Ciencia en carrera de desafíos
La labor vertiginosa para desarrollar una vacuna contra el COVID-19; hay 21 en evaluación
La búsqueda de una vacuna contra el COVID19 —en momentos en que hay 12,6 millones de infectados y 561.551 muertos en el mundo— se ha convertido en una vertiginosa carrera de obstáculos planetaria marcada por desafíos financieros, expectativas frustradas y problemas de seguridad, según los expertos.
En su última comunicación al respecto, el 6 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta 21 vacunas candidatas que se están evaluando en ensayos clínicos con seres humanos en todo el mundo (frente a once a mediados de junio).
Un tercio de estas pruebas se realiza en China. Este país, donde brotó el SARS-COV-2, virus responsable de la pandemia, quiere ser el primero en ofrecer una vacuna y no duda en multiplicar sus investigaciones para lograrlo.
La mayoría de los ensayos se encuentran en fase 1, es decir, cuando se evalúa la seguridad del producto, o en fase 2, cuando se empieza a analizar su eficacia.
Dos de los estudios están en una fase más avanzada, la 3, donde se mide la eficacia a gran escala. Son el proyecto europeo de la Universidad de Oxford, en cooperación con la firma Astrazeneca, y el proyecto chino del laboratorio Sinovac, en asociación con el instituto de investigación brasileño Butantan.
En este último, el gobierno del estado de Sao Paulo comenzará a probar el 20 de julio la vacuna del laboratorio chino Sinovac en 9.000 voluntarios.
Además de los ensayos que ya se han iniciado, la OMS cuenta 139 proyectos de vacunas candidatas que están en fase preclínica.
¿QUÉ TÉCNICAS? Algunos equipos de científicos trabajan con vacunas clásicas, es decir, las inactivadas, que utilizan la versión muerta del germen que causa una enfermedad, o las llamadas ‘vivas’, que usan una forma debilitada (o atenuada) del germen que causa una dolencia.
También existen las vacunas de subunidades, que utilizan partes específicas del germen, como su proteína, para ofrecer una respuesta inmunitaria.
Las hay también que utilizan otros virus como soporte, lo transforman y lo usan para combatir el que provoca el COVID-19.
Y por último, se exploran otros métodos nuevos muy prometedores, que usan ADN o ARN, las moléculas portadoras
GGG