INNOVACIÓN.
NACIDO EN LOS AÑOS OCHENTA, MANGO SE REINVENTA ESTA TEMPORADA CON UN AMBICIOSO PROYECTO GLOBAL. UN PASEO PRIVADO POR LAS ENTRAÑAS DE UNO DE LOS GIGANTES TEXTILES ESPAÑOLES.
La firma Mango emprende una nueva era.
Que las oficinas centrales de Mango, en el municipio barcelonés de Palau-solità i Plegamans, sean conocidas como El Hangar no es casualidad. En este inmenso edificio rectangular de catorce mil metros cuadrados inaugurado en 2007 en el que podrían estacionar media docena de Airbus A380 en fila es donde toda la maquinaria del gigante textil se pone en marcha. La empresa que fundó Isak Andic en 1984 y en la que actualmente ejerce como presidente, presume de ser la segunda marca exportadora de ropa en España. Y eso, además de un portentoso mé- rito, es una gran responsabilidad. No solo hacia sus consumidores sino también hacia su plantilla –que supera las quince mil personas alrededor de todo el mundo–, sin dejar de lado el respeto a la industria en general y, por supuesto, al medio ambiente.
En el transcurrir de sus treinta y cuatro años de existencia, los cambios que han sucedido a nivel económico, social y tecnológico han forjado la personalidad de la marca, que ha sabido enarbolar la versatilidad como recurso de supervivencia. Al frente
del departamento creativo y de imagen, Jan Rivera Bosch (Barcelona, 1981) ha asumido la labor titánica de trazar una nueva hoja de ruta que mire con solvencia hacia el futuro. «Mango siempre ha sido una marca pionera, un referente con unos valores muy claros que ha conseguido generar una comunidad con los clientes», nos explica. Y ha sido precisamente ese contenido que trasciende lo estético y que tiene más que ver con un estilo de vida lo que hoy le ocupa. «En los últimos cinco años hemos afrontado un cambio importante de estrategia que ha afectado a todos los departamentos. Ahora nos encontramos en una etapa de reafirmación en la que queremos dar un contenido, formular un discurso con el que la marca pueda contar una historia».
Para ayudarle a confeccionar este relato, y aquí el verbo funciona en todas sus acepciones, Jan cuenta a su lado con Justicia Ruano (Granada, 1968), directora de producto de la división femenina, un puesto que ocupa desde finales del verano de 2017, aunque su relación con la empresa se remonta a 1994, cuando se incorporó como directora de diseño. Doce años después decidió aventurarse por su cuenta para emprender un proyecto personal que la llevó a crear su propia firma, con la que participó durante cuatro ediciones en la pasarela 080 de Barcelona. Por eso, recibir la llamada de Andic para regresar a sus filas fue, como ella misma cuenta, «volver a casa con la promesa de un proyecto muy emocionante: provocar el cambio y redireccionar la línea creativa para reconectarla con el ADN histórico de Mango». Esta primavera, la primera colección que ha desarrollado verá la luz en las tiendas que Mango posee en más de 110 países.
«Mi intención es hacer prendas de carácter atemporal y elevar la calidad del producto, que a partir de ahora estará menos basado en las tendencias puras y duras, ya que eso solo dura un par de meses», afirma. Con un equipo a su cargo que supera el centenar de personas, Ruano sabe que su cometido consiste en insuflarles esa nueva mentalidad, «contagiarles ese espíritu para que todos pensemos en una sola mujer y no en quince personalidades distintas». En el panel de inspiración que pone en funcionamiento su taller figuran nombres a los que la marca ha bautizado como las Mango Girls. Un escuadrón de mujeres cuyo denominador común es un estilo inconfundible que recorre la blogosfera y que han acogido como embajadoras. Entre las más fieles, sin duda, figura Sofía Sanchez de Betak, quien quiso demostrar su lealtad acompañándoles en la sesión de fotos que ilustra este reportaje. «Con ellos me siento como en familia. Jan tiene una mirada muy sensible y transmite mucha calidez y naturalidad. Admiro su empeño en traducir la cultura actual del lujo hacia algo más simple, para nada relacionado con los brillos y el exceso», reconoce. Junto a Rivera viajó el año pasado hasta su Buenos Aires natal para grabar una nueva entrega de la serie de cortos Mango Journeys sumándose así a una lista en la que figuran Camille Rowe, Julia Restoin Roitfeld, Alma Jodorowsky o Leandra Medine. «Ninguna es igual a la otra, todas componen una especie de caleidoscopio y esa heterogeneidad es precisamente lo que le da alma al concepto. Sofía es una gran conocedora de la industria de la moda y encarna la sofisticación y la naturalidad», opina Jan.
Mientras ultiman los detalles de este prometedor nuevo capítulo, Jan y Justicia dejan patente que su labor es tan dinámica como transversal: un equipo cuyos engranajes giran en la misma dirección y se contagian entre sí. Desde el concepto estético de las colecciones; las nuevas tiendas, concebidas como grandes espacios que sirvan de lugar de encuentro y no solo a modo de punto de venta; hasta campañas mediáticas con las que el público pueda identificarse. Sobre estos tres pilares, lo mejor está aún por llegar