Argentina se suma a los países que experimentarán una vacuna
En agosto inician los estudios clínicos de los laboratorios Pfizer y Biontech
Biontech estima que inmunizar a todo el mundo llevará unos 10 años.
Argentina fue elegida por las empresas farmacéuticas Pfizer de Estados Unidos y Biontech de Alemania como una de las sedes para los estudios clínicos para probar su vacuna contra la COVID-19. En un comunicado conjunto difundido en Buenos Aires, las dos compañías informaron ayer viernes que en Argentina se llevará adelante la denominada fase 2b/3 de la vacuna con tecnología ARNM.
Argentina fue seleccionada con base en diversos factores, entre ellos, la experiencia científica y las capacidades operativas del equipo de investigación principal, la epidemiología de la enfermedad, así como la experiencia previa del país en la realización de estudios clínicos.
El inicio del estudio clínico en Argentina está planificado para principios de agosto, sujeto a la aprobación del organismo regulador local, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
Las pruebas comenzarán a gestionarse desde el Hospital Militar y desde allí podrían extenderse al resto de la provincia de Buenos Aires. No estarán limitadas a los profesionales de la Salud o personal de Seguridad sino que estarían abiertas a la población general.
Fernando Polack, director científico de la Fundación Infant e investigador principal del estudio, y Nicolás Vaquer, gerente general de Pfizer en Argentina, informaron de esta decisión al presidente Alberto Fernández, ayer viernes en la residencia oficial de Olivos.
Hay otras dos alternativas en estudio para el tratamiento de la enfermedad. Una es el suero hiperinmune equino que comenzará a probarse en dos semanas, con 250 voluntarios en el área metropolitana. El otro es el ensayo con plasma de pacientes recuperados, que comenzó en mayo y que ya lleva a 204 pacientes transfundidos, la inmensa mayoría con éxito.
Pero la transfusión de plasma requiere de donantes recuperados de la enfermedad, sin antecedentes de otras enfermedades autoinmunes: se estima que se requerirán 400 dosis por semana, de 100 donantes cada siete días, como mínimo.
El desarrollo de vacunas es la mejor estrategia a largo plazo, pero debido a la emergencia sanitaria existe una necesidad urgente de encontrar soluciones rápidas y efectivas para el tratamiento de la enfermedad.
A FIN DE AÑO. Biontech espera obtener aprobación para su vacuna contra el COVID-19 y distribuir centenares de millones de dosis antes de final de año, según su consejero delegado Ugur Sahin en una entrevista con el diario Wall Street Journal.
La empresa, en sociedad con Pfizer y con la china Shanghai Fosun Pharmaceuticals, espera producir a escala mundial más de mil millones de dosis de la vacuna durante 2021.
Sahin estima que garantizar la inmunidad contra la COVID19 en el mundo puede llevar unos diez años, ya que en su opinión esa protección solo llegará “cuando más del 90% de la población mundial haya sido inmunizada, a través de la infección o la vacuna”.
La compañía tiene como accionistas, entre otros, a Pfizer, la fundación Bill y Melinda Gates, Sanofi y una unidad de Roche Holding.
Además de Biontech y Pfizer, entre los principales aspirantes a obtener una vacuna contra el COVID-19 están las farmacéuticas a Moderna, Astrazena y Johnson & Johnson.