El Pais (Uruguay) - El empresario
El desafío de los primeros pasos de las empresarias
MUJERES REFERENTES DE NEGOCIOS RECORDARON CÓMO FUE CONSEGUIR CLIENTES AL INICIO DE SUS CARRERAS
Actitud y confianza en sí mismas y en sus saberes son algunos de los ingredientes que coinciden en las recetas de éxito que han aplicado varias mujeres líderes del empresariado uruguayo.
Seis referentes del ecosistema de negocios local compartieron con El Empresario sus primeras experiencias en el mundo profesional y contaron cómo lograron conseguir sus primeros clientes y sus contratos más importantes. Todas coincidieron que, si bien existen desafíos, estar seguras de sus capacidades es lo más importante y lo que las ha llevado a lugares de liderazgo.
Son emprendedoras, empresarias, referentes locales y de nivel internacional, ejecutivas de diferentes sectores como arquitectura, sistemas legales, de cuidado, finanzas y biotecnología con perfiles diferentes pero algo en común: se colocaron al hombro proyectos empresariales con los que han triunfado hace varios años.
En el siguiente informe, las estrategias que aplicaron para sortear el primer escollo y trazar el camino hasta el presente.
Para la fundadora de Tunnany (servicio de selección de niñeras por Internet) conseguir a sus primeros clientes no fue un gran desafío. En sus inicios en el negocio recuerda la ayuda de «las tres Marías» a las que podría considerarse como clientas «estrellas». Era setiembre de 2008 cuando puso un aviso en Internet que decía: «seleccionamos niñeras» con un doble enfoque, encontrar postulantes y clientes.
El primer cliente de Prometeo fue una fintech mexicana. No salieron a vender, sino que su cliente los buscó porque ya los conocía, recordó la confundadora y co-CEO de la fintech local. El desafío se presentó a la hora de ponerle precio al servicio. «Fue lo más complejo. Establecer un valor en un producto es siempre bastante difícil, pero teníamos cierta claridad de lo que queríamos», asegura. Entrar en el mercado local también fue desafiante porque «Uruguay es bastante difícil, es muy conservador», por eso comenzaron a vender primero en el exterior. Al contrario de la bibliografía que dice «adaptá tu producto al mercado», salieron a buscarlos en donde su servicio era tendencia. «Eso fue un gran aprendizaje, a veces no es el producto lo inadecuado, sino el mercado al que lo llevás». Entender esto, las necesidades y el networking, sumaron mucho, asegura. Como mujer, en el camino encontró algunas dificultades. «Todas las empresarias tenemos anécdotas que muestran un desbalance de género, porque te subestimaron o te hicieron sentir que no pertenecías. Siempre creí que eso era aún más combustible para seguir y redoblar la apuesta», reflexionó la cofundadora.
María, una madre de Carrasco Norte, fue la primera en contratar sus servicios. Había vivido en EE.UU., y quizás por eso «le resultó natural la propuesta» de contratar el servicio por Internet, cuenta. Luego llegaron María, de Parque Batlle y María, de Parque Rodó y el negocio creció con el boca a boca. «Las tres Marías dieron el puntapié inicial para que todo fluyera muy naturalmente», destacó. Cada
Hace un año y medio que emprendió en biotecnología con MetaBIX Biotech, luego de crear Aravanlabs, y recientemente logró su primer acuerdo grande y fuera del continente americano. Un miembro de su advisory board (órgano consultivo) fue el nexo para encontrar a un posible cliente en India, y después de varias reuniones online viajó para conocerlo. «Fue una experiencia excelente», cuenta. Si bien la cultura es diferente, y la expansión del territorio y la población son «totalmente distintas» a lo que está acostumbrada, fue un desafío bueno y la curva de aprendizaje fue muy favorable. Haber negociado antes con otras empresas y tener ese conocimiento la ayudó, explica. Se encontró con un socio que conoce mucho el mercado y la tecnología, y que «se toma otros tiempos para planificar y que las cosas salgan bien», y eso es muy positivo, dice. Volvió a Uruguay con la firma de un acuerdo marco con un socio comercial para trabajar en varios países asiáticos, incluido India. Sobre su experiencia negociando como mujer emprendedora sostiene: «Soy quien soy con mis objetivos y logro lo que me propongo más alla del género, especie o clase social».
una de ellas referenció el servicio y «hasta el día de hoy nunca tuvimos que salir formalmente a vender», cuenta. El gran desafío con los años ha sido haber creado confianza sin conocerse personalmente con los clientes. En 15 años y con más de 1.000 niñeras conoció en persona solo a siete clientes, de más de 2.000 de 17 nacionalidades. «Lo logramos por la forma que tenemos de trabajar», cerró.