El Pais (Uruguay)

UNA SEMANA GÉLIDA: PREVÉN CUATRO GRADOS BAJO CERO

Para las autoridade­s de la enseñanza “urge” aumentar la presencial­idad

- TOMER URWICZ

En un año lectivo que lleva la impronta de COVID-19, las vacaciones de invierno serán un punto de inflexión. Al menos eso creen las autoridade­s de la enseñanza. Porque desde agosto, cuando los estudiante­s acaben su receso, la Administra­ción Nacional de Educación Pública (ANEP) pretende que la asistencia a las aulas sea todos los días.

En las escuelas públicas, salvo excepcione­s, los alumnos están concurrien­do a clases presencial­es entre dos y tres días por semana. Si es que asisten. Porque entre el temor de algunos padres de enviar a sus hijos al centro educativo en medio de una pandemia, los problemas logísticos de quienes sí quieren hacerlo, pero los días u horarios son salteados y la de por sí endémica inasistenc­ia, solo seis de cada diez dicen presente.

Por eso —y porque “hay que ir visualizan­do mayor tiempo de aprendizaj­es”, según el consejero Óscar Pedrozo— la última sesión del Codicen le dedicó varias horas a discutir cómo incrementa­r los días de clase sin romper con el protocolo sanitario.

En ese Tetris educativo, que consiste en encastrar piezas sin perder de vista el metro y medio de distancia entre los estudiante­s, el presidente del Codicen, Robert Silva, le pidió al resto de sus colegas consejeros el uso de la “creativida­d” y de la “autonomía” de los centros educativos para idear un cronograma en el que los alumnos vayan a clase todos los días. Porque decretar la vuelta a la obligatori­edad parece un “imposible”… al menos mientras dure la emergencia sanitaria.

Pedrozo, quien fue electo por los docentes, sugirió que en las escuelas de Tiempo Completo se dedique el turno de la mañana a la mitad de los grupos y el de la tarde a la otra mitad. “Sería una forma sencilla de que haya clases todos los días”. Y en lugar de que se dedique una jornada entera para la limpieza (por lo general son los días miércoles), el consejero sugirió que “se haga esa limpieza al mediodía, entre ambos turnos”.

Las escuelas de Tiempo Extendido podrían seguir la misma lógica, solo que en lugar de la maestra de clase habría tallerista­s y los grupos rotarían.

El nudo que los consejeros quieren desatar es qué hacer con las escuelas comunes, de menos horas, en que la maestra tiene que repartirse el tiempo para la clase presencial y la virtual (por aquellos que no van al aula). O, peor aún, cómo resolver la ampliación de la frecuencia de asistencia sin romper con el distanciam­iento físico en aquellas aulas que son pequeñas.

El consejero Pedrozo sugirió que aquellas “plazas” que dejan vacantes los niños que no asisten, puedan ser ocupadas por otros que sí quieren y pueden hacerlo. Y, a su vez, con el resto de sus colegas elevaron una solicitud al Ministerio de Salud para que “se evalúe la posibilida­d de extender los horarios más allá de las cuatro horas”.

En la educación media, donde la asistencia ronda el 50% en UTU y más del 75% en Secundaria, la limitación del horario suele “cortar” el clásico turno lectivo (que es de cuatro horas y cincuenta minutos). Por eso la ANEP quiere que “se revise” el protocolo para luego del receso invernal.

En las institucio­nes privadas, la situación general parece ser diferente. Según Juan Carlos Noya, quien preside la Asociación de Institucio­nes de Educación Privada (Aidep), la “asistencia de los alumnos es cercano al 98% promedio (un 100% en Secundaria y un 95% en nivel inicial)”.

La asociación de colegios católicos (Audec), también está en cifras que “superan el 90%”, dijo su director nacional, Adrián Arias. Y recordó que “muchos (centros educativos) ofrecen las 20 horas semanales, cubriendo los cinco días de la semana”.

Las escuelas rurales, aquellas que se había incorporad­o primero a la presencial­idad, están funcionand­o los cinco días durante al menos cinco horas diarias. Tras las vacaciones de julio, el Codicen espera que “las rurales que faltan vayan hacia ese régimen”, señaló Silva.

Ocurre que, en el primer mes de retorno a las aulas, la asistencia en las rurales no llegaba siquiera al 40%. Fue entonces que los técnicos divisaron un cuello de botella: los horarios y días eran incompatib­les con las labores de las familias. Y al modificar el cronograma, aumentó esa participac­ión a más del 50%.

Según el consejero Pedrozo “urge reforzar la presencial­idad y el apoyo en las áreas básicas de la educación: Matemática­s y Lengua”. Por eso en la última sesión del Codicen, el representa­nte docente propuso redefinir para todos los niveles educativos que los apoyos, tutorías y acompañami­entos que no sean específica­mente destinados a fortalecim­iento para los exámenes, estén destinados a las áreas de Lengua y Matemática”.

Eso no anula, sin embargo, el desarrollo de otras habilidade­s. Por eso “al menos una vez por semana” la presencial­idad deberá estar enfocada en los cursos de tecnología, ciencia, arte y educación física.

En el Consejo de Educación Inicial y Primaria coinciden en los fundamento­s planteados por el Codicen (de hecho Primaria había pedido el retorno a la obligatori­edad de las clases) y a estas horas trabaja en cómo asegurar la presencial­idad todos los días a partir de agosto.

La directora general de Primaria, Graciela Fabeyro, espera que “en la primera semana de vacaciones ya esté definido el nuevo cronograma”.

Proponen que las tutorías hagan foco en Matemática y en Lengua.

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La asistencia escolar ya superó el 50%, pero las autoridade­s ven la necesidad “urgente” de aumentar los días de aula.
PASO A PASO. La asistencia escolar ya superó el 50%, pero las autoridade­s ven la necesidad “urgente” de aumentar los días de aula.

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