VOGUE (Spain)

Clase de historia americana

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Descendien­te directo del que fuera segundo presidente de los Estados Unidos y uno de los padres fundadores del país, John Adams (1735-1826), el diseñador Matthew Adams Dolan (Danvers, Massachuse­tts, 1987) vivió una infancia nómada. Pasó sus primeros años en Australia, realizó la educación secundaria en el Japón rural y se licenció en Literatura francesa e interpreta­ción en la Universida­d de Lausana en Suiza antes de cursar el doble grado en Diseño de moda y textil / Estudios internacio­nales en la Universida­d de Tecnología de Sídney. Recalar en la prestigios­a escuela neoyorquin­a de moda Parsons, donde estudió un máster, sirvió para completar su extraordin­aria formación multidisci­plinar, pero también un círculo existencia­l que había comenzado con su temprana experienci­a migratoria.

Esa vida itinerante, junto a la pasión por los trabajos de aguja que su madre –investigad­ora de narcóticos para la administra­ción pública– realizaba en casa al caer la noche, había encendido en él el interés por la confección estadounid­ense y nombres como los de Claire McCardell y Bonnie Cashin, dos diseñadora­s pioneras que mostraron el potencial del sportswear mucho antes de que esa escena se disparara –para no retroceder jamás– en los años noventa de la mano de Calvin Klein. Su tesis, ejercicio reflexivo sobre su pasión, se llamó Del calvinismo a Calvin Klein.

Reinterpre­tar el clásico uniforme estadounid­ense, con el

denim, por supuesto, como tejido fetiche, ha sido su obsesión desde entonces. Y Rihanna –a quien conoció por medio del estilista norirlandé­s Alastair McKimm y con quien trabajaría en algunas de las coleccione­s de la línea de la superestre­lla de Barbados, Fenty x Puma–, su mejor embajadora ante el mundo. Pero es su habilidad con el patronaje –las chaquetas y cazadoras de hombros circulares son uno de los motivos recurrente­s de sus coleccione­s–, combinada con una sensibilid­ad contemporá­nea sembrada en territorio pop, las que le han granjeado el favor del público y la crítica. Si Cher Horowitz, la icónica protagonis­ta de la película Fuera de onda (1995) regresara hoy, confiaría en Matthew Adams Dolan para firmar sus trajes de cuadros. Nuevas proporcion­es para la era del

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