Entre alertas, OCDE y reputación
Debate entre el MEF y Bergara por efectos de las medidas para atraer a extranjeros al país
El cumplimiento o no de los estándares internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la reputación internacional de Uruguay y la posibilidad de volver a ser considerados “una plaza financiera opaca”, provocaron un debate en torno a la residencia fiscal en el Parlamento.
Por un lado, defendiendo la extensión de la “vacación fiscal” para nuevos residentes a 10 años y otras medidas que apuntan a la captación de extranjeros estuvo el equipo económico, y por el otro la bancada frenteamplista, liderada por Mario Bergara (exministro de Economía y expresidente del Banco Central).
Como ocurría en el pasado cuando se discutían aspectos de la política internacional del país, volvió a usarse una metáfora escolar para advertir sobre el rol de Uruguay. El senador de Cabildo Abierto, Guido Manini Rios, consultó qué ocurría en el mundo con la residencia fiscal: “El resto, ¿qué exenciones o qué condiciones ponen para establecer el domicilio fiscal? No sea cosa que nosotros, por querer ser los mejores de la clase, estemos afectando nuestros intereses por lo que puedan decir otros que, hacen lo mismo o cosas peores, dicho entre comillas”.
Ligado a ese aspecto fue que ocurrió el debate. El subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alejandro Irastorza, planteó que “promocionar un régimen de residencia por inversiones es totalmente legítimo para captar nuevos residentes y es habitual que muchos países centrales que intercambian en la OCDE lo gestionen y lo promocionen también”.
Indicó que al referirse a este tema “se acota mucho al país vecino, pensando solo en Argentina”, pero “es muy común en Europa que muchos residentes empiecen a realizar su planificación patrimonial; entonces, es importante darles estas condiciones para que puedan radicarse en el Uruguay”.
Aparte del proyecto de ley sobre la vacación fiscal, las consultas del Frente Amplio se extendieron al reciente decreto que flexibilizó las condiciones para acceder a la residencia fiscal. Al respecto, la directora de la Asesoría Tributaria del MEF, Pía Biestro, dijo que “en el marco de promover la inversión extranjera directa y la generación de empleos, planteamos dos hipótesis nuevas a través de las cuales buscamos una inversión real y creación de puestos de trabajo”.
Lo que se sumó para obtener la residencia fiscal a lo vigente desde 2016, es tener una inver
“No es pensando solo en Argentina, hoy en Europa hay mucha planificación fiscal”.
sión en inmuebles superior a US$ 370.000 posterior al 1º de julio y permanecer 60 días en el año civil; o tener participación en una empresa por un valor superior a US$ 1,6 millones y generar a partir de julio al menos 15 nuevos puestos de trabajo directos en relación de dependencia.
Bergara retrucó que “la residencia fiscal procura ser una forma de los Estados para identificar a quiénes pueden cobrar impuestos, pero no con el fin de promover que vengan a elegir un régimen más beneficioso, obviamente en detrimento de lo que serían las obligaciones —seguramente más onerosas— en sus propios países”.
Tras repasar lo que sucedió con la política financiera global tras la crisis de 2008, con las potencias impulsando desde la OCDE un proceso de transparencia, el senador señaló que “Uruguay, en el marco de una definición política, entendió que debía estar inserto en el mundo en base a reputación, a credibilidad y al cumplimiento de recomendaciones que nos parecen razonables”.
Bergara afirmó que no ve “el