Doctor Zoom
Desde que el COVID19 llegó a Uruguay a mediados de marzo pasado hasta hoy, el expresidente Tabaré Vázquez no solo ha abandonado el profundo y prolongado silencio que caracterizó su último lustro en el poder sino que, súbitamente, ha recuperado las ganas de hacer política.
Una semana sí y la otra también, en extensos monólogos que comparte invariablemente con una platea de aptos poco interesados en cuestionar cualquier cosa que se diga, el exmandatario habla de todo. Ya no reclama más, como lo hiciera en marzo, una cuarentena general obligatoria y un confinamiento “a la Argentina” (de la que nos salvamos…), pero sí que se aumente fuertemente el gasto social para atender la situación de los miles y miles de damnificados por la crisis económica derivada de la emergencia social.
Lo que Vázquez reclama lo están haciendo muchos países en el mundo. Algunos con recursos propios, porque tenían bajo control la situación fiscal y guardaron en tiempos de bonanza para poder asistir a sus ciudadanos en horas de crisis. Otros, como Argentina, emitiendo dinero de manera descontrolada, repartiendo más y más subsidios, llevando a que nueve de cada diez personas ya dependan del Estado y generando las condiciones para un estallido inflacionario que, todos los analistas, ya vaticinan.
¿Y Uruguay? ¿Qué país recibió el actual gobierno de manos de la administración del doctor Vázquez?
¿Vázquez no recuerda que, sin haber tenido que enfrentar pandemia alguna, entregó un país con más de cinco puntos de déficit y un desempleo que ya rozaba el diez por ciento?
¿Vázquez no ve o prefiere no ver que a los diez días de declarada la emergencia sanitaria en Uruguay, y mientras él exigía que se confinara a toda la población vaya uno a saber por cuánto tiempo, miles y miles de uruguayos ya hacían fila frente a ollas populares? Esa gente, doctor Vázquez, ya vivía en su gobierno de la informalidad o de la changa. Usted y su ministro Ernesto Murro mostraban una cosa. Pero la realidad era bien diferente. Por eso, al primer cimbronazo esos uruguayos cayeron en la pobreza o directamente en la indigencia. Se quedaron sin un plato de comida. Y muchos, en la calle. ¿Y entonces? ¿De verdad cree que tiene autoridad para dar cátedra por Zoom de cómo atender las necesidades de los que menos tienen, de los que más están sufriendo, de los que en mayor medida requieren del apoyo del Estado?
¿No se da cuenta que fue su administración la que dejó a ese Estado sin un peso?
¿No se arrepiente ahora de no haber aumentado las tarifas públicas en enero pasado, como lo hizo todos los años? ¿Cuántos más recursos tendría el Estado hoy si usted hubiera hecho lo que debía hacer y lo que siempre había hecho, en lugar de tener un gesto revanchista para afectar las arcas de la nueva administración?
¿Dónde está, doctor Vázquez, su autocrítica? ¿Dónde está su mea culpa?
Quizá el día en que el expresidente acepte dar entrevistas a periodistas independientes, o utilizar Zoom para hacer conferencias de prensa abiertas en lugar de monólogos con aplaudidores, algunas de estas preguntas encuentren una respuesta.