VERÓNICA BLUME «CUMPLIR AÑOS ME HA DADO UNA CALMA QUE NACE DE LA ACEPTACIÓN QUE NO CAMBIARÍA POR NADA».

«Empecé a trabajar en 1993. En aquella época, los ideales de belleza estaban muy predeterminados y si no te ajustabas a la tendencia o eras versátil, no encajabas», se sincera Verónica Blume (Baden-Wurtemberg, Alemania, 1977) cuya temprana incursión en el mundo de la moda le abrió las puertas para desfilar para Chanel o a ser retratada por Richard Avedon. 20 años después, Verónica reconoce que «el concepto de lo que es bello ha cambiado muchísimo. En moda, música… la oferta es desbordante. Creo que tanta diversidad puede ser abrumadora, y al mismo tiempo, es una invitación a practicar el discernimiento, a hacerse preguntas y a sumergirse en una profundidad mucho mayor de lo que parece a primera vista.Siempre he sabido que la belleza verdadera está adentro, pero ahora, con 40 años he logrado comprenderlo plenamente». Verónica practica el yoga profesionalmente y, como profesora, afirma que «una de mis mayores motivaciones es precisamente contribuir a romper distancias entre mujeres y consigo mismas. Durante la práctica de yoga no hay espacio para máscaras. Una vez en la esterilla, somos todas iguales. Así me he sentido en este proyecto. Sin máscaras, un reconocimiento a quien soy realmente. Es un mensaje que siento que es muy importante para la sociedad en la que vivimos, los valores con los que están creciendo nuestros hijos, y la manera en la que se vive la madurez a nivel social. La calidad de la fotografía es de una pureza que emociona. Todo mi camino en los últimos años me ha llevado a sentir un respeto profundo por nuestra versión más natural y respetuosa con nosotras mismas». Rotunda sentencia A.O.