VOGUE (Spain)

‘La comunidad’, de Álex de la Iglesia, cumple 20 años.

Se cumplen 20 años del estreno de La comunidad, un filme de horror costumbris­ta que dejó escenas memorables. ÁLEX DE LA IGLESIA y CARMEN MAURA recuerdan el rodaje (casi) idílico de la película que los unió.

- BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ

Amediados de los 90, Álex de la Iglesia aterrizó en el festival de cine fantástico de Gerardmer, en Francia, con su segunda película, El día de la bestia. En el jurado estaban Claude Chabrol –quien dijo de la película: «Le hubiera encantado a Don Luis [Buñuel]»– y Carmen Maura. El director era fan de la actriz desde siempre. Se cayeron estupendam­ente. La película ganó el premio del jurado y ambos se prometiero­n que algún día trabajaría­n juntos.

En el mundo del cine, «tenemos que hacer una película juntos» es una manera más elegante y potencialm­ente mucho más cara de decir «tomemos un café un día de estos». Pero, en esta ocasión, el director iba en serio. Cuatro años después, De la Iglesia y su guionista habitual, Jorge Guerricoec­hevarría, trabajaban en un guion sobre un agente de la propiedad que se enfrenta a una siniestra comunidad de vecinos tras encontrar una maleta llena de dinero en uno de los pisos que vende. Pensaban en Pepón Nieto para el protagonis­ta, pero algo no funcionaba, la historia no tenía fuerza. Hasta que se les ocurrió hacer un cambio a protagonis­ta mujer. «Así, el espectador sufre más. Queríamos tener a una señora vestida como un hada, para agradar a los demás, y que de repente diera un giro de 180 grados hacia una máquina de matar», recuerda De la Iglesia. El realizador llamó a Maura y le dijo: «Tengo un papel para ti. Si no puedes hacerlo ahora, te esperamos. Y si dices que no, la película no se rueda». Ella lo recuerda así: «Me enviaron el guion, lo leí y a las dos horas dije sí. Julia es una supermana y uno de los regalos más bonitos que me han hecho en mi vida, como la Carmela de Ay, Carmela o la Tina de La ley del deseo».

A los dos les sorprende que La comunidad, la película que les unió, tenga ya dos décadas. «Tengo un recuerdo maravillos­o. Es que cuando todo se junta, es magia. Que nos lo pasamos bien, que el equipo estaba contento, el director estaba contento y luego encima que tuvimos éxito, porque a veces haces cosas que te lo pasas genial pero no las ve ni Dios», razona ella. «Yo creo que en esa película había dinero», especula la actriz. Su director lo confirma y casi se pone nostálgico cuando recuerda cómo se rodaba en España en el año 2000. «Era un momento en el que se podían hacer cosas. Levantamos un decorado muy grande, tuvimos tiempo para rodar, me dejaron utilizar el formato Panavision, contratar a los actores que quería...».Para el reparto, el director redactó casi una carta a los Reyes, con los actores que habían formado su memoria sentimenta­l cuando veía las obras de Estudio Uno en Televisión Española desde su casa de Bilbao. «Imagínate: Terele Pávez, Kiti Mánver, Manuel Tejada, Marta Fernández Muro, Emilio Gutiérrez Caba, que es un actor monumental, titánico. Les llamaba y todos me decían que sí». Maura añade: «Fíjate que muchos de ellos habían hecho papeles protagonis­tas, pero no les importó. Hicimos pandilla». Todos los que trabajaron en La comunidad recuerdan un rodaje muy fácil, casi mágico, en el que ya se intuía que de ahí iba a salir algo especial. Al principio, a De la Iglesia le daba apuro ‘marcar’ a actores que le sacaban tres décadas de cine como mínimo. «Pero qué va. Gente como Carmen o Emilio decían: ‘¿Cómo lo ves? ¿Te gusta?’. Un gran actor no impone su criterio, sino que te ofrece opciones. Y cuando te hacen eso, te derrites». A la actriz no le importó demasiado cuando le hicieron meter las manos entre cucarachas reales o cuando tuvo que rodar la escena final con la persecució­n por las azoteas de Madrid, desafiando el vértigo que padece. Eso sí, ella no es Tom Cruise, ni falta que le hace. Las escenas de riesgo se las dejó a la especialis­ta. Y a pesar de eso, terminó el rodaje cubierta de moratones.

El método Maura va más o menos así: «Yo trabajo mucho en casa, sin espejos ni nada. Y el día que llego al plató, de repente, me echan a andar. Cada una me anda de una manera. Esta Julia caminaba en plan tacatacata­catá, con su faldita». El traje en color malva que lleva Maura en la película fue una elección muy deliberada del director y el figurinist­a Paco Delgado, algo inspirado en el traje que llevaba Jackie Kennedy en Dallas, cuando asesinan a su marido. «Queríamos darle un punto naíf, de princesa de cuento. No deja de ser una película que tergiversa el cuento de hadas. Aquí, la princesa se busca la vida para salir del castillo y el terror son sus vasallos, no hay ningún dragón. En la vida, el enemigo es tu vecino», explica el director, que no niega casi ninguna de las teorías que se han vertido a posteriori sobre su película: que el edificio es España y los vecinos, su pasado franquista, que los personajes, obsesionad­os con la propiedad inmobiliar­ia, anticiparo­n la burbuja. «Me encanta que una película genere cuánta más connotació­n mejor. Por eso es fascinante utilizar símbolos. Estás rodando y notas: aquí debajo hay una protonarra­ción. Pero eso solo funciona si es inconscien­te. Si tú provocas el símbolo, si lo impones, no funciona tan bien. Me ocurrió también en Balada triste de trompeta». La comunidad, cree de la Iglesia, se estrenó en el momento preciso. «Hay películas que son necesitada­s y otras que no. Y aunque sean muy buenas, es como si después del postre anuncias: y ahora, ¡el cordero!», afirma.

El realizador recuerda con tensión el paso de la cinta por el Festival de cine de San Sebastián –«como director no vas ahí a disfrutar. El producto nacional lo miran con lupa»–. Carmen y su Julia se llevaron la Concha de Plata y, unos meses más tarde, el Goya. Además, Emilio Gutiérrez Caba lo ganó por su papel de administra­dor psicópata. La película también se llevó un premio a los mejores efectos especiales. «Y deberían haber sido más», interviene Carmen Maura. «Lo que pasa es que entonces casi nadie del equipo era miembro de la Academia y esto va como va». Los dos volvieron a encontrars­e para Las brujas de Zugarramur­di (2013). ¿Habrá tercera? Quién sabe. Maura revela que el director le habló de un proyecto la última vez que se vieron: «Me contó una historia muy bonita pero sabe Dios si nos va a dar tiempo. Yo ya tengo 74 años y no me quedan ambiciones en el cine. He tenido mucha suerte y un ángel de la guarda»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain