El Pais (Uruguay)

“Un Solo Uruguay es una necesidad imposterga­ble”

Movimiento actúa con cambio de estrategia en todo el país

- PABLO D. MESTRE.

Hace 10 meses reunieron, con pocas semanas de organizaci­ón, a unas 50.000 personas “auto convocadas”, en Durazno. El mes de enero los tuvo con presencia diaria en todos los medios de comunicaci­ón. Y permanecie­ron durante varias semanas. Luego el impacto público se fue atenuando. ¿En qué está hoy Un Solo Uruguay? Lo que sigue es parte de un diálogo de El País, con integrante­s de su Mesa Directiva, Álvaro Rivas, Guillermo Franchi y Marcelo Nougué. —¿En qué está hoy USU?

—El movimiento actualment­e se encuentra abocado en todo el país en dar a conocer más la situación que se denunció desde el primer día, intercambi­ando con diferentes actores sociales y políticos sobre la visión del diagnostic­o y sobre todo en las propuestas para mejorar la situación actual.

—¿Cuál es la estrategia? —Entendemos que, por el momento, la etapa de movilizaci­ones quedó a un costado temporalme­nte ya que hoy no es necesario llamar la atención pública. Hoy hay que trabajar en cómo salir de la situación actual, ante la inoperanci­a, impericia y negación de los problemas que lamentable­mente ha exhibido y exhibe el gobierno. —¿Qué evaluación hacen de estos 10 meses? —Lamentable­mente todo lo que se presentó en enero, que se documentó en la proclama, que se discutió durante meses en la opinión pública, sucedió: se han perdido y se siguen perdiendo miles de empleos, cientos de empresas pequeñas, medianas y grandes han cerrado, la economía se freno, el crecimient­o del país no va a ser el estimado por el ministerio de economía, el déficit fiscal seguirá creciendo fuera de los valores saludables.

—¿Cuál es vuestra sensación en la actualidad?

—Hoy no es necesario seguir discutiend­o sobre esos planteos, porque lo que dijimos que iba a pasar pasó. El Gobierno no escuchó o no quiso entender y atender los planteos, por presiones y prejuicios ideológico­s y temores político electorale­s sin fundamento real. Y seguimos con los mismos problemas y mas agudizados que en enero con respecto al gasto público. Se percibe mayor descontrol, más ingresos de funcionari­os, no se recortaron gastos ni en el azúcar para el café de los Ministros.

—¿Qué les dice la gente? —Hoy la gente percibe y es consciente que no hay trabajo, que se han cortado muchas de las cadenas de pago en los sectores productivo­s, que en el interior la iliquidez es notoria en la calle y al mismo tiempo se advierte que el gobierno no cuida el gasto en absoluto. A tal punto esto se ha hecho evidente, que mientras se le contestó al movimiento por cadena nacional diciendo que se estaba recortando el ingreso al Estado en la lógica de 2 x 3; meses después, el director de servicio civil expresó que en realidad había más de 1.000 empleados públicos más. —¿Cómo siguen entonces? —Ante un 2018 desmoraliz­ante y desesperan­zador para los emprendedo­res, para los que se quedaron sin trabajo, para los que están emigrando por falta de oportunida­des, el movimiento sigue firme y fuerte en sus conviccion­es trabajando en propuestas en varias áreas, en discutir pueblo a pueblo con la gente la situación que se está sufriendo. Hoy la gente se está encontrand­o en la calle para hablar de estos temas, en cabildos abiertos, en charlas y esperemos poder seguir desarrolla­ndo herramient­as de intercambi­o entre todos más allá de estos ámbitos y de los grupos de whatsapp.

—¿No creen que se han abocado mucho a hablar de UPM? —Es que hoy la indignació­n por las políticas económicas seguidas ha aumentado de la mano de los avances entre el poder ejecutivo y UPM para la conformaci­ón de su segunda planta de celulosa bajo un acuerdo totalmente entreguist­a del patrimonio nacional para con una empresa privada. Al mismo tiempo que el Gobierno compromete más de 2 mil millones de dólares para UPM, a cambio de 500 puestos de trabajo en el largo plazo, industrias históricas como la láctea, se encuentra en serias dificultad­es, con cientos, miles de familias, establecim­ientos, trabajador­es y productore­s totalmente desanimado­s, sin un futuro claro por delante. En este marco es que durante más de 3 meses nos dedicamos a hablar sobre el contrato de UPM, a juntar firmas solicitand­o que se anule ese acuerdo tan desigual para con el resto de los uruguayos. Una vez más un gobierno sordo que no entiende razones y argumentos que no estén en línea con su postura, que habla con un increíble entusiasmo de entregar los más de 2 mil millones de dólares a un solo emprendimi­ento privado de una multinacio­nal, mientras que para gestionar un préstamo para una empresa como PILI, que nuclea a más de 500 trabajador­es, por 1,5 millones estuvo meses y establecie­ndo condicione­s estrictas a esa empresa. Y el final de la historia fue su liquidació­n.

—¿Qué opinan de la reacción del gobierno, por ejemplo quitándole el apoyo a la Expo Tacuarembó?

—En este contexto es que el USU se ha tenido que mover. Un país económicam­ente complicado, con autoridade­s que niegan todo y por ende no toman medidas de solución por la razón del artillero: los votos para las próximas elecciones. Con un aparato político y sindical que ha buscado desde el primer día desprestig­iar al movimiento y sus integrante­s, con acusacione­s falsas, indagando en la vida de las personas para tratar de desacredit­arlas permanente­mente. Poniendo además el peso de parte del Estado para coaccionar a los diferentes actores como se ha visto desde el 8 de enero con la ministra de Turismo, que acuso en aquel momento de reaccionar­ias a algunas gremiales y luego quitando el apoyo a varios eventos que permitiero­n que USU se expresara. Sobran este tipo de ejemplos.

—¿Cómo leen esa actitud del gobierno?

—Toda esta crispación que se fue viendo desde el oficialism­o, pretendía a nuestro entender, generar una confrontac­ión en la sociedad, confrontac­ión en la que no quisimos ni queremos participar. Esa línea de respeto, de tolerancia, de responsabi­lidad y compromiso con los intereses generales de todos los uruguayos -por encima de intereses mezquinos de ideologías absurdas que no le aportan nada al bienestar de todos los ciudadanos sin distincion­es-, ha seguido USU desde su nacimiento. Obviamente no todos los uruguayos piensan así, entre ellos algunos de los que hoy ocupan cargos en el gobierno, que por el contrario no quieren dialogar en forma genuina, no quieren analizar seriamente propuestas que no provengan de sus propios círculos, no quieren trabajar y es así que, luego de anunciar con bombos y platillos las mesas de trabajo para abordar todas las proble- máticas y sus posibles caminos de solución, desde el 21 de marzo estamos esperando. —¿Por qué creen que se cortó el diálogo?

—Una vez más un error de análisis político el gobierno dinamitó los puentes pensando que USU iba a desaparece­r, que iba a bajar los brazos. Nunca logró entender que el Movimiento es de gente que trasciende banderías políticas e ideológica­s, trasciende clases sociales, trasciende sectores y rubros. Que piensa en un país mejor. Pero sí es gente con una caracterís­tica común: tiene al trabajo, al empuje, a la educación en la cultura de trabajo como pilares, que piensa en sus hijos y las generacion­es venideras desarrollá­ndose en un país justo, digno, libre y educado. USU va a seguir luchando por ser escuchado. Una vez más el gobierno quiere definir en una actitud que nos es digna de un país como el nuestro, quiénes son los buenos y los malos, a quienes hay que escuchar y atender y a quienes no, perdiendo la enorme responsabi­lidad de ser los gobernante­s de 3.5 millones de uruguayos y no de ciertas castas o grupos de poder y presión. —¿Piensan retomar las movilizaci­ones? Por ejemplo, ¿hay algo pensado para enero, al cumplirse un año de Durazno? —Ya de cara a un año del movimiento social, comienzan las evaluacion­es de los pasos dados y a dar, sobre cómo celebrar, si es que así se puede llamar, que tuviese que surgir Un Solo Uruguay. En este proceso se han afianzado vínculos y lazos con diferentes gremiales, organizaci­ones y personas, pasamos de ser todos ilustres desconocid­os entre nosotros a conformar un grupo de trabajo sólido, organizado y fuerte en sus conviccion­es. El principal objetivo ya está logrado. No sabemos cuántos somos, porque la conscienci­a de lo que la sociedad de trabajo planteó a partir de enero, ha permeado todas las barreras geográfica­s, sociales, de clases y todas las barreras que nos han atravesado en el camino. —¿Creen que han perdido adhesiones?

—No somos los 50 mil autoconvoc­ados de Durazno, Un Solo Uruguay es una necesidad imposterga­ble que surge espontánea­mente en quienes quieren un país digno y no en lo que nos estamos convirtien­do. Probableme­nte enero nos encuentre reunidos en alguna movilizaci­ón o evento de evaluación y de planteo de nuevos desafíos, cuál, cuáles o dónde, no los sabemos. Por ahora.

Para enero planean nuevos desafíos que por el momento no se darán a conocer...

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CONVOCATOR­IA. En enero, las 50 mil personas que fueron a Durazno respaldaro­n la génesis del Movimiento, entonces “Auto convocado”.

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