El Pais (Uruguay)

Expertos advierten posibles riesgos

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GGG Unión Soviética. Y, la desaparici­ón de la figura de Lula de los carteles hace recordar el hábito estalinist­a de borrar las fotos de los que caían en desgracia en el régimen comunista, mucho antes de la aparición del photoshop”.

Pereira puntualiza: “Es claro que el PT no llegó a ese punto, y que Lula continúa siendo ‘el gran líder’”.

Agrega que debido al alto grado de rechazo a Lula y al PT, el director de Ibope, Carlos Augusto Montenegro, señala que si el expresiden­te fuera candidato en la actualidad, podría perder la elección.

EFICACIA. A medida que digieren y analizan el nuevo panorama político después del resultado estremeced­or de la primera vuelta electoral, los expertos en ciencias políticas y académicos coinciden en destacar que el fenómeno generado por Bolsonaro puede cambiar de manera definitiva la manera cómo se hacen las campañas electorale­s en Brasil. De forma contraria a lo que hicieron sus rivales que tuvieron mucho más tiempo de aparición en la televisión nacional —se les adjudica en función del tamaño del patido— y presentaro­n publicidad afinada, Bolsonaro desarrolló una campaña básica, de bajo costo e impulsada principalm­ente por las redes sociales. Sus adherentes crearon cientos de grupos en Whatsapp —que es usado por la amplia mayoría de los brasileños— para compartir informació­n de la movilizaci­ón, anécdotas, memes y teorías conspirati­vas.

Victor Piaia, un sociólogo de la Universida­d Estatal de Río de Jeniro, que estudia la comunicaci­ón política, indica a The New York Times que no resulta claro el grado de coordinaci­ón que la campaña tuvo con los grupos de chat. Pero, precisa que es evidente el papel que jugó para manejar la narrativa política y se benefició de una plataforma de mensajes que tiene un efecto de amplificac­ión. Agregó que este tipo de comunicaci­ón es menos en escala jerárquica, debido a que “todos son los curadores de su propio contenido, y eso hace que la informació­n que se distribuya resulta más atractiva”.

Por ejemplo, Piaia menciona la eficacia que mostró la campaña de Bolsonaro para dirigir el voto, porque “mientras otros partidos políticos distribuía­n panfletos en las calles, su campaña dedicó varias semanas a enviar mensajes a través de los grupos de Whatsapp con los nombres de los candidatos que apoyaba”.

Bolsonaro no pudo participar de gran parte de la moviliciar zación electoral, debido al ataque del que fue víctima el 6 de septiembre, en un acto en Minas Gerais, y que le causó heridas graves. Su presencia en la campaña se concretó a través de las redes sociales y con difusión de mensajes precisos en videos.

El viernes, Bolsonaro agregó a su estrategia electoral la primera conferenci­a de prensa, en la que resaltó uno de sus temas preferidos: va a jugar pesado para resolver el problema de la insegurida­d que golpea a Brasil. “Vamos a enfrentar la insegurida­d para que nuestro pueblo tenga paz, vamos a buscar países del primer mundo para aprovechar su tecnología y traer felicidad a nuestro pueblo”, sostuvo.

Mientras, Haddad intenta reducir la diferencia que lleva Bolsonaro hacia el balotaje. Si bien se muestra optimista al asegurar que solo debe avanzar un poco más de ocho puntos para superar a su rival, sabe que la brecha es grande.

Por eso, entre otras acciones busca un acercamien­to con la Iglesia Católica.

Asimismo, ha ratificado el apoyo a las políticas sociales que aplicaron los gobiernos del PT destinadas a los sectores más necesitado­s de la sociedad.

Por otra parte, Haddad, anuncia que planea enviar al Congreso proyectos de ley para las reformas fiscal y bancaria, si es elegido en el balotaje.

También manifiesta que tiene el propósito de usar el 10% de las reservas de divisas extranjera­s de Brasil para finan- proyectos de energía eólica y solar en el noreste del país.

PERSPECTIV­A. Más allá de las posiciones divergente­s que tienen los dos candidatos, los expertos en ciencias políticas Carlos Pereira, de la Fundación Gétulio Vargas y Carlos Ranulfo, de la Universida­d Federal Minas Gerais, coinciden —en declaracio­nes que recoge la periodista de O Globo Miriam Leitão— que, al menos en un primer momento, la democracia no se encuentra en riesgo en Brasil.

Pereira señala que “tenemos institucio­nes muy sólidas”, aunque puntualiza que si Haddad llega al gobierno e intenta limitar a las institucio­nes de contralor, la sociedad va a reaccionar, y si el presidente es Bolsonaro e intenta desprestig­iar las institucio­nes legislativ­as, la sociedad también reaccionar­á. Advierte que esas reacciones tienden a llegar a una escala de otro nivel de violencia.

Por su parte, Ranulfo estima que “es claro que la democracia no está amenazada, pero no subestimo el riesgo de un eventual gobierno de Bolsonaro”. En ese sentido dice que Bolsonaro tiene una mala relación con la democracia y estimula en la sociedad agresiones y violencia, lo que es parte de una corriente muy conocida en el mundo.

Pereira considera que si bien hay gran renovación del Congreso, la media de la cámara sigue siendo de centro-derecha, lo que daría más condicione­s de gobernabil­idad a Bolsonaro.

Pero, Ranulfo ve que, a pesar de la renovación, la tendencia es la misma con la cual el PT gobernó.

Pereira considera que habrá problemas si Bolsonaro intenta repetir el estilo del ex presidente Fernando Collor de Mello, de gobernar relacionán­dose directamen­te con el público, sin la intermedia­ción legislativ­a ni de los partidos. (Fuentes: O Globogda, The New York Times, AFP, Efe y Reuters)

Fernando Haddad anuncia proyectos para las reformas fiscal y de la banca.

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ACTO. Fernando Haddad participa, en San Pablo, de un encuentro con grupos vinculados con la cultura como parte de su movilizaci­ón.

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