Espinel: “La ilusión es grande”
Wanderers está en su mejor racha desde la llegada del técnico coloniense
Hace cuatro meses Wanderers vivía un momento complicado. Perdió el último partido del Apertura y los tres primeros del Intermedio. Era el peor momento del equipo, pero fue reafirmada la confianza en el cuerpo técnico y actualmente se devuelve esa confianza.
Hoy en día, el bohemio lleva seis partidos sin conocer la derrota, con cuatro victorias y dos empates. Pero además está arriba en el Clausura y peleando una copa.
“Conseguimos tres puntos que nos posicionan en el Clausura, que lo empezamos a mirar de reojo, y que además nos permiten seguir creciendo en la Tabla Anual. El equipo es competitivo y la ilusión es grande”, dijo Eduardo Espinel luego del encuentro. El equipo encontró su mejor versión y se lo ve recompensado con puntos. “Felicito a los jugadores. En el complemento salimos a presionar, a buscar el error defensivo de ellos con transiciones rápidas y nos salió todo a la perfección”, comentó.
“En el primer tiempo no nos animamos en ataque, retrocedimos y ese fue nuestro déficit”, admitió sobre unos primeros 45’ sin chances de gol para sus dirigidos. “A Nacional le duelen las transiciones rápidas por su forma de jugar, ya que los laterales van, los carrileros van. Pusimos jugadores rápidos sobre las bandas y la tenencia de balón se convirtió en rapidez y contundencia en ataque”, agregó.
Ayer Espinel llevó a Wande- rers a ganarle a Nacional, lo que siempre es difícil y meritorio, pero más aún porque el bohemio no había logrado nunca una victoria en el Parque Central en toda la era del profesionalismo. La última vez había sido en 1929, tres años antes del fin del amateurismo.
Si el camino de Wanderers tiene como premio algo más que una copa internacional lo dirán sus resultados y los de los grandes, pero antes debe preocuparse por los cinco partidos que le faltan en el Clausura con tres visitas complicadas. En la próxima recibirá a Progreso, restándole solo contra Racing en la 12° fecha como local; luego viene Defensor en el Franzini, River en el Saroldi y Cerro en el Tróccoli. Un camino duro hacia la ilusión.