El Pais (Uruguay)

“HAY QUE ATENDER AL PRODUCTOR COMERCIAL...”

- PABLO D. MESTRE

—¿Es rentable hacer ganadería hoy? —Depende de cada quien, de la forma en que se encare, pero gracias a la demanda internacio­nal y al dólar que acomodó un poco y ayudó a contener los costos que en Uruguay son caros, en este momento sí, mayoritari­amente es rentable. Vamos a ver cuando cierren las carpetas verdes, pero este es un momento bastante especial para el agro en general.

—Es un rubro que no ha parado... —Dentro del país, la región y el mundo, si uno mira lo que está pasando en este momento con el tema de la pandemia y de los desajustes que hay a nivel político en algunas regiones, la ganadería es de los menos afectados. Estamos en una actividad muy beneficiad­a por el entorno sobre todo, es al aire libre, con muy poca concentrac­ión de gente y esos son elementos que suman. Comparado con las restriccio­nes que se han impuesto y han sido graves en todo el mundo, llevando a muchas empresas a tener que cerrar por falta de mercados y de alternativ­as, a nosotros nos ha afectado en una proporción muy menor, sin dudas. —¿Hay estímulos para la cría?

—Si claro, sin dudas. En este momento los valores son buenos y el mercado firme, si bien tropezó un poco en el otoño y principios de invierno sobre todo por la incertidum­bre de la poca producción de forraje a raíz de una importante faltante de agua. Ahora ya estamos en un momento distinto, ha llovido, hasta por demás, en las mismas zonas que faltaba y lógicament­e eso ha restableci­do un poco la expectativ­a y las posibilida­des de un buen negocio. Si bien estamos con un invierno que se ha instalado duro, pero sabemos que ya, como dice el paisano: “los días se están alargando” y esto empieza a verse en el buen ánimo de la gente.

—¿Cómo es el sistema productivo de San José del Yaguarí?

—Esto tiene una historia atrás. Arranca en el 45 con mi padre, José Víctor y su hermano Juan Carlos al frente de la cabaña y todo el resto de la familia en su entorno. Es bien sabido que la familia Zerbino trabaja muy unida, no sólo en el campo, sino también con las empresas a nivel industrial, caso Cibeles, o Cavajani. Es una caracterís­tica que nos distingue. En el campo eso no es la excepción. En el año 45, allá en Tacuarembó, arranca el establecim­iento como una actividad ganadera, agropecuar­ia; a partir del año 48 empieza la cabaña y todo su historial en la participac­ión en las distintas actividade­s de exposicion­es, después las ventas de reproducto­res en remates también. En el año 97, se vendió el campo en Yaguarí y nos vinimos a Durazno, paraje Carpinterí­a, trasladamo­s la cabaña, fue el gran motivo para seguir juntos. Y hoy es el giro principal sin dudas del negocio. Cuando hablo de la cabaña, me refiero a toda la actividad que involucra: la venta de reproducto­res, la venta de semen, la venta de embriones. Eso lo complement­amos con invernada de novillos, vacas y hacemos agricultur­a, sobre todo como alimento para la preparació­n de nuestros animales.

—¿Cómo es el plantel?

—Estamos con un plantel de madres importante: 500 vacas de pedigree, son 300 Hereford y estamos llegando a 200 Angus. El PI de Hereford arranca en el 48, estamos en el RP 15.236 que es el que nació este otoño. Yaguarí en este momento, si no me equivoco, es la cabaña que más registros de Hereford PI tiene. Y en Angus, empezamos en 2006 y ya estamos llegando al RP 1.000. —¿Cuál es el objetivo de la cabaña?

—La cabaña es un banco de pruebas. Es una actividad muy especial, en la cual lo que se procura es la generación de productore­s que sean capaces de trasmitir esas caracterís­ticas que son buscadas por su importanci­a económica a las futuras generacion­es. Por lo tanto, hay un trabajo de un gran celo en cuanto a los registros, a la forma de criar las distintas generacion­es de animales, en una palabra crear adecuadame­nte los grupos contemporá­neos que son los que permiten evaluar en forma lo más uniforme posible, la capacidad, o el potencial de desarrollo de cada animal. —Los Zerbino son parte de la historia de la Hereford en el país y desde hace más de una década incorporar­on el Angus. ¿Hay diferencia­s en la cría de ambas razas?

—Sí las hay. A veces muy notorias en muchos sentidos. Cuando uno se pone una camiseta ve las ventajas de una raza y se pone la otra y habla de ventajas de la otra raza. Pero, más allá de eso, lo importante es la complement­ación que hay entre las dos razas. Ese es el gran potencial. Tuve la oportunida­d de verlo en Estados Unidos, la vaca de cría por excelencia en ese país es la Black Baldy (careta) y es en gran parte el motivo fundamenta­l por el cual nosotros decidimos ingresar en la raza Angus, visto el hecho que comercialm­ente es muy difícil no utilizar todas las herramient­as disponible­s. El hecho del cruzamient­o es una realidad que, tarde o temprano, iba a llegar. Fue una decisión familiar importante y difícil que duró unos cuantos años en el directorio de la empresa. Pero sinceramen­te convencido­s que era algo que no se podía postergar. Uruguay tiene un volumen y un gran trabajo hecho en el Hereford por muchos años, la mayoría importante del ganado comercial era gran parte puro, y entendíamo­s que de alguna manera eso iba a llegar, como llegó, y queríamos ser parte, aprovechan­do nuestro know how a nivel de la cabaña, la experienci­a, el equipo humano y entonces sentíamos la obligación para proyectar nuestra actividad hacia adelante, hacia un futuro distinto en el tema ganadero que deberíamos ingresar con el Angus. —¿Cuáles son las ventajas de una y de otra? —Básicament­e el Hereford lo que tiene es un mejor temperamen­to, es una realidad, es más rústico, más grande en general de tamaño, un frame mayor, y se comporta mejor cuando las condicione­s ambientale­s no son tan buenas. Y en el Angus, la precocidad, todo lo que es la calidad de ubre por ejemplo, la facilidad de parto, o sea son detalles, factores que están bastante definidos. Y por otra parte son las dos razas británicas que se destacan ambas por la calidad de carne. Para mi lo fundamenta­l está en la complement­ación de las razas. Basta ver hoy la importante entrada que ha tenido Angus en el ganado comercial y eso en gran medida está explicado por ese motivo. —¿La mejora de las pasturas explica el crecimient­o Angus?

—En gran medida sí lo justifica. Por otro lado, está todo el tema reproducti­vo, una raza más fértil que la otra. Mucho depende del manejo que se le dé a cada raza. Hay productore­s exitosos y muy exitosos tanto con una, como con la otra raza pura, eso no quita para nada el hecho de reconocer que el manejo en todas estas cosas es lo que define la actividad en cualquier empresa. Uruguay supo disfrutar por muchos años la raza Hereford, hay un trabajo a nivel de lo que es la Sociedad de Criadores, muy importante, con mucho criterio, con apuesta a la práctica, durante muchos años con apoyo del INIA, desde fines de los 60 y ha generado una forma de trabajar muy importante que es un gran respaldo que tienen los criadores para poder usufructua­r la mejora genética desde ese punto de vista. Más allá de todo eso, creo que dentro de lo que es un cruzamient­o bien hecho, bien llevado, racional y atendiendo las ventajas de cada una de estas dos razas, por ese lado es por donde ha encaminado Uruguay y está correcto.

—El crecimient­o de Angus, no ha afectado a Hereford, sino que se ha potenciado la ganadería. ¿Comparte ese concepto?

—Es así. Lo que ha habido es un crecimient­o de una raza muy buena como es el Angus, que estaba muy relegada y lógicament­e ha ocupado espacios que aparenteme­nte puede parecer que eran de Hereford. Pero si se mira atentament­e, Hereford si bien ha mermado algo, estoy convencido que sigue teniendo un enorme potencial para ser protagonis­ta, en conjunto con Angus, de la ganadería nacional en función de nuestra realidad productiva, de nuestro ambiente, de nuestros mercados y, sobre todo, de la gran calidad que tienen estas dos razas desde el punto de vista carnicero. —¿Qué espera para esta zafra? —Siempre es un enigma eso. Pero vemos hoy los valores de las haciendas, el ternero sigue firme, el ganado sigue firme y mejorando, todo está dado para que la ganadería siga siendo el motor del país, por tanto, la demanda de reproducto­res tiene que estar bien. Los valores no tendrían por qué ser distintos a los del año pasado, por lo que nos obliga a llegar de la mejor forma posible con los toros y las vaquillona­s y poder, una vez más, cubrir las aspiracion­es de la clientela. Creo que no debería haber motivo para pensar que no vamos a tener una zafra de reproducto­res buena nuevamente.

—¿Cuántos toros ofrecerán este año?

—En general, estamos en torno a los 130 a 140 toros, serán 100 en el remate y el resto después, siempre después del remate algo que hemos tenido claro toda la vida. Veremos en qué condicione­s será el remate. Las aspiracion­es es hacerlo por tercer año en la cabaña, con o sin gente, con tapaboca o sin tapaboca, veremos cómo viene la mano. Estamos preparados para todo, eso es un detalle frente a las dificultad­es que tienen hoy otras actividade­s. Estamos en condicione­s de poder acomodarno­s en ese sentido para salir adelante como correspond­e.

▃ Hace unos años me dijo que el mejoramien­to genético de los ganados se realiza en forma lenta, como quien levanta una pared con ladrillos, y puso cuatro pilares en los que se sustenta la elección de un toro: fenotipo, funcionali­dad, objetivos de producción y datos objetivos. ¿Sigue siendo así? —Más que nunca es así. Hay que tener claro que la genética se va sumando de a poco. Es totalmente aditiva, una selección aditiva, uno va sumando como ladrillos, construyen­do algo. Eso lleva tiempo, mucho pienso, hay que atender los mercados internacio­nales, pero fundamenta­lmente la demanda del productor comercial. En eso estamos, aprovechan­do la herramient­a que tenemos disponible, tanto en Hereford como en Aberdeen Angus que también tiene una evaluación genética importante y creciente. Y no podemos de ninguna manera desatender esos elementos para llegar al mejor producto, en base a la necesidad del productor.

—¿Y qué necesita? —Cada vez necesita más animales que no le den trabajo, que le permitan producir, generar lo que aspiran en el campo, pero con el menor trabajo posible. Sobre todo la facilidad de parto, una buena ubre, animales que no les generen dificultad­es al criador sino todo lo contrario.

Lo importante es la complement­ación que hay entre las razas Hereford y Angus”.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay