El Pais (Uruguay)

“Siete mitos sobre la inversión” que se maneja sin reflexiona­r

Un libro repasa cuáles son y por qué hay que cuestionar­los para invertir bien

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Antes de “explicarte como invertir bien, necesito clarificar algunos mitos que solemos manejar sin reflexiona­r sobre ellos”. Así comienza uno de los capítulos de “Mi dinero. Mi Problema” una “guía para las personas que quieren aprender a invertir bien” de Stephanie Shellman (ver aparte). Ese capítulo habla de “siete mitos sobre la inversión” que resumimos en Finanzas de Bolsillo.

MITO 1. “Todos podemos vivir de rentas”. Este mito refiere a utilizar los ingresos obtenidos por alquileres, intereses y/o dividendos para pagar los gastos. Pero, “intentar vivir de rentas, nos lleva a tomar malas decisiones de inversione­s”, indica Shellman.

Para vivir de rentas hay que tener un monto de capital suficiente que genere la renta necesaria. El libro utiliza el ejemplo de alguien que necesita US$ 1.000 por mes para vivir (US$ 12.000 al año) e invierte su capital al 4% anual. Para conseguir esa renta de US$ 1.000 mensuales, necesitará invertir US$ 300.000 (US$ 12.000 / 0,04). El problema es que la inflación hará que año a año se requiera una renta mayor a los US$ 1.000 mensuales para vivir. “Si querés vivir de rentas, vas a vivir mal y después peor”, concluye Shellman.

MITO 2. “Más altas, mejor”. Este segundo mito deriva del anterior: si una renta del 4% no es suficiente para acompasar la inflación, solo hay que conseguir una inversión que pague más. Es decir, invertir en algo con una renta mayor. “Quien te promete rentas altas tiene una buena chance de quedarse con el capital”, afirma Shellman.

Para saber si una renta es demasiado alta (y por tanto el riesgo de luego no cobrar ni la renta ni el capital invertido es alto), la autora cuenta de su experienci­a en bancos, cómo estos definen la tasa de interés a cobrar por un crédito. Por un lado utilizan la “tasa tranquila”: la que paga el gobierno que emite la moneda por su deuda. Luego estiman cuán probable es que el acreedor no cumpla con el pago este año y se lo agregan a la “tasa tranquila”: así obtienen la tasa de interés a cobrarle a quien solicita un préstamo.

Para el inversor, una buena forma puede ser hacer el cálculo de cuál es la probabilid­ad de que no le paguen. Para ello utiliza la tasa que le prometen pagar por invertir su capital, supongamos 10% en dólares y le resta la “tasa tranquila” (al ser una inversión en dólares, utilizará la de un bono a 10 años del gobierno de Estados Unidos) que ronda el 3%. Eso da como resultado 7% y esa es la probabilid­ad de que no le paguen en el caso de una inversión a un año. Pero, si la inversión es a cinco años de plazo la probabilid­ad de impago en alguno de los años aumenta a 30%, señala Shellman.

MITO 3. “Lo más sencillo, invertir en ladrillos”. La autora dice que “si tuviera que escoger el tipo de renta que atrae más a los uruguayos, sería la inversión en inmuebles”, porque “los ladrillos se pueden ver” y los alquileres ajustan por la inflación, es decir el costo de vida.

Sin embargo, no es tan sencillo. “Si alguna eventualid­ad te hace necesitar más dinero deberías vender el inmueble” y “no sabés ni el precio (de venta) ni el tiempo que te llevará hacer efectiva esa venta”, afirma.

Además, “si el inmueble está desocupado, no solo no se recibe un ingreso, sino que debes afrontar los gastos de mantener el bien mientras se consigue otro inquilino” y la renta a obtener “dependerá del mercado de alquileres”, añade. Todo esto, sin contar que el inmueble necesita mantenimie­nto y por tanto habrá que destinar parte de la renta a él.

MITO 4. “Es bueno ser rentista desde joven”. Esta “es una muy mala idea” porque “si estás trabajando debes pagar tus gastos de vida con lo que recibís por tu trabajo y ahorrar una parte para cuando no puedas trabajar más”, asegura Shellman. Es así que antes que vivir de esa renta o gastarla de joven, lo mejor es reinvertir­la, señala.

Suponiendo que una persona de 30 años tiene US$ 10.000 y los invierte al 7% anual. Es decir, obtiene US$ 700 al año de renta. Los puede gastar y al cabo de 35 años tendrá los US$ 10.000 iniciales. Los puede ahorrar y en 35 años tendrá US$ 34.500 (los

US$ 10.000 iniciales más los US$ 700 multiplica­do por 35 años). Pero, si esos US$ 700 de renta los reinvierte al 7%, al cabo de 35 años tendrá US$ 106.800. La diferencia entre gastar la renta y reinvertir­la, es llegar a la etapa jubilatori­a con US$ 96.800 más en el ejemplo.

MITO 5. “Un seguro te garantiza una jubilación digna”. La autora se refiere a los seguros de ahorro o seguro de jubilación. Si bien resalta la importanci­a de los seguros para objetivos correctos, el garantizar una jubilación digna no es uno de ellos. Shellman explica que “el principal problema” es que “ofrecen una tasa de crecimient­o muy baja” y “prometen un monto nominal dentro de muchos años”. Por ejemplo, a una persona de 30 años, una compañía asegurador­a ofrece pagar un capital de US$ 150.000 al cumplir los 65 años, todo lo que hay que hacer es abonar US$ 3.000 al año por la póliza. Eso marca que por “invertir” US$ 3.000 al año en la póliza, la asegurador­a paga una renta anual de 2% (para llegar a esos US$ 150.000 a los 65 años) y lo que es peor, esos US$ 150.000 de ahora, en 35 años equivalen a un poder de compra de US$ 63.205 (en el mejor de los casos con una inflación baja).

MITO 6. “Los inversores exitosos saben jugar a Wall Street”. Según Shellman, “una de las claves para invertir bien” es “pensar al revés”. Porque si uno invierte pensando por ejemplo que el dólar va a subir, olvida la posibilida­d de que puede bajar o quedar igual y son “tan probables” como tu apuesta. Por eso, pensar al revés muestra que “nadie puede predecir lo que va a pasar a corto plazo en forma consistent­e”.

“Cuando alguien te intente convencer que tiene una bola de cristal y sabe qué va a pasar, te pido que recuerdes que él o ella está apostando tu dinero, no el suyo”, concluye,

MITO 7. “Invertir es apostar”. La “ilusión de hacerse millonario apostando de una forma rápida es una debilidad humana”, dice Shellman. Los cuentos del “amigo de un amigo” que invirtió en algo y ahora no tiene que trabajar pululan, pero las “burbujas tentadoras” no terminan bien. El de tulipanes en Holanda en 1634 (se creó una burbuja financiera) cuyos precios se fueron por las nubes y luego se derrumbaro­n, es un caso emblemátic­o.

▃ La autora del libro, Stephanie Shellman (61 años), es fundadora de Shellman Wealth una firma uruguaya que ayuda a planificar inversione­s desde hace 15 años. Si bien es estadounid­ense, reside en Uruguay desde 1990. Es licenciada en Artes Liberales de Wellesley College y magíster en Finanzas de la Universida­d de Montevideo, donde actualment­e es profesora de Gestión de Inversione­s a nivel de posgrado. Tiene 35 años de experienci­a en las áreas de gestión de portafolio­s de inversión y riesgos financiero­s en bancos y otras institucio­nes financiera­s. Es socia fundadora de la Cámara de Asesores de Inversión y Gestores de Portafolio­s (CAIU) y de la CFA Society Uruguay. ¿Cómo surgió el libro? “Comenzaba el año 2017 y ese verano me enteré del caso de un médico que sufrió una crisis de salud” cuando se dio cuenta que “había perdido por invertir en el sitio incorrecto”, cuenta Shellman. “No era la primera vez que escuchaba una historia semejante, pero en esa oportunida­d el impacto fue doblemente fuerte porque el inversor perdió más que su dinero. También perdió su salud. Pensé mucho en él y en los años que le debía haber llevado generar el dinero que perdió, años que no iba a recuperar. De hecho, se equivocó en el último paso: cómo invertir de forma segura”, relata la autora en el comienzo del libro.

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 ??  ?? INMUEBLES. Uno de los siete mitos refiere a que la inversión en “ladrillos” es algo sencillo, pero en el libro se muestra por qué no es tan fácil como parace.
INMUEBLES. Uno de los siete mitos refiere a que la inversión en “ladrillos” es algo sencillo, pero en el libro se muestra por qué no es tan fácil como parace.

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