Srebrenica, a 25 años del genocidio de 8.000 bosnios
La peor matanza en Europa desde la Segunda Guerra
En 1995 más de 8.000 hombres y adolescentes bosnios (musulmanes) fueron asesinados en Srebrenica, una ciudad que había caído en manos de las fuerzas serbias de Bosnia. La masacre, calificada de genocidio por el Tribunal Penal para la ex Yugoslavia (TPIY) fue la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Marcó un antes y un después en la guerra en Bosnia, que enfrentó a bosnios, serbios y croatas entre 1992 y 1995. El conflicto dejó más de 100.000 muertos y 2,2 millones de desplazados.
El secretario general de ONU, António Guterres, recordó este jueves el genocidio de Srebrenica que calificó como “el peor crimen atroz” perpetrado en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial e instó a seguir trabajando para lograr una “reconciliación genuina”.
“Veinticinco años después rendimos homenaje a las miles de personas brutalmente asesinadas y nos comprometemos a no olvidarlas nunca”, dijo Guterres en un breve mensaje de video con motivo del 25 aniversario de la masacre.
Como ya hicieran sus predecesores en el cargo, Guterres reconoció que “hace un cuarto de siglo las Naciones Unidas y la comunidad internacional le fallaron al pueblo de Srebrenica” y recordó las palabras del ex secretario general de la ONU Kofi Annan, que dijo que el fracaso de las fuerzas de paz “perseguirá nuestra historia para siempre”.
Desde el principio del conflicto en Bosnia, en abril de 1992, las fuerzas armadas serbias asedian Srebrenica, una ciudad de mayoría musulmana en Bosnia oriental, a 15 km de Serbia.
En abril de 1993, en un último intento para evitar la caída de la ciudad, la ONU declara como “zona de seguridad” un enclave de 148 km2 y despliega allí Cascos Azules encargados de asegurar la protección.
Pero el 11 de julio de 1995, Srebrenica cae en manos de las tropas del general Ratko Mladic, el jefe militar de los serbios de Bosnia, partidario, como su alter ego político Radovan Karadzic, de un “República serbia” étnicamente pura.
Sin armas y sin apoyo aéreo, los Cascos Azules holandeses de la Forpronu (Fuerza de Protección de Naciones Unidas) se repliegan en la base vecina de Potocari, donde se ven sumergidos por la llegada de miles de civiles que esperan protección pero a los que dejarán evacuar.
Los días siguientes, las fuerzas serbias de Bosnia separan a los hombres y a los adolescentes musulmanes de las mujeres y se los llevan en camiones y autocares para ejecutarlos.
Centenares de hombres que huyeron a los bosques cercanos son capturados y asesinados.
Las excavadoras empiezan entonces a enterrar los cuerpos en fosas comunes. La mayoría de esas fosas fueron abiertas más tarde con buldóceres para desplazar los cadáveres y disimular el alcance del genocidio.
En pocos días la matanza dejó más de 8.000 muertos.
Los primeros testimonios reunidos por las organizaciones humanitarias apuntan a las atrocidades cometidas por los hombres de Mladic.
Hasta ahora hubo quince condenas, cinco de ellas por genocidio, y hay dos juicios en curso contra tres hombres.
Radovan Karadzic fue condenado en 2019 por apelación en el TPIY a cadena perpetua.
Karadzic fue el más alto responsable en tener que rendir cuentas. El expresidente serbio Slobodan Milosevic murió en 2006 durante su juicio.
En 2017 la justicia internacional condenó a cadena perpetua a su brazo armado, Ratko Mladic, apodado “el carnicero de los Balcanes”. Tiene todavía pendiente un juicio en apelación en el Mecanismo Internacional de los Tribunales Penales Internacionales que tomó el relevo del TPIY en 2017.