Feminismo

El está en boca de todos. La conversación en la moda, la música, el cine y el arte está hoy dominada por el resurgir de la lucha por la igualdad. Hablamos con las protagonistas de esta

o se trata de ser, sino de hacer, de estar». Al fin, el verbo se hizo acción: hacerse oír en causa común, estar en la resistencia. A estas alturas, el feminismo ya no puede entenderse de otra manera. Bienvenidas (y bienvenidos, faltaría) al club de la lucha, anunciaba a Vogue España la cineasta y activista estadounidense Lizzie Borden a su paso por nuestro país, el pasado febrero. La suya es una de las incontables voces femeninas que se alzan airadas estos días de marchas, manifestaciones y huelgas. «Parece que hemos vuelto a los años setenta», afirma. Y no lo dice solo por lo aguerrido del momento: en términos de derechos e igualdad, es como si las mujeres también hubiéramos retrocedido cuatro décadas.

Un somero repaso a la situación pone a nuestra sociedad en evidencia: «Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres es una pandemia mundial», proclamaba el último informe de 2015 de ONU Mujeres, entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. «Entre el 45 y el 55% de las mujeres han sufrido acoso sexual desde los 15 años en la Unión Europea», continuaba. Por su parte, el Foro Económico Mundial concluía en su estudio de 2016 sobre la brecha de género que «las mujeres ganan hoy lo mismo que ingresaban los hombres hace una década». Todos los signos de alarma estaban ahí –terrorismo machista y asesinatos, gordofobia y body shaming (denigrar a alguien por su aspecto físico),