EL PARAÍSO DE LA BARONESA
Necesita el sol, La Luz y el color para VIVIR. por eso CARMEN THYSSEN HA DECORADO SU CASA MARBELLÍ como una VILLA tropical. BIENVENIDOS a ‘mata mua’.
Hay casas con nombre propio y la de Carmen Cervera en Marbella es todo un canto a la vida. ‘Mata Mua’, así se llama su refugio marbellí, en honor al cuadro favorito de su colección privada, el óleo que pintó Gauguin al llegar al Tahití como un homenaje, colorista y luminoso, al país que esperaba encontrar. «Me encanta el aire colonial que se respira en ‘Mata Mua’, la luz, la presencia de la naturaleza y los colores». Con estas palabras nos recibe la baronesa Thyssen nada más franquear las puertas de su casa. Decorada por ella misma, la vivienda es una sucesión de grandes espacios abiertos, con paredes blancas y tapicerías en rosa –«mis dos colores
preferidos»–, y grandes muebles de madera policromada traídos de todas las partes del mundo. «Algunos son muebles comprados en anticuario, otros son de subastas, de mercadillos, y también hay muchas piezas nacionales que no puedo evitar coleccionar», señala Tita Cervera con la vista en los jarrones de la estantería del salón.
el Valor de Lo artesanal
«Para mí, la artesanía y el trabajo manual es irrepetible. No hay una igual a otra. Por eso, cuando veo piezas de calidad, no puedo evitar preservar la obra de estos grandes artistas.» Considerada como una de las mayores coleccionistas del mundo, ama el arte en todas sus dimensiones, desde antes incluso de casarse con el barón y convertirse en la defensora del legado artístico Thyssen-bornemisza. «Los primeros cuadros que compré fueron de Mercedes Lasarte, cuando vivía en Los Ángeles con Lex Barker, mi primer marido –explica Tita–. Me enamoraron sus colores vivos, intensos, la alegría que me transmiten.» Desde ese
momento, las obras de Lasarte siguen en las paredes de sus casas y hasta ha retratado a una Tita vestida en blanco y rosa, claro.
amor por La Naturaleza
En toda la casa se mezclan grandes palmeras y bambús, con geranios, jazmines, hortensias y delicadas orquídeas. «La naturaleza me da buena energía. Me apasiona la jardinería y, realmente, tengo mano verde, los árboles me entienden. En su día salve mas de 200 en el paseo del Prado de Madrid, cuando me até a ellos», dice orgullosa. Carmen adora el clima cálido y asegura que Marbella es uno de sus lugares preferidos para vivir: «Me gustan los países donde no hay que ponerse abrigo en invierno, donde las palmeras y las flores te acarician y se puede disfrutar de las noches estrelladas.» Otra de sus pasiones son las joyas. Tiene una gran colección que no descarta exponer de forma temporal: «Entiendo bastante, tanto de la talla, que para mí es el golpe de gracia, como del tipo de piedra. Me encanta el fuego rojo del rubí, el verde de la esmeralda, la dulzura del agua marina y la pureza que transmite un brillante. También adoro las perlas, a las que hay que hablar y mojarlas en agua de mar porque están vivas.» ¿Y su próximo reto profesional? Tras inaugurar en marzo del pasado año el museo con su colección en Málaga, Tita aspira a tener algún día otro en Cataluña, donde ya ha prestado tres colecciones temporales. «La ilusión me mantiene viva. Soy optimista y me gustan los sueños bonitos.»