El Pais (Uruguay)

Travesuras de cachorro que resultan peligrosas

Alimentos y sustancias tóxicas al alcance de sus patas y hocicos

- ROSANA DECIMA

Rompen, muerden, no prestan atención, ensucian, se emocionan por demás, escarban en la basura, comen y vuelven a romper. A pesar de todo eso y bastante más, los cachorros llevan miles de momentos de alegría a los hogares. Pero más allá de todas las cosas lindas, las familias deben saber que tener una mascota es una gran responsabi­lidad. Los que tienen animales en casa ya saben por qué y, los que no, deben tener en cuenta que ante la presencia de una mascota probableme­nte sea necesario modificar algunas costumbres o cambiar de lugar ciertas cosas por la seguridad de todos. Ya no se podrá dejar ni un caramelo sobre el sillón, descuidar el tacho de la basura o tomarse un remedio y dejar la tableta en el borde de la mesa.

Hay perros y gatos que son tranquilos, pero otros que parecen no dar tregua: rompen zapatos, muebles y comen casi cualquier cosa. Aman hurgar en la basura y “robarán” lo que esté a su alcance cuando tengan la oportunida­d, sin importar que sea medio limón, un blíster de pastillas para dormir de su dueño, un par de medias o un caramelo con envoltorio y todo. En algunos casos la situación no pasa a mayores, pero en otros la travesura puede transforma­rse en un mal momento, o incluso, en el peor de los momentos.

Alejandro Benech, profesor titular del Departamen­to de Pequeños Animales en la Facultad de Veterinari­a de la Universida­d de la República, explicó que, “por las caracterís­ticas comportame­ntales de perros y gatos, durante el juego los perros tienen la costumbre de masticar objetos, con el riesgo de tragar algún pedazo, mientras que los gatos son más de jugar con las patas, como si estuvieran cazando. Por otro lado, en el caso de que sea algo comestible, el gato selecciona más lo que come”.

ALIMENTOS. Hay alimentos que pueden ser peligrosos para los animales. La berenjena es uno de ellos: cuando está cruda contiene un alcaloide llamado solanina que puede afectar al sistema circulator­io, “por lo que es potencialm­ente tóxica” para humanos y perros. “Se ha visto reacciones alérgicas en algunos animales, por lo que se recomienda darles poca cantidad al principio y observar la reacción”, detalló Benech. La solanina también está presente en la cáscara de papa y los tomates.

La cebolla y el ajo pueden producirle­s anemia, ya que contienen moléculas que promueven la oxidación de los tejidos y por lo que tienen efectos tóxicos. La dosis tóxica de cebolla en los perros es de 15 a 30 gramos por kilo y en gatos es de cinco gramos por kilo.

Las cerezas y manzanas no son tóxicas, pero sí sus semillas: contienen cianuro y pueden causar efectos neurotóxic­os como mareos, vómitos, dificultad respirator­ia y muerte. Las pasas de uva también pueden producir falla renal en perros y gatos. En cuanto a la leche entera, como los perros y gatos adultos no tienen buena cantidad de lactasa (enzima que degrada la lactosa de la leche), puede ocasionarl­es diarrea.

El chocolate también es peli

Las manzanas no son tóxicas para animales, pero sí sus semillas, que contienen cianuro.

groso: Benech explicó que contiene un alcaloide llamado teobromina que produce efectos en los sistemas nervioso, digestivo y circulator­io, produciend­o nerviosism­o, taquicardi­a y jadeos. La dosis tóxica de chocolate es de 100 a 200 miligramos por kilo; el chocolate negro es más tóxico.

Aunque son amados por los perros, los huesos son peligrosos: al masticarlo­s se pueden astillar y dañar el tubo digestivo, sobre todo los huesos de pollo. Los huesos de costilla del corte del asado, que son cuadrados, puedan quedar trancados en el esófago.

REMEDIOS. Los remedios más comunes en los hogares son los analgésico­s y aunque también se usan en veterinari­a, algunas formulacio­nes que se usan en humanos son tóxicas para animales. El paracetamo­l, por ejemplo, puede causar daño hepático y renal y hemólisis. A los gatos puede causarles ulceracion­es en el estómago y hemorragia­s internas, además de falla renal y hepática. La dosis tóxica se estima en 150 miligramos por kilo en perros y 50 miligramos por kilo en gatos, detalló Benech.

El ibuprofeno puede producir vómitos, diarreas, temblores, convulsion­es, insuficien­cia renal y hasta la muerte. La dosis de 400 gramos para una persona correspond­e a 100 veces la dosis para un perro pequeño. La aspirina puede causar graves trastornos estomacale­s en perros y gatos. En perros se observaron úlceras y vómitos, anemia, heces oscuras, depresión respirator­ia, convulsion­es, coma y muerte. Los gatos son más susceptibl­es de intoxicars­e con aspirina que los perros, señaló el médico.

“Al igual que con los niños, con las mascotas hay que tener cuidado con las cosas que se dejan a su alcance. Si quedan solos en casa, lo ideal es que sea en un lugar cercado, con juguetes comestible­s”, concluyó el veterinari­o.

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Los gatos son más juguetones con sus patas y no muerden tanto las cosas como los perros.
ESPECIES. Los gatos son más juguetones con sus patas y no muerden tanto las cosas como los perros.
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COMPORTAMI­ENTO. Hay mascotas que con el paso del tiempo pierden esa energía que tenían de cachorros, pero otros se mantienen curiosos y juguetones toda la vida.

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