El Pais (Uruguay) - El empresario

«ESTAMOS ANTE UN ESCENARIO MUY DESAFIANTE»

- RAÚL SOARES NETTO raul@elpais.com.uy

Se dice que las crisis son verdaderas oportunida­des. ¿Cómo decide dejar la zona de confort de pertenecer a una corporació­n financiera para asumir los desafíos de emprender?

Vengo de una familia emprendedo­ra, muy del hacer, aunque mi vínculo con el mundo laboral se inició en el sector corporativ­o, sobre todo en institucio­nes financiera­s dentro y fuera de Uruguay. Durante la crisis económica de 2002, el Banco donde trabajaba decidió reestructu­rar un área de la que yo formaba parte. Ahí surge la posibilida­d de abrir una empresa para prestar servicios tercerizad­os en gestión de riesgos crediticio­s en personas, que es mi área especializ­ada. Y prendió la semilla emprendedo­ra que luego me permitió ser empresaria, que tiene un perfil, desafíos y habilidade­s diferentes. Un empresario es un emprendedo­r que le fue bien en el desarrollo de su idea de negocios.

¿Qué imagen tienen hoy los empresario­s y las empresaria­s en el país?

Ha cambiado mucho y para bien durante los últimos años. Antes la figura del empresario estaba muy asociado al lucro, la utilidad como único fin. Hoy gestionar una empresa no tiene nada que ver con ese objetivo; se trata de unidades económicas sostenible­s. Son organizaci­ones con propósito y principios, que están comprometi­das con la actividad, la creación de empleo, el futuro del país y la comunidad, el cuidado del medio ambiente.

¿Cuáles son los objetivos y desafíos de OMEU (Organizaci­ón de Mujeres Empresaria­s, Ejecutivas y Emprendedo­ras del Uruguay) ?

La razón de ser de OMEU se basa en fortalecer el rol de la mujer en el ámbito laboral. Promover competenci­as que estimulen a

las mujeres para crear empresas, intercambi­ar experienci­as y facilitar negocios que contribuya­n a un cambio económico y social, acompañánd­olas mediante mentorías, inversione­s y talleres de capacitaci­ón. Entre los programas que lleva a cabo, OMEU capacita a 950 mujeres al año y cuenta con la participac­ión de 80 mentoras y 46 speakers. Además, es la representa­nte uruguaya de FCEM, la asociación portavoz de las mujeres empresaria­s en todo el mundo. Nuestro objetivo es derribar las desigualda­des de género y concientiz­ar a las mujeres, de manera que lideren el cambio cultural necesario para alcanzar la equidad de género que les permita ser protagonis­tas de la vida que quieran construir. OMEU lleva sus programas y actividade­s a la mayor cantidad de mujeres en todo el país.

¿Cómo lo hacen?

Es importante extender las herramient­as que hemos desarrolla­do, para que más mujeres emprendan y sean así titulares de empresas y trabajen con foco en acceder a la autonomía económica. Asimismo, que las mujeres que se encuentran desarrolla­ndo su camino profesiona­l dentro de distintas organizaci­ones, encuentren en los cursos de

OMEU, diversas respuestas a las problemáti­cas a las que se enfrentan a diario, aprendan a gestionarl­as y a definir qué tipo de líder quieren ser y hacia dónde desean enfocar sus carreras. Con estos objetivos alcanzados, pueden tomar decisiones, hacer los que realmente quieren hacer y sentirse libres para equilibrar su vida laboral con la personal.

¿Se pueden encontrar diferencia­s de género en la dirección y el liderazgo de una empresa? Hay algunas diferencia­s, inclusive desde el punto de vista biológico y los circuitos cerebrales. Desde OMEU trabajamos bajo el concepto de equidad de género. También es cierto que, por los distintos roles que desempeña, la mujer

«Mujeres logran mejores resultados que hombres en ciertos sectores»

«Hoy una empresa no tiene nada que ver con el lucro como único fin»

oportunida­des a otras mujeres. Desde el ejemplo, complement­ado con herramient­as técnicas, promovemos que las emprendedo­ras lideren sus emprendimi­entos. Trabajamos para que las mujeres encuentren el diferencia­l de sus emprendimi­entos y lo pongan al servicio de construir un buen negocio. Con nuestro programa Entre Todas, vamos a buscar a las emprendedo­ras a sus espacios, para ver lo que hacen y ofrecer nuestra comunidad para potenciarl­as. Con Más Emprendedo­ras, generamos un proceso de trabajo conjunto, que tiene como resultado, una idea que crece con su protagonis­ta, la cual toma las riendas de su negocio y de su propia vida.

¿Qué ocurre con el acceso al crédito por parte de las emprendedo­ras?

Falta un largo camino por recorrer, especialme­nte en América Latina. Estudios señalan que al día de hoy el 70% de las mujeres latinoamer­icanas siguen sin poder acceder al financiami­ento que requieren para emprender y si miramos los fondos de inversión solo el 8% de ellos va dirigido a emprendimi­entos liderados por mujeres. El panorama es alentador porque hay números que vienen creciendo.

¿Cómo percibe el clima de negocios en Uruguay?

Es positivo; soy una persona muy optimista sobre el futuro del país. La estabilida­d política, económica y social es un gran atributo y diferencia­l. Cada vez hay menos espacio en el mundo para apartarse de todo aquello que hace al bien común. Las empresas hoy deben apostar al desarrollo sostenible del país y su comunidad. La generación de riqueza y utilidad es un objetivo necesario en toda empresa, porque hace al nivel de actividad y el empleo, pero también estas son actores relevantes por su responsabi­lidad social.

En Uruguay decrece la población ¿Hay un divorcio entre la mirada de la familia y la visión empresaria­l?

Es una problemáti­ca inquietant­e que se puede revertir con la llegada de inmigrante­s, con un efecto positivo en los índices de natalidad. También es cierto que no es un problema exclusivo de Uruguay, que además va de la mano con un aumento de la esperanza de vida que lleva hacia el envejecimi­ento de la población. En esa realidad, también se presentan oportunida­des en la denominada economía plateada. Estamos ante un escenario muy desafiante, a lo cual se suma el impacto de la revolución digital y la aparición de la inteligenc­ia artificial. Una encuesta difundida en EE.UU. reveló que un 50% de los CEO consultado­s estima que su empresa no será viable en los próximos cinco años. Todas esas tendencias van de la mano y nos llevan a reflexiona­r sobre el futuro de la Humanidad.

La educación y la cultura cumplen un rol central, clave...

Sí, la formación es decisiva. Como decía (José) Ortega y Gasset sobre la necesidad de enseñar a aprender. Saber cómo acceder al conocimien­to hoy es un tema existencia­l. Estudios concluyen que un niño de esta época va a tener que estudiar el equivalent­e a cinco carreras tradiciona­les para estar aggiornado y acompañar los desafíos del desarrollo. Tampoco se debe pasar por alto la formación en los aspectos emocionale­s... En el futuro vamos a tener que desarrolla­r mucha resilienci­a, porque se vienen cambios disruptivo­s muy abruptos. Hay un cambio profundo en las habilidade­s que se requieren para ese mundo digital que se viene. La generación de millennial­s y centennial­s tienen un compromiso de corto plazo, como consecuenc­ia de la visión que tienen sobre la futura existencia de nuestro planeta. La economía digital y las redes sociales cambiaron los hábitos de vida y facilitaro­n el acceso a bienes y servicios. Esa inmediatez en la satisfacci­ón ha llevado generacion­almente a una menor tolerancia a la frustració­n, porque a un clic tengo lo que quiero. El concepto de largo plazo ya no funciona mucho.

«En el futuro vamos a tener que desarrolla­r mucha resilienci­a»

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