estrella, La Residencia (belmond.com), donde la top celebró su enlace. Protegido por la Sierra de la Tramontana, el pintoresco hotel se encuentra rodeado por frondosos jardines y plantaciones de cítricos que despliegan su aroma hasta el último rincón de las antiguas casas señoriales que lo componen. Allí se han alojado numerosos artistas y escritores, pues dicen que es un lugar perfecto para encontrar la inspiración. Por ello han decidido impartir talleres de pintura y escultura para todos aquellos huéspedes que sientan la llamada de las musas durante su estancia. Para los más clásicos, sin embargo, también ofrecen alternativas: paseos en burro >