El Pais (Uruguay) - Revista domingo
LOS DATOS DE LA AUTONOMÍA
▪ La transición a la adultez cumple varios pasos importantes. Uno, no menor, es la salida del hogar de origen para formar una casa propia. En Emancipación y formación de hogares entre los jóvenes uruguayos: las transformaciones recientes, un artículo de la Universidad de la República, publicado por los sociólogos Daniel Ciganda e Ignacio Pardo, se explica que entre la década de 1900 y el año 2008 el cambio más significativo es que cada vez más los jóvenes se van no para formar familia, sino para vivir solos, con amigos u otros parientes. También indican que a diferencia de lo que ocurre en otros países, los jóvenes no demoran cada vez más en salir del hogar familiar, si bien hay excepción en los de estratos más altos y aquellos “que acumulan más años de educación”. Además, “la salida del hogar para vivir con la pareja es más tardía que la que concluye en un hogar no familiar”.
Para el artículo (de 2013), Ciganda y Pardo se basan en la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ) y toman los datos las realizadas en 1990 y 2008. La última ENAJ se hizo en 2013 y en el artículo Cambios y permanencias en las transiciones ala vida adulta de los jóvenes en Uruguay, la socióloga Verónica Filardo explica que en cuanto a la edad de salida del hogar, no hay demasiadas diferencias. Otro dato que destaca la socióloga, es que “salvo para el nivel educativo hasta primaria —en el que se incrementan— , las distancias entre varones y mujeres en las edades de autonomización tienden a una convergencia mayor en el 2013”.
En Jóvenes y adultos en Uruguay: cercanías y distancias (2009), Filardo explica que el hecho de que muchos mayores de 25 años no se hayan independizado “indica que las condiciones del mercado de empleo, el apoyo de las familias y el desarrollo de políticas públicas fundamentales como las de vivienda están fallando a la hora de proveer oportunidades de autonomización a los jóvenes”.