El Pais (Uruguay) - El empresario

Detrás del fracaso del auto de Apple: comienzos en falso y giros equivocado­s

- BRIAN X. CHEN Y TRIPP MICKLEA

Durante la década pasada, muchos empleados de Apple que trabajaban en el secreto proyecto automovilí­stico de la compañía, cuyo nombre interno en código era Titán, le dieron un nombre menos halagador: desastre del Titanic. Sabían que el proyecto probableme­nte fracasaría.

A lo largo de su existencia, el proyecto del automóvil fue desechado y reiniciado varias veces, despidiend­o a cientos de trabajador­es en el camino. Como resultado del duelo de opiniones entre los líderes sobre lo que debería ser, el automóvil de Apple pasó de un vehículo eléctrico que competiría con Tesla a uno autónomo para rivalizar con Waymo de Google. Cuando a fines de febrero los ejecutivos anunciaron internamen­te que el proyecto estaba siendo cancelado y que muchos miembros del equipo estaban siendo reasignado­s para trabajar en inteligenc­ia artificial, Apple había quemado más de US$ 10.000 millones en el proyecto.

La desaparici­ón del proyecto fue un testimonio de la forma en que Apple ha luchado por desarrolla­r nuevos productos en los años transcurri­dos desde la muerte de Steve Jobs en 2011. Pasaron cuatro líderes diferentes y múltiples rondas de despidos. Fracasó en gran parte porque desarrolla­r el software y los algoritmos para un automóvil con funciones de conducción autónoma resultó demasiado difícil. Apple se negó a hacer comentario­s.

«Cuando comenzó, se trataba de alinear las estrellas en algo en lo que sólo Apple podía lograr un home run», dijo Bryant Walker Smith, profesor asociado de las facultades de derecho e ingeniería de la Universida­d de Carolina del Sur, quien habló brevemente con Apple sobre su proyecto en 2015. «Una década después, las estrellas se han realineado para que esto suponga un gran riesgo y no una gran ganancia».

Cuando Apple lanzó Titán en 2014, se encontraba entre una estampida de inversores, ejecutivos, ingenieros y empresas que

EL PROYECTO, DENOMINADO TITÁN, COMENZÓ CON UN VEHÍCULO ELÉCTRICO QUE COMPETIRÍA CON TESLA PERO CON EL TIEMPO SE FUE TRANSFORMA­NDO EN UN AUTOMÓVIL AUTÓNOMO PARA RIVALIZAR CON EL WAYMO DE GOOGLE

perseguían la idea de un automóvil autónomo. Después de que Google comenzó a probar prototipos en las vías públicas de California, voces en todo Silicon Valley insistiero­n en que los vehículos autónomos serían algo común. Apple no quería quedarse atrás.

En ese momento, la empresa estaba atendiendo preguntas de sus principale­s ingenieros sobre su próximo proyecto, según tres personas familiariz­adas con los orígenes del proyecto. Acababa de terminar el Apple Watch y muchos ingenieros estaban inquietos por empezar a trabajar en algo nuevo. Tim Cook, director ejecutivo de Apple, aprobó el proyecto en parte para evitar un éxodo de ingenieros hacia Tesla.

Apple también necesitaba encontrar nuevas formas de expandir su negocio. La compañía anticipaba que las ventas de iPhone se desacelera­rían.

A pesar de contar con un voto de confianza del director ejecutivo de Apple, los miembros del equipo sabían que estaban trabajando en contra de una dura realidad, según seis empleados familiariz­ados con el proyecto. Si alguna vez llegara al mercado, probableme­nte costaría al menos US$ 100.000 y seguiría generando ganancias muy pequeñas en comparació­n con los teléfonos inteligent­es y los audífonos. También llegaría años después de que Tesla dominara el mercado.

La compañía mantuvo algunas conversaci­ones con Elon Musk so

bre la adquisició­n de Tesla, según dos personas familiariz­adas con las conversaci­ones. Pero finalmente decidió que construir su propio automóvil tenía más sentido que comprar e integrar otro negocio.

Musk no respondió a una solicitud de comentario­s.

Desde su inicio, el proyecto estuvo plagado de diferentes puntos de vista sobre lo que debería ser, dijeron personas familiariz­adas con él. Steve Zadesky, quien inicialmen­te dirigió el esfuerzo, quería construir un vehículo eléctrico que compitiera con Tesla. Jony Ive, director de diseño de Apple, quería un vehículo autónomo, que los miembros del equipo de software dijeron que era posible.

Apple, que para entonces tenía US$ 155.000 millones en efectivo, gastó generosame­nte para contratar a cientos de personas con experienci­a en aprendizaj­e automático, un tipo de tecnología de inteligenc­ia artificial y otras capacidade­s para fabricar un automóvil autónomo. La afluencia de gente hizo que el proyecto fuera uno de los primeros que Apple desarrolló con tantos extraños en la cultura de la empresa.

Para reforzar la moral y la orientació­n, se involucrar­on ejecutivos estrella como Ive y el jefe de ingeniería de Mac, Bob Mansfield. La empresa adquirió varias startups para unirse al equipo automovilí­stico. En 2021, para llevar el proyecto hacia el éxito, Apple puso a Kevin Lynch, ejecutivo detrás del Apple Watch, a cargo del automóvil. Ive y su equipo de diseñadore­s dibujaron conceptos para un automóvil que se parecería a una minivan europea como el Fiat Multipla 600. No tenía volante y se controlarí­a mediante Siri, el asistente virtual de Apple.

Pero en 2016, estaba claro que el esfuerzo automovilí­stico estaba en problemas. Zadesky dejó Apple, y su sucesor, Mansfield, le dijo al equipo del proyecto que cambiaría su enfoque de la construcci­ón de un automóvil a la creación de software para vehículos autónomos, dijeron tres personas familiariz­adas con el cambio.

Apple obtuvo permisos de California para comenzar a realizar pruebas de conducción de vehículos utilitario­s deportivos Lexus equipados con sensores y computador­as. Mantuvo conversaci­ones con BMW, Nissan y Mercedes-Benz antes de llegar a un acuerdo con Volkswagen para proporcion­ar furgonetas Transporte­r para traslados autónomos en el campus de Apple.

Dos líderes más se hicieron cargo del esfuerzo automovilí­stico en los años siguientes. Doug Field, un ex ejecutivo de Tesla inclinó sus esfuerzos para construir su sistema de conducción autónoma. Luego, Lynch, que le sucedió en los últimos años, dio marcha atrás en los planes de la empresa y volvió a su idea original de fabricar un vehículo eléctrico.

A principios de este año, la cúpula de Apple decidió que era un mejor uso del tiempo de la compañía trabajar en IA generativa en lugar del automóvil, dijo la

compañía.

Apple invirtió más de US$ 10.000 millones en su desarrollo

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