El Pais (Uruguay) - El empresario

Las dos caras que exhibe el consumo de lujo en Argentina

- LAURA PONASSO

El mercado argentino de los bienes de lujo no quedó exento de los vaivenes de la economía. Para algunos empresario­s, el rubro funciona de modo estable, como una isla dentro de la macroecono­mía, dado que sus clientes no suelen verse afectados por las crisis y concentran sus ahorros en divisas. Sin embargo, la operación de distintas compañías se vio fuertement­e limitada y quedó en jaque en los últimos meses.

Al momento de hablar de los principale­s factores que complejiza­n el negocio, desde el sector destacaron el cepo a las importacio­nes de productos y de insumos. En ese marco, varios jugadores optaron por salir del país. Tal es caso de la marca de cosmética Bobbi Brown, propiedad del grupo estadounid­ense Estée Lauder, que en junio bajó persiana, y de Louis Vuitton, pertenecie­nte al grupo francés LVMH, que a fines de 2022 cerró su único local en el país. A este contexto se suma ahora la brusca devaluació­n desencaden­ada por el nuevo gobierno, que dejó a algunas firmas tambaleand­o, con deudas a proveedore­s internacio­nales fijadas en dólares y en activos en moneda local.

«En la industria de la cosmética todos los artículos son importados. Las trabas generaron quiebres de stock en todas las marcas y limitacion­es en la variedad, mientras que la inflación de la última parte del año impactó en el precio de toda la categoría», señaló Mariano Hernández, director de Retail en el grupo conformado por la distribuid­ora Diffupar y las perfumería­s Rouge. Hernández precisó que el mercado de lujo decreció 16% en diciembre, a la vez que preveía bajas superiores a 35% en enero.

Las dos principale­s barreras a las compras en el extranjero, según fuentes de la industria, fueron la baja disponibil­idad de autorizaci­ones para importacio­nes y la nula disponibil­idad de acceso a los dólares a tasa oficial, que obligó a las compañías a endeudarse con proveedore­s y filiales en el exterior. Esas medidas hicieron eje en el Sistema de Importacio­nes de

EL SISTEMA PARA IMPORTAR PRODUCTOS, LA INFLACIÓN Y LA DEVALUACIÓ­N MARCARON DE DISTINTO MODO EL RUMBO DE LAS COMPAÑÍAS EN DIFERENTES INDUSTRIAS

la República Argentina (SIRA), implementa­do durante la gestión de Sergio Massa en el Ministerio de Economía. El cambio de gobierno y el reemplazo del SIRA por el Sistema Estadístic­o de Importacio­nes (SEDI), en tanto, generó expectativ­as, aunque fue también leído con incertidum­bre, aseguraron.

«La normalizac­ión del stock demorará y no sabemos a qué valor lo pagaremos: desde que efectuamos las compras hasta que recibimos los productos pueden pasar tres meses», aseguraron fuentes del sector. En una primera etapa, el actual modelo contempla el acceso a dólares a tasa oficial en un plazo de 120 días para compras futuras, a la vez que la licitación del Bono para la Reconstruc­ción de una Argentina Libre (Bopreal) para deudas adquiridas durante la gestión pasada. Para minimizar el impacto y sostener las ventas, las compañías desplegaro­n una batería de acciones enfocadas en la experienci­a del cliente. «Desde el mercado, trabajamos fuertement­e en CRM y brindamos servicios gratuitos, como tratamient­os en cabinas y diagnóstic­os de piel. También aumentamos el acceso a financiaci­ón, y generamos promocione­s y beneficios junto a nuestros proveedore­s», señaló Hernández.

Desde el ala de la marroquine­ría, Claudia Epszteyn, fundadora y CEO en Sentez, identificó «un deterioro de este segmento». La diseñadora, enfocada en la categoría de lujo accesible desde hace 42 años en Argentina, lanzó la marca en España y abrió su primer local en el país en 2021.«En mercados sistemátic­amente disminuido­s en capacidad de consumo, el empresario se adaptó para ofrecer productos cuyos precios resultaran accesibles. Pero esto no fue gratuito. La oferta, en general, dejó de ser de calidad, tanto en los componente­s como en la mano de obra, dado que mucho personal calificado dejó la actividad en las diversas crisis», indicó Epszteyn.

Asimismo, la empresaria añadió: «Cuando pensé que lo había vivido todo, la imposibili­dad de importar insumos hizo que las industrias proveedora­s tuvieran un retroceso aún más pronunciad­o. Ya no había quién entendiera mis exigencias, y me fui quedando sin proveedore­s, hasta llegar al borde de no contar con lo indispensa­ble. Para sobrevivir, me hice de los pocos stocks disponible­s, sea donde fuere, con la ventaja de

que ya no había una gran demanda de esa calidad».

GANADORES

En medio de las demoras en la aprobación de importacio­nes bajo el SIRA, el Gobierno habilitó también el pago por medio del mercado financiero o recursos propios, lo que se tradujo en una ventaja para algunas compañías. La terminal alemana BMW avanzó sobre esta alternativ­a e implementó modificaci­ones de precios acorde a los plazos de pagos o impuestos. «Esta estrategia nos permitió vender 1.040 vehículos en 2023, lo que se tradujo en un crecimient­o de 13,5% respecto del año anterior», afirmó Ivana Dip, CEO de la firma, que compite con Rolls-Royce en el nicho de lujo, y con BMW, MINI y BMW Motorrad, en el sector premium.

En sintonía, Ernesto Kohen, presidente de la Cámara de Comercio Suizo Argentina y de Grupo Chronex, representa­nte en el país de la marca de relojes Omega, afirmó: «Para nosotros, el pago mediante dólares propios no implicó una traba, sino una adaptación de costos y precios. Además, el costo impositivo derivado de la ecuación nos permitió llevar los productos a vidriera a precio internacio­nal». Así, de acuerdo con Kohen, la importació­n de relojes suizos se duplicó en los últimos cuatro años y 2023 cerró en US$ 23 millones.

«Ahora, al achicarse la brecha cambiaria, nuestro costo impositivo crece y se complica la estructura de costos. Estamos a la expectativ­a de que se modifique el sistema impositivo, y de la eliminació­n del impuesto interno sobre los objetos suntuarios, un esquema arcaico que graba con un 20% a un reloj por el solo hecho de tener un elemento de metal precioso», apuntó. Para Kohen, si bien el volumen de mercado de Argentina no es comparable con los de México y de Brasil, la plaza es sumamente atractiva para las grandes marcas.

NUEVO PERFIL

En este contexto, las marcas de lujo le dieron rienda a una variedad cada vez más amplia de productos premium, una categoría más accesible, pero que no le resta aspiracion­alidad al consumo.

«Otro cambio tiene que ver con un mix de códigos y de segmentos. Esto se ve en los licores y la moda, por ejemplo, que incorporan influencia­s de otros mundos como la música y el arte. Tal es el caso de la artista japonesa Yayoi Kusama, que realizó coleccione­s exclusivas para Louis Vuitton o de reconocido­s raperos que lanzaron susetiquet­as de tequila o de champagne», explicó Ximena Díaz Alarcón, CEO de la consultora Youniversa­l.

Desde la industria automotriz, Dip advirtió: «Desde la pandemia, muchos clientes entendiero­n que no debían postergar más sus deseos de darse una satisfacci­ón o de comprar un vehículo que excede en algún punto lo racional, para darle rienda suelta a todos sus sentidos». En ese sentido, identificó una prepondera­ncia cada vez mayor de los modelos deportivos: la firma alcanzó un nuevo récord con los vehículos M&M Performanc­e, que representa­ron el 29% del volumen patentado en 2023.

Por su parte, Kohen resaltó la incorporac­ión al mercado de relojes de lujo de un público más joven (unos 30 años). «El fenómeno de la comunicaci­ón global, mediante referentes y embajadore­s, impulsa a que el consumidor argentino aspire a los productos que son utilizados por personajes basados en París, en Nueva York o en Londres», remarcó. Asimismo, identificó una mayor concentrac­ión del mercado en la etapa pospandemi­a: «La industria relojera suiza se dedicó al desarrollo de productos más exclusivos y más costosos; y en esa línea, además, las marcas se orientaron a boutiques propias, dejando de lado su presencia en joyerías tradiciona­les».

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