¿Qué nos está pasando?

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Hace unos días, un joven de poco más de treinta años, muere de hipotermia; hecho triste y lamentable. Pero hay muchas cosas que no las comprendo y las explicaciones dadas son muy poco esclarecedoras.

Comencemos por el local que no le permite entrar y no le da otra solución. Este hecho de por sí amerita una investigación administrativa, dentro del Ministerio competente y seguramente en el ámbito de la justicia penal, dadas las consecuencias.

La persona se desacata, reacción bastante razonable, se llama a la policía y lo llevan preso, a la espera de la acción del fiscal. El fiscal entiende que por eso no debe estar preso y decide que lo liberen. Cuando se le interroga al fiscal, dice que no es de su competencia el tema de que ese ser humano quede en la calle, en un día muy especial. Seguramente no esté dentro de sus competencias técnicas; no obstante es un ser humano decidiendo sobre la suerte de otro. Las declaraciones de la profesional, me resultaron muy tristes, lo trató como si fuera un expediente para sacar un árbol de la vereda; pero más triste me pareció la apología del Fiscal de Corte, de la acción de su colega. ¿Aquí no corre el daño moral, o solamente está en la órbita de los juicios civiles? ¿La policía, más allá de la decisión de la fiscal, no debió tener en cuenta que estaba abandonando a una persona a pernoctar en la calle, en una noche climatológicamente especial?

Me resulta que las acciones burocráticas fueron tomadas dejando los valores morales y los derechos humanos a un costado. A mi parecer todos con distinto grado, tuvieron responsabilidad moral en el fallecimiento de ese joven.

Otros dicen, bueno este muchacho era un vago y en definitiva él eligió vivir de esa manera y él es el responsable de lo que sucedió, razonamiento éste, obviamente no compartible y muy triste. Realmente como se dice en la tragedia de Shakespeare, Hamlet, “algo huele mal en Dinamarca”.