El Pais (Uruguay)

“No somos una banda, somos tres gatos locos”

“El Buñuelo”, acusado de ser el “zar de la droga” en San Carlos, afirma que no sabe nada de los crímenes

- MARCELO GALLARDO / MALDONADO

Néstor Correa Balladares, alias “el Buñuelo”, insistió ayer con su inocencia y negó las acusacione­s que lo señalan como el cabecilla de una de las tres bandas narco que operan en la ciudad de San Carlos.

La Fiscalía de Maldonado había pedido su prisión preventiva por un delito de comercio de estupefaci­entes, pero el imputado debió ser liberado luego de que su defensa interpusie­ra un recurso de inconstitu­cionalidad contra el nuevo Código de Proceso Penal.

“El Buñuelo”, que se recluyó en su casa de San Carlos mientras la Suprema Corte de Justicia estudia el recurso, recibió a un periodista de El País en la vivienda de la calle José Lustemberg del barrio Rodríguez Barrios, que en los últimos meses ha sido escenario de cuatro homicidios atribuidos a una guerra de bandas de narcos.

El liberado convive con su esposa, sus dos hijos, sus padres y doce hermanos. La familia ya tiene dos hijos asesinados en los últimos años. La vivienda, en apariencia modesta, cuenta con varias cámaras de seguridad para controlar lo que ocurre en el exterior.

“Tengo ganas de ponerme una cámara en la cabeza y andar todo el día con ella prendida, para que vean qué clase de persona soy”, dice, convencido de su inocencia.

Asegura que solo tiene dos “viejos” antecedent­es penales, uno por receptació­n y otro por delitos de narcóticos. Dice que la presión policial a la que está sometido es inaguantab­le y que “casi” pensó en suicidarse.

“Casi me ahorco en la Décima de Punta del Este porque me tuvieron por todos lados. Me quise suicidar. Me iba a colgar porque me tienen podrido. Me pegan, me dicen de todo. Me pisan”, agregó.

“NO SÉ ESCRIBIR NI LEER”. Su infancia fue complicada, según la describe. Fue a la escuela de San Carlos. “Siempre estuve en el mismo banco. Nunca pasé. No sé escribir, ni nada. No se leer. Soy horrible”.

“Desde que dejé la escuela trabajé con mi carro y un caballo. Desde que mataron a mi hermano corté todo y me dedico al flete con el caballo”.

Al preguntarl­e cómo se siente al ser señalado como “el zar de la droga”, Correa dijo que se siente muy mal. “Me están ensuciando”, aseguró.

—¿Quién es el responsabl­e de las muertes que se han sucedido en este barrio de San Carlos?

—Yo mismo quisiera saberlo. Pienso que es gente a la que le pagan, los traen de otro lado, gente que viene de afuera... Los vecinos de acá saben que yo nunca me meto en nada, no ando a los balazos. ¿Cuándo hubo un balazo acá?

—¿De qué cree que lo acusa la Fiscalía?

—No sé. Encontraro­n drogas a una cuadra de mi casa. No sé quién la puso ahí.

—¿Qué es eso de la pensión que cobra del BPS?

—Cobraba una pensión. Me la retiraron porque se vence y hay que renovarla. El otro día fui al BPS para hacer el trámite. Los milicos me vieron y me sacaron chato pa’ abajo. Quise hacer los papeles en el BPS pero no puedo porque no me dejan salir.

—Dicen que en este barrio hay tres bandas. La del Cane, la del Danny y la suya.

—El que está conmigo es el ‘Garrafa’. Un desgraciad­o. Somos tres gatos locos y dicen que somos una banda. Me llevo muy bien con el Cane y con el Danny.

—Hay una versión que dice que la novia del “Carretilla”, un amigo del Cane, fue violada por ocho de sus colaborado­res. El “Carretilla” quiso vengarse y lo mataron de siete tiros.

—Nada que ver. Al “Carretilla” no lo mataron acá. Él nunca vino porque no se daba con nosotros. Yo estuve con la muchacha y le pregunté por eso. Ella contestó: “Tu perdóname. Pensé que eran ellos por la voz”.

—¿Cómo se explica toda esta violencia, todos estos homicidios que ocurrieron este año en su barrio?

—Yo soy inocente. No tengo nada que ver con nada. Este es un barrio tranquilo, no roban a nadie. Dicen cualquier cosa. —¿Y las muertes?

—Es un problema entre ellos; me ensucian a mí porque me tienen envidia. No me creo inocente pero hace años que no caigo.

—¿Mataron a dos hermanos suyos?

—Primero a mi cuñado. Ahí afuera vino uno y le pegó un tiro en el pecho. Yo estaba al lado. Fue hace mucho. Hace poco a otro hermano. Fuimos a una casa y entramos porque el tipo le había pegado a mi hermana. Entramos para hablar y el tipo le pega un tiro a mi hermano en el pecho. Desde lo que le pasó a mi hermano dejé todo.

—La Policía y la Justicia aún lo tienen en la mira, ¿por qué?

—Esos son los milicos viejos,

Según afirmó el “Buñuelo”, sus ingresos provienen de la cría de animales (cerdos y gallinas), de su trabajo como fletero en un carro tirado por caballos y de una pensión del BPS de $ 10.000. Cuando la Policía allanó su casa había tres automóvile­s y una moto de alta cilindrada. La vivienda que ocupa cuenta incluso con cámaras de video vigilancia hacia el exterior.

“Yo dejé todo desde el día que le pegaron un tiro en el pecho a mi hermano”.

de antes, que me tienen asco porque yo de menor hice una y mil cosas. Me mandé las mías hace años pero colgué todo cuando mataron a mi hermano.

—¿Qué espera del fallo de la Suprema Corte de Justicia sobre tu caso?

—Las cosas se van a aclarar porque soy inocente en esto. Me quieren meter en una bolsa. La droga apareció a media cuadra de mi casa.

—¿Consume drogas?

—Me fumo un porro de vez en cuando. Nada más.

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