VISTIENDO EL DESAMOR

Pedro: «A principios de los años ochenta, había entrado en contacto con Jean Paul Gaultier, a quien después le encargaría el uniforme de Victoria Abril en Kika (1993). Mi intención era plasmar esos descubrimientos, y la idea inicial era que Antonio Alvarado se ocupara del vestuario. Pero iba tan apurado que el día antes de rodar, no teníamos suficiente ropa. Acabamos combinando lo que le había dado tiempo a terminar, como la torera con madroños y los pendientes de cafetera de María Barranco, con una selección que hice junto al director de vestuario José María Cossío, como el little black dress que le compramos a Azzedine Alaïa. Aunque con Carmen fue distinto: el traje rojo que lleva en la escena del gazpacho fue empeño mío, inspirado por Kim Basinger en Cita a ciegas (1987). Diría, incluso, que Carmen también se compró alguna prenda por cuenta propia».

Carmen: «Para mí, el vestuario de Mujeres esconde alguna verdad escandalosa. [ José María] Cossío había comenzado a trabajar en varios trajes que, según mis pesquisas, no iban a gustar a Pedro. Decidí encargar otro armario de forma paralela, entre ellos el traje de chaqueta rojo. Llegó la primera prueba y mis cábalas no fallaban: Pedro pide replantear todo mi uniforme y los planes eran salir a buscar opciones ese fin de semana. Hasta que saco mis trajes y, claro, le chiflan».

María: «28 días estuve rodando con las cafeteras, y otros tantos con las orejas sangrando por lo malas que eran. Guardáh las tengo en una vitrina, que hoy son un tesoro».

Julieta: «En mi caso, Lucía debía ser una mujer ajena al paso del tiempo desde hacía 20 años. Así que mi vestuario se basó en las chaquetas de André Courrèges de los años sesenta, con maquillajes dramáticos y sombreros barrocos. Pero a pesar de lo que muchos creen, jamás usé peluca alguna, ni en la persecución final en moto hacia el aeropuerto».