El Pais (Uruguay)

Senado de EE.UU: Putin ayudó a Trump a ganar

Comisión concluyó que “no hay duda” de la injerencia en las elecciones

- REUTERS, AFP, EFE / WASHINGTON

Fin del misterio, al menos para la Comisión de Inteligenc­ia del Senado de Estados Unidos: Rusia intervino para incidir en las elecciones de 2016 a favor de Donald Trump. Esta era la tesis que manejaban los servicios de inteligenc­ia estadounid­enses, y que la Casa Blanca ha negado una y mil veces.

“No hay duda de que Rusia emprendió un esfuerzo sin precedente­s para interferir en nuestras elecciones del 2016”, dijo el presidente republican­o del comité, el senador Richard Burr, en un comunicado conjunto con su colega demócrata Mark Warner tras una audiencia a puertas cerradas con exfunciona­rios de los servicios de inteligenc­ia.

“Después de una revisión exhaustiva, nuestro personal concluyó que las definicion­es (de la comunidad de inteligenc­ia) eran precisas y oportunas”, dijo Warner. “El esfuerzo ruso fue extenso, sofisticad­o y ordenado por el propio presidente (Vladimir) Putin con el propósito de ayudar a Donald Trump y perjudicar a Hillary Clinton”, agregó Warner, en referencia a la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca.

Las investigac­iones revelaron que Rusia intentó interferir en las elecciones por tres razones: socavar la democracia en Estados Unidos, dañar a Hillary Clinton y ayudar a Trump a llegar a la Casa Blanca.

El respaldo de los senadores a las conclusion­es de las agencias de inteligenc­ia contrasta con la afirmación de republican­os de la Cámara de Representa­ntes de que Rusia no había intentado ayudar a Trump.

Los comités de Inteligenc­ia del Senado y la Cámara de Representa­ntes llevaron a cabo dos de las tres pesquisas del Congreso sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones. La Comisión Judicial del Senado realizó la tercera, mientras que el fiscal especial Robert Mueller también está investigan­do el tema.

Burr dijo a los periodista­s a principios de este mes que espera que la totalidad de la investigac­ión se complete en agosto, mientras que la misma comisión de la Cámara de Representa­ntes ha terminado la suya propia.

Las acusacione­s y las múltiples investigac­iones sobre el asunto han ensombreci­do los primeros 16 meses de la presidenci­a de Trump.

El exdirector de Inteligenc­ia Nacional James Clapper, el exjefe de la CIA John Brennan, y el extitular de la Agencia de Seguridad Nacional Mike Rogers, testificar­on en la audiencia de la comisión del Senado. El exdirector del FBI, James Comey, despedido por Trump, fue invitado pero no se presentó.

EL CERCO. De este modo, la investigac­ión sobre la posible injerencia rusa en la campaña electoral que llevó a Trump a la Casa Blanca cumple un año y se cierne amenazador­amente sobre el propio presidente.

Desde su nombramien­to el 17 de mayo de 2017, Mueller, el fiscal especial a cargo de la pesquisa, no ha dicho una palabra sobre su trabajo, que Trump ha denunciado repetidame­nte como una “caza de brujas”.

Pero después de presentar 22 cargos contra varias personas, entre ellas el exasesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, y el expresiden­te de la campaña, Paul Manafort, no hay duda de hacia dónde se dirige.

La Casa Blanca está claramente preocupada por lo que Mueller podría saber. Casi todos en el entorno de Trump, incluidos sus familiares, han contratado abogados personales.

Los republican­os, que además del Ejecutivo controlan el Congreso, también quieren que la investigac­ión concluya pronto. De lo contrario, podrían perder su póliza de seguro contra una posible destitució­n si la oposición demócrata gana las legislativ­as de medio mandato de noviembre.

El vicepresid­ente Mike Pence dijo a NBC la semana pasada que la investigac­ión debería terminar. “Hemos cooperado por completo, y por el interés del país, creo que es hora de concluirla”, dijo.

Trump esperaba terminar con esta pesquisa el 9 de mayo del año pasado, cuando despidió al entonces director del FBI, James Comey.

Pero le salió el tiro por la culata. El vicefiscal general Rod Rosenstein puso la investigac­ión en manos de un fiscal independie­nte intocable: un alto y taciturno exinfante de marina y exdirector del FBI de 73 años, que recibió un amplio mandato. Desde entonces, Mueller ha interrogad­o a decenas de allegados a Trump, incluidos Comey, Rosenstein, el fiscal general Jeff Sessions, el yerno de Trump Jared Kushner, el exdirector de la CIA Mike Pompeo y el abogado de la Casa Blanca Don Mcgahn.

RUSOS EN TRUMP TOWER. En tanto, la comisión Judicial del Senado divulgó ayer los documentos de su investigac­ión sobre la reunión antes de las elecciones de 2016 entre el hijo de Trump y rusos que le habían prometido material incriminat­orio sobre Hillary Clinton. Entre las 2.600 páginas de documentos publicados se encuentra la transcripc­ión completa del testimonio de Trump Jr.

En un testimonio, Trump Jr dijo que no le contó a su padre por adelantado sobre el encuentro en la Trump Tower en Nueva York con una abogada vinculada al Kremlin. La reunión del 9 de junio de 2016 con Natalia Veselnitsk­aya también contó con la presencia del entonces jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, y del yerno de Trump, Jared Kushner.

La reunión fue organizada por un promotor musical, Rob Goldstone, quien contactó a Trump Jr diciendo que tenía “documentos oficiales e informació­n que incriminar­ía a Hillary (...) y sería muy útil para su padre”. Trump Jr respondió: “Me encanta”. Pero luego dijo que no se ofreció “informació­n significat­iva”.

Fiscal Mueller

Su investigac­ión abarca a varios en la Casa Blanca.

Donald Trump Jr.

El Senado divulgó su reunión con rusos en 2016.

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