Historia de herencia, pleito y rencor
El martes sale el libro de la sobrina de Donald Trump; revela luchas y desprecio en la familia
Durante la mayor parte de su vida, Mary L. Trump fue relegada por su propia familia. Su tío, el presidente Donald Trump, menospreció a su padre durante años. El actual mandatario se burlaba de su propio hermano, Fred Trump Jr., un alcohólico que murió cuando Mary Trump era una adolescente.
Su abuelo, Fred Trump padre, odiaba a su madre, a quien culpaba del problema con la bebida que padecía Fred Trump Jr., según constatan documentos judiciales. Su tía, la hermana del presidente, alguna vez acusó a Mary Trump y a su hermano de ser “nietos ausentes” en una declaración legal.
Hasta cuando Mary Trump compartía la Navidad con su familia, a su abuelo le solía molestar lo que consideraba como su naturaleza irrespetuosa.
El estatus de marginada que ostentaba Mary Trump culminó en 1999, cuando Fred Trump padre murió y descubrió que ella y su hermano habían quedado fuera de su testamento, con lo cual los privaron de lo que ellos creían que era su parte legítima de una fortuna de incalculables millones de dólares. La disputa por el testamento empeoró hasta convertirse en una riña legal, cuyos detalles quedaron protegidos bajo un
Mary no tomó en serio el anuncio de la candidatura de su tío a la presidencia.
acuerdo de confidencialidad al que Mary Trump se adhirió durante casi 20 años.
Sin embargo, ahora, la historia de esa lucha —y otras nuevas acusaciones— han salido a la luz con la publicación de la autobiografía de Mary Trump, de la cual The New York Times obtuvo una copia. La obra llega a las librerías el martes.
El libro, junto con varios documentos jurídicos que nunca habían sido divulgados, revela décadas de una saga de avaricia, traición y pleitos internos que exponen lo que Mary Trump ha descrito como un legado familiar de oscuridad y disfuncionalidad.
Donald Trump con su madre Mary Anne y Melania.
El libro plantea una serie de acusaciones a las que Mary Trump retrata como secretos de familia, incluido el de un joven Donald Trump que le pagó a alguien para que tomara el SAT, el examen para ingresar a la universidad. También alega que la hermana de Donald Trump, Maryanne Trump Barry, una exjueza federal, lo consideraba “un payaso” que “no tenía principios” y que la familia Trump había abandonado a Fred
Trump Jr. en un hospital la noche que murió.
INTIMIDACIÓN. Mary Trump, quien es psicóloga clínica, define a su abuelo —el padre del presidente, Fred Trump padre— como un “sociópata” que dañó a sus hijos. Mary Trump concluye que el comportamiento de Fred Trump padre provocó que el presidente adoptara la intimidación y otras conductas agresivas para encubrir sus propias inseguridades.
Mary Trump, de 55 años y residente de Long Island en Nueva York, es la primera persona de su familia que ha decidido separarse del clan al escribir un libro. Ella y su hermano, Fred Trump III son hijos de Fred Trump Jr., el hermano mayor de Donald Trump y Linda Clapp Trump.
Fred Trump Jr. no tuvo la inclinación hacia el negocio familiar inmobiliario, así que Donald Trump asumió el papel del sucesor de su padre. El hermano mayor de la familia Trump se convirtió en piloto y luchaba con su alcoholismo.
En el libro, Mary Trump escribe que su tío Donald observó las burlas de su abuelo hacia su padre, y aprendió a ridiculizar para convertirse en el hijo predilecto de Fred padre y se le unió. Para referirse a la carrera de piloto de Fred Jr., Donald Trump le decía a su hermano: “Papá tiene razón: no eres nada más que un chofer de ómnibus glorificado”.
Fred Jr. se hundió en una espiral descendente. Había intentado comprar una casa, pero no pudo obtener una hipoteca.
“Nuestra familia estaba absolutamente atrapada en ese apartamento en ruinas de Jamaica”, escribió. “A los 29 años, a mi padre se le estaban acabando las cosas que podía perder”. En 1981, Fred Trump Jr. murió de un infarto a la edad de 42 años.
Sus hijos, quienes ya habían recibido 400.000 dólares por cabeza en el fideicomiso de su abuelo, heredaron un 20 por ciento de la participación que le habían otorgado a su padre en edificios de apartamentos de la familia Trump en Brooklyn y Queens, varios terrenos para rentar y otros negocios que producían ingresos.
En 1991, cuando Fred Trump padre modificó su testamento, le dejó 202.000 dólares a cada nieto, incluidos Mary Trump y Fred Trump III. La mayor parte de la fortuna Trump iba a pasar a sus cuatro hijos vivos. Sus otros nietos tuvieron que conformarse con heredar la porción de sus padres en un futuro. Sin embargo, Mary Trump y Fred Trump III —sin saberlo— fueron excluidos de un 20 por ciento del patrimonio de su abuelo que tal vez habrían recibido si su padre hubiese estado vivo.