VERÓNICA E ICIAR
asegura que Un proverbio nepalí todos tenemos «un puñado de tierra, un espejo en el cielo»;
ese lugar donde hallamos la felicidad. La directora Iciar Bollain lo toma prestado para contar una historia de entrega a los demás protagonizada por Verónica Echegui. Las dos, nominadas a los premios Goya en las categorías de mejor guión y actriz protagonista, desgranan su experiencia en Katmandú.
Aveces, la vida te da un regalo. A Iciar Bollain este le vino en forma de propuesta para llevar a la gran pantalla las peripecias de Victoria Subirana, conocida como Vicky Sherpa, una maestra que llegó a Nepal y supo que su destino estaría siempre ligado a la educación de aquellos pequeños a los que se les negaba lo básico por pertenecer a la casta de los intocables. Montó una ONG (Fundación Eduqual) y allí permanece luchando para que la falta de dinero no trunque sus deseos. Basada en esta biografía, la directora ha construido su propia visión de cómo una catalana, Laia, puede caer rendida ante una cultura tan alejada a la suya; del valor de la amistad y del hallazgo de la pasión de la forma menos ‘occidental’ posible, a través de un matrimonio de conveniencia. Para el papel protagonista eligió a Verónica Echegui que, a pesar de haber trabajado con la realizadora en ‘Mataharis’, tuvo que pasar un casting; tenía ante sí una dura labor, porque los actores locales no eran profesionales. Iciar y Verónica conversan sobre el poder transformador de los viajes, comenzando por cómo afrontan su llegada a un país del que nos separan más de 10.000 kilómetros e importantes diferencias culturales...
Cuando llegas a Nepal descubres que tienes una actitud paternalista, de europea dueña del mundo.
Debemos
eliminar ese prejuicio.»
Iciar Bollain
Iciar Bollain: En tu imaginario fantaseas con llegar a un país exótico e idílico y te encuentras con una ciudad gigantesca y bulliciosa. Crees que vas a un sitio donde encontrarás la paz, un lugar de meditación, y te encuentras con el caos.
Verónica Echegui: Yo, sin embargo, no llevaba ninguna idea previa, aterricé sin prejuicios ni apenas conocimientos. Me llevé una bofetada brutal, me impactó; no conocía Asia, y me encontré como en otro planeta. Recuerdo muy bien el barro, la basura, la cantidad de gente que deambulaba por la carretera... Menos mal que tuve un tiempo para adaptarme.
I.B: Te agradezco que llegaras un mes antes y me ayudaras en la elección del casting; sobre ti recaía todo el peso de la película, eras la única actriz profesional y debías sentirte cómoda con el resto de tus compañeros.
V.E: Me daba vértigo saber cómo iban a interactuar conmigo, pero todo fue muy fluido, me ayudaron muchísimo a creerme la historia.
I.B: No me extraña, porque el chico que interpretaba a tu marido, a veces, no entendía muy bien
Los niños que actuaron como extras se mareaban cuando venían al rodaje, porque únicamente salían del orfanato una vez al año.»
Iciar Bollain
la diferencia entre realidad y ficción porque, cuando llorabas en una escena, me miraba como preguntándose qué te había hecho.
V.E: Sí, yo notaba que se lo creía. Para hacer la escena de amor hablamos mucho, él sentía mucho pudor porque su familia podía ver la película y estaba casado.
I.B: Le sorprendía que le tocaras y le abrazaras delante de todo el mundo. Es que ellos viven en
La experiencia ha supuesto un bofetón. He descubierto que, en un futuro,
me gustaría dedicarme a algo que tuviera que ver con la educación.»
Verónica Echegui
una cultura en la que tanto hombres como mujeres muestran los afectos en privado.
V.E: Lo hacía sin pensar; llegamos allí intentado imponer nuestras normas porque creemos que son más válidas...
I.B: ... Y descubres que tienes una actitud paternalista, de europea dueña del mundo. Debemos eliminar ese prejuicio.
V.E: Pero, ¿cómo evitar ciertos tópicos? Allí, a los dos minutos, quieres montar una ONG. A mí, los niños del orfanato, que actuaron como extras en la película, me conmovieron. Les compré un diccionario inglés-tibetano para que nos pudiéramos entender cuando íbamos de excursión.
I.B: Claro, nos rompieron el corazón a todos, ¡eran unos críos tan cariñosos! Se mareaban cuando venían al rodaje porque únicamente salían del orfanato una vez al año. Cuando estaban con nosotros, florecían.
V.E: Te parecerá un tópico pero a mí esta experiencia me ha servido para saber lo que quiero; ha supuesto un bofetón. He descubierto que, en un futuro, me gustaría dedicarme a algo que tuviera que ver con la educación.
I.B: Me pasó algo parecido; reflexioné mucho sobre el tema de la educación. Rompo una lanza por la labor de los profesores en todos los lugares del mundo. En España no se les respeta, ni tienen prestigio social, cuando son ellos los que forman a los ciudadanos del mañana.