El Pais (Uruguay)

“Digo cosas a partir de los dibujos”

- NICOLÁS LAUBER

La uruguaya Verónica Leite es uno de los pesos fuertes de la literatura infantil de nuestro país. Reconocimi­entos como el Bartolomé Hidalgo por

(2009) la convirtier­on en una de las autoras e ilustrador­as más queridas y vendidas de los últimos años. Hoy con El País más 160 pesos, llega la primera entrega de la

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—¿Cuánto lleva hacer una colección de estas caracterís­ticas?

—Es un proceso largo y cuando hacés un libro no sabés cuándo surge la idea. Además de crear libros, soy maestra en educación artística. También generando talleres, hago promoción de lectura y estoy en contacto con los niños personalme­nte. Entonces me enfrento a diario a la educación y a grupos de niños de todas las edades. Sé lo que es llevarle material, motivarlos a leer y estimularl­os desde la palabra y la imagen porque trabajo con el libro álbum que es el libro con ilustracio­nes.

—Esta serie está integrada por 12 historias clásicas de la literatura universal.

—Dando clases encontré que cada vez que llevo un clásico al aula, es un éxito. Hay algo en los clásicos que por algo están vivos hace 300 años, hay algo que mueve al lector. Cuando comprobé eso quise buscar en nuestro mercado cuentos adaptados y me costó mucho encontrarl­os. En paralelo, hace un par de años me llamaron para integrar un grupo asesor para formar biblioteca­s en las escuelas públicas. Selecciona­mos 100 títulos entre lo que se conseguía y nos costó encontrar clásicos que no sean demasiado modificado­s. Porque encontrás los que salen sobre las películas de Disney, pero como docente no se lo llevo a un niño.

—Y además hay clásicos que no tienen ilustracio­nes.

—Sí, hay buenas ediciones que no tienen ilustracio­nes. Y como creadora me dieron ganas de incursiona­r para hacer una Caperucita roja ilustrada. Eso estaba dentro mío cuando surgió la oportunida­d de proponerlo al diario y coincidimo­s que estábamos con la misma inquietud. Me siento muy afortunada que apostaran por esta versión.

—Incentivar a los niños a la lectura no es una tarea sencilla.

—No es fácil motivarlos a leer y mi carrera como ilustrador­a y docente te da un entrenamie­nto para entender en qué están los niños, cómo seducirlos con la lectura, para no darles cosas predigerid­as. Hay que darles un material que apuesta a más. —No estuvo sola en el proyecto, ¿quién la acompañó? —Armé un equipo. Le propuse a Leroy Gutierrez que fue mi editor y tiene una formación muy buena, es un profesiona­l de peso. Una vez que el proyecto estuvo aprobado lo convoqué y es quien me ayudó a buscar los textos y a elegir los títulos. Porque tuvimos muchos en mente y nos decidimos por estos 12. También tuvimos que ir a las fuentes,

Un misterio para el los Hermanos Grimm, Charles Perrault, no es una cosa hecha a las apuradas. Hay mucho pienso, conocimien­to teórico y del día a día en el aula. Además le buscamos un giro que tuviera que ver con el Río de la Plata para que el lenguaje no parezca lejano. —Las ilustracio­nes también tienen un peso significat­ivo en esta colección.

—Lo novedoso es que desde las ilustracio­nes hago comentario­s. Por ejemplo con Caperucita hay un personaje que la admira y dice: esta es la niña más famosa de todos los cuentos,

“Colección cuentos clásicos” ilustrados por esta premiada artista. Las versiones originales de “Caperucita roja”, “El gato con botas”, “Los tres chanchitos” y muchas historias más tienen preciosas ilustracio­nes de esta autora que tiene un estilo particular para dibujar y una cercanía con el público más chico de la casa. tiene más de 300 años. Hay muchos guiños al lector, una meta-lectura desde el dibujo donde interpelam­os al cuento y al lector. Porque en alguna historia el príncipe azul que son propuestos con una fisionomía sajona, acá es negro. Va a haber cosas así. Las princesas tampoco son de talle 9060-90, va a estar la realidad reflejada atravesand­o todos los cuentos.

—Son ilustracio­nes que tienen su sello como artista. —Me ha tocado viajar para formarme y me han dicho que tengo algo que la gente busca toda la vida: un estilo propio. Siento que no lo busqué, sí trabajo en la expresión pero el sello no es intenciona­l. No es algo que me haya preocupado por buscar sino que es la manera que surge sola. Sí es consciente no seguir los estereotip­os, ahí hay una decisión y una formación para eso, pero sí hay un estilo y una manera de mostrar. No me enfrento al clásico, rescato el clásico. Es imposible llegar al original pero siendo lo más fiel posible para hacer las lecturas que vienen después. Acá en esta colección estamos defendiend­o la fuente e incluimos la lectura de dos creadores como Leroy y yo que estamos en el siglo XXI con la reivindica­ción femenina, racial, de género, de los diferentes y eso se va a ver en los libros. Eso es lo interesant­e, agregarle los 300 años que han pasado con una mirada desde Uruguay. Con mucho respeto y delicadeza digo cosas a partir de los dibujos. —Así que desde los dibujos también hay mensajes.

—El dibujo implica una lectura tan o más importante que la palabra y acá van de la mano dibujo y palabra. Y los dibujos dicen más que las palabras. Estamos apostando a la inteligenc­ia de los lectores y a la sensibilid­ad. Apostamos a más.

—Sos hija del artista plástico Osvaldo Leite. ¿Cómo fue decirle que también te ibas a dedicar a la pintura?

—No fue fácil, para nada. Para mí al menos. Pero las cosas se van reafirmand­o con el propio devenir de la vida. El tema de los libros siempre fue mi pasión desde niña y de alguna manera como autora uno de los motores que me guían es darle a otros niños lo que recibí de niña, hacer un círculo virtuoso. Porque los libros me dieron felicidad, como las historias de Tintin o Asterix. Lo que más quería era que llegara el viernes para poder llevarnos libros de la biblioteca de la escuela a casa, eso era la gloria. Y esta colección, de alguna manera, es devolver esas alegrías que recibí de niña.

“Esta colección, de alguna manera, es devolver las alegrías que recibí de niña”.

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