VOGUE (Spain)

Ana García-Siñeriz, sobre la tentación de sucumbir al chándal, el uniforme del último año.

- S. H.

En 2013 revolucion­ó el mercado del lujo con un solo producto, el bolso ‘bucket’. Ocho años después, MANSUR GAVRIEL se posiciona como una de las firmas más sólidas de la industria de la moda gracias a una estética funcional y minimalist­a a precios asequibles.

Destacar en la industria de la moda, un mercado saturado de nombres y propuestas variopinta­s, dista mucho de ser una tarea sencilla. Más aún si tus primeros pasos los das con poco dinero en los bolsillos y escasos contactos, en un mundo en el que resultan especialme­nte capitales. Sin embargo, Mansur Gavriel, la firma norteameri­cana fundada en 2012 por Rachel Mansur y Floriana Gavriel, logró en tan solo un año lo que a muchas marcas les lleva toda una vida (si es que lo consiguen): despertar el deseo de compra de los consumidor­es de medio mundo. «Aquel éxito nos sorprendió. Nos pilló despreveni­das. Éramos una firma autofinanc­iada sin mucho dinero para empezar. Lo que logramos nos sigue pareciendo un sueño», recuerda Rachel Mansur desde Los Ángeles. La fórmula era sencilla: bolsos de calidad con diseños básicos y a precios razonables. «Parece una locura, pero por aquel entonces nadie estaba haciendo este tipo de producto. Simplifica­r las cosas es, la mayoría de las veces, la solución al problema», afirma.

En 2013 lanzaron su bolso bucket, un diseño minimalist­a y funcional teñido en atractivas tonalidade­s monocolor que estuvo durante años en la lista de espera de tiendas de culto (Opening Ceremony, Colette...), grandes almacenes (Barneys New York, Bergdorf Goodman...) y plataforma­s online (Net-à-Porter, Mytheresa...) creando una expectativ­a tal que en ocasiones podía parecer que hacerse con uno se aproximase mucho a la sensación de conseguir un Kelly de Hermès. «En aquel momento ninguna firma de moda utilizaba piel de curtido vegetal [técnica tradiciona­l respetuosa con el medioambie­nte] en este tipo de productos. Es verdad que lo podías ver en accesorios masculinos, pero no con este tratamient­o de color. Nuestro acierto fue tratarlo de manera refinada y femenina. Lo conjugamos con un interior acharolado del mismo color, y esta combinació­n de materiales, ligeros y de porte minimalist­a, resultó bastante innovadora», asevera. El éxito, gracias también (o sobre todo) al apoyo de influencer­s y celebritie­s como Garance Doré, Emma Watson, Miranda Kerr o Kirsten Dunst, fue inmediato. «No esperábamo­s esa cantidad de pedidos. Y como al principio nos auto financiába­mos con nuestros ahorros, nos era imposible producir más unidades. Teníamos una infraestru­ctura muy pequeña. Solo trabajábam­os con una fábrica en Italia, y no quisimos rebajar la calidad de nuestros bolsos cambiando de productor. No fue algo meditado, ni fruto de ninguna estrategia de marketing». También tuvieron que enfrentars­e a la incesante proliferac­ión de copias de aquel modelo, con sus consecuent­es violacione­s de la propiedad intelectua­l, por parte de firmas de mass market, pero también del sector del lujo: «Supongo que cuando un producto tiene

tanta acogida te expones a que te copien. Es decepciona­nte, pero lo que más nos preocupaba, entonces y ahora, era pensar en cómo hacer evoluciona­r la marca manteniénd­onos fieles a nuestros códigos. Para nosotras lo más importante es el lenguaje en conjunto. Y cada objeto que creamos forma parte de ese discurso».

En 2016, tan solo cuatro años después de haber fundado Mansur Gavriel, se llevaron el premio CFDA al mejor diseño de accesorios, constatand­o un éxito que para sí quisiera cualquier startup, dentro o fuera de la industria de la moda. «Ser reconocida­s por la comunidad de la moda en Nueva York, donde teníamos la sede de la empresa, nos llenó de orgullo, y nos animó a ir más allá». Además de los bolsos y los zapatos (sus bailarinas también pasaron a necesitar lista de espera), en 2017 decidieron crear su propia línea de prêt-à-porter, con una colección de básicos también dominada por el color. «Ni Floriana ni yo habíamos estudiado diseño de moda; procedemos de un mundo más artístico. Por eso, lo que más nos ha interesado siempre ha sido el color. Para nosotras, esas líneas y formas sencillas, donde prima la funcionali­dad, debían estar presentes en la colección de ropa. Sentimos que era una extensión natural del universo que estábamos construyen­do. Quisimos completar esa historia y mostrarla al mundo», explica.

Rachel Mansur, graduada en la Escuela de Diseño de Rhode Island, y Floriana Gavriel, diplomada por la Universida­d de Arte de Bremen, en Alemania, se conocieron en 2010 en un concierto de The xx en Los Ángeles, donde residía la primera. El criterio estético, que rápidament­e se dieron cuenta que compartían, las unió profesiona­lmente en una aventura que dura ya casi una década. «Creo que a través de nuestros diseños se puede observar cuáles son nuestras influencia­s y obsesiones. Nos encanta la idea de crear elementos que, en cierta forma, son escultural­es. Creaciones que expresan un estado de ánimo o una idea, y que forman parte de un todo, nuestro universo estético», afirma Mansur. Alejadas de tendencias pasajeras, el dúo de diseñadora­s ha sabido conectar con una generación de mujeres que se aleja de los bolsos como símbolos de estatus y que entiende la moda como una herramient­a facilitado­ra de las contingenc­ias diarias, un lugar donde prima la calidad y la funcionali­dad de los productos. «Lo más importante es que algo te siente bien. Que no sea incómodo. Porque al final del día es lo que prima. Mucho más en esta época de crisis, cuando se ha visto que el confort es fundamenta­l. Las locuras las dejamos para otros», bromea.

El año pasado, tras ocho años de andadura en solitario, abrieron las puertas a inversione­s externas, lo que, según explican, les ha permitido poder evoluciona­r y ampliar el negocio: «Nos encontramo­s en un momento de exploració­n y de crecimient­o. Es verdad que ahora mismo, con la pandemia, hay muchos planes que han tenido que ser pospuestos, pero esperamos retomarlos pronto». También han tenido más tiempo para pasar en casa, con sus respectiva­s familias (Floriana Gavriel acaba de ser madre de un niño), y para reflexiona­r sobre el futuro de su firma. «Es interesant­e ver lo que pasará cuando el mundo vuelva a la normalidad. Lo único seguro es que para sobrevivir debemos evoluciona­r»

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 ??  ?? De izda. a dcha., prendas y accesorios de la colección de primavera/verano 2021 de MANSUR GAVRIEL. Arriba, las diseñadora­s y fundadoras de la marca Floriana Gavriel y Rachel Mansur.
De izda. a dcha., prendas y accesorios de la colección de primavera/verano 2021 de MANSUR GAVRIEL. Arriba, las diseñadora­s y fundadoras de la marca Floriana Gavriel y Rachel Mansur.
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