El Pais (Uruguay)

Vivir para trabajar y otras risas irónicas

El colectivo Casa de Balneario dibuja sobre los esfuerzos que se hacen para conquistar esos sueños que quedan truncos para la mayoría

- MARÍA DE LOS ÁNGELES ORFILA

Montevideo es todavía “una ciudad bastante virgen” para Germán Di Pierro. El muralismo ha ganado muchos espacios pero otras intervenci­ones, como las pegatinas, todavía tienen que pelear por destacarse entre lo que verdaderam­ente enchastra las paredes como los grafitis sin sentido. Solo hay tres proyectos con continuida­d: los dibujos del colectivo Casa de Balneario –Di Pierro es su dibujante–, los de Nudehead y las tumbas de Untonga.

“Es un desafío pegar porque el público no está acostumbra­do. Te dirigís a un público que lo toma como vandalismo o un acto delictivo y no como la propuesta artística que es. Te ponen al mismo nivel de un ‘Peñarol puto’ escrito en una pared”, comentó el artista.

Germán Di Pierro no tiene formación profesiona­l en ilustració­n, pero sus dibujos se ven por toda la ciudad. Recién a los 20 años empezó a dibujar con solo una idea: “Reírme de mí mismo”. Se reía del esfuerzo, propio o ajeno, para mantener dos trabajos, pagar un alquiler y dejar de lado gustos o aficiones porque no se lo permitía el presupuest­o. ¿A quién no le pasa lo mismo?

Años después, en 2017, junto a dos amigos, formó Casa de Balneario para que las risas se compartier­an entre tres: él, Martín y Luther. Casa de Balneario no es su seudónimo, sino el nombre del colectivo, si bien es Di Pierro quien maneja los trazos sobre el papel.

“Empezamos a hacer chistes con lo que nos pasaba; todo de manera muy improvisad­a. A veces copiábamos cosas que nos gustaban; lo que nos daba la gana. Empezamos con stickers que pegábamos en las columnas o en las paradas de ómnibus. Ahí apareció el primer tema que se hizo permanente: el trabajo”, relató el artista.

Las vicisitude­s de tener “dos trabajos” es una línea que Casa de Balneario explota hasta el presente, al igual que el consumismo y el alquiler o el sueño de la casa propia. Algunas de las piezas que se ven por las calles son, aunque exageradas, algo sumamente cotidiano: un dibujo de una pareja que dice “A Pedro y Lucía les gusta bailar… entre un trabajo y otro”; un rostro acompañado por un “¡Felicítenm­e!, tengo dos trabajos” o una batería sin músico sobre la que se lee: “Tocaría mejor la batería si no tuviera dos trabajos”.

Di Pierro explicó así las motivacion­es del colectivo: “Las frases que estamos exponiendo valen la pena ser leídas. El humor, la ironía y la hipérbole están muy presentes; a veces en la imagen y a veces en la frase”. Y así, como comenzaron a reírse de sí mismos y de su cotidianid­ad, siguieron adelante para reírse de la realidad de una comunidad mayor con la intención de quitarle, aunque sea un poco, la carga estresante. “Son formas de humor para desdramati­zar”, afirmó.

Los autos, los celulares y los inmuebles son los motivos que más se repiten en las hojas A4 en blanco y negro que Germán dibuja y que deja pegadas por la ciudad junto a Martín y Luther. Muy pocas tienen color. Si lo tienen, estos son fuertes, flúo, y combinan dos técnicas: la pegatina y el esténcil. Aunque, si es por elegir, Di Pierro prefiere “la estética de la fotocopia”, la impresión común en la que “el negro no queda tan negro”.

Aquellos objetos funcionan como “símbolos o elementos caracterís­ticos del mundo del consumo”; así que son retratados con leyendas como “¿es un sueño?, ¿o soy el dueño?”, o “¿dueño se nace o se hace?”, o un directo “te merecés lo mejor, ¡pagalo!” Una de las pegatinas más conocidas de Casa de Balneario es una de las primeras: “Soy más feliz con lentes caros”. Es la que figura como foto de perfil en Instagram (@casadebaln­eario), el que tiene casi ocho mil seguidores. Para Di Pierro, resume el pensamient­o del colectivo, al igual que el otro dibujo que dice “Aprovechá el día, trabajá”.

Lo que está detrás de cada dibujo –de individuos que duermen poco porque trabajan muchas horas o de otros que lavan el uniforme en su día libre o incluso se lo piden para hacer esta tarea o aquellos que usan prismático­s para encontrar algún alquiler barato– se resume para Di Pierro en la búsqueda de la felicidad. “Es un absurdo tener dos trabajos para tener más cosas y consumir más. En el fondo, Casa de Balneario habla de qué nos impide ser felices; habla de en qué medida el multiemple­o, el precio de los alquileres y el consumismo nos aleja de la felicidad”, comentó el dibujante.

Casa de Balneario, además de las pegatinas, también produce GIFS (para una comunicaci­ón digital por fuera de la intervenci­ón urbana) y fanzines con sus diseños. Estos últimos son vendidos en algunas librerías y ferias. Hay tres tipos: relatos gráficos (al estilo de un cómic) que Di Pierro considera “parábolas sobre el trabajo y el consumismo”; relatos ilustrados y recopilaci­ones temáticas de dibujos.

Con todo, Di Pierro y Casa de Balneario han sabido sacarle sonrisas a los problemas, reales y algunos autoimpues­tos, en los últimos años. La ironía y el ridículo son dos armas al mismo nivel que la tinta negra y el pegamento. Y dejan pensando con uno de sus afiches: “¿Sos feliz o te hacés?”

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SÍMBOLOS. El multiemple­o, el alquiler y el consumismo son los temas recurrente­s.
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RECURSOS. La ironía y la hipérbole son dos recursos que se destacan en las pegatinas.
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NARRATIVA. Casa de Balneario publica varias pegatinas que, juntas, forman una historia.

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