El Pais (Uruguay)

CATALINA DE PALLEJA

La cocinera habla de televisión y su primer libro ,yaen librerías

- NICOLÁS LAUBER

—Es tu primer libro y ya va por la segunda edición, ¿qué se siente? —Va por la segunda edición y bordeando la tercera, te digo a modo de primicia. Ha sido imponente y estoy feliz porque no esperaba esta repercusió­n. Uno siempre espera que le vaya bien, hacés el libro con cierta ilusión pero le ha ido tan bien, tan rápido que me está costando caer.

—A la televisión llegaste de casualidad hace varios años.

—Sí, de casualidad.

—¿Siempre pensaste en ir a buscar la oportunida­d en la pantalla? —No, hacer televisión nunca había sido un objetivo o algo a lo que pensara dedicarme. La propuesta de hacer televisión vino a mí y me dije: voy a probar. Ahí me di cuenta que me encantaba la parte de hacer comunicaci­ón y poder unirlo a la nutrición. Ahí encontré lo que me gustaba: la educación nutriciona­l, que es parte de mi carrera. Sabía que me gustaba, pero de ahí a pensar que por hacer televisión podía encontrar una herramient­a, no lo pensé nunca.

—¿Cómo fue hacer este libro de recetas?

—Pasó lo mismo. Cuando sos cocinero es algo obvio hacer un libro para el resto de la gente, menos para el cocinero. Al menos me pasó a mí. Pensaba estoy en un programa que sale en vivo a diario, estoy expuesta en un canal, ¿quién va a querer un libro? Pero la gente me lo empezó a pedir. Eso fue generando la inquietud y cuando la gente de Editorial Planeta me hace la propuesta formal dije: sí, vamos a hacerlo. Después todo fue cuestión de tiempo y trabajo. —Segurament­e la elección de las recetas llevó tiempo, pero ¿qué fue lo más complicado de hacer?

—Sí, la selección de las recetas fue lo más difícil. Tenía recetas como para hacer una encicloped­ia, entonces tuve que ajustar y tratar de equilibrar los tipos de preparacio­nes. Después, lo que me dio más trabajo fue la producción y las fotos. Por suerte las fotos las hizo Lucía Carriquiry quien vino a mi casa donde hice todas las recetas. En conjunto salieron las fotos que tienen su genialidad, respetando lo que quería mostrar de cada preparació­n. Ella con su arte y su talento lo llevó a la realidad.

—¿Cuánto te involucras­te en el proceso en general?

—Al mil por ciento. El diseño fue algo que la editorial me propuso y me encantó, como las páginas con colores. Nunca me lo había imaginado así, y cuando lo vi me encantó. Sobre las fotos, son las preparacio­nes reales sin food styling ni nada, porque así queríamos que se viera, con los posibles defectos del plato.

—¿Siempre pensaste en dedicarte a la nutrición?

—Que iba a hacer algo en la rama de las ciencias biológicas, siempre estuve segura. En un momento me plantee hacer medicina, pero se me hizo largo y pensando en la rama de la medicina surgió nutrición. Aunque nutrición, cuando hice la carrera no estaba en boga como ahora. En ese momento fue una búsqueda que tuve que hacer y me la jugué. Después, como en todas las carreras hay distintas posibilida­des de acción y ahí me di cuenta que la parte clínica no era lo mío. —Lo tuyo era más la educación y la comunicaci­ón.

—Sí, y ahí surge hacer tele y pude unir esas dos cosas. Igual trabajé en el área clínica, fue el derecho de piso a pagar cuando no tenés muy claro qué querés hacer.

—En las redes sociales la gente te escribe, te consulta por alguna receta, ¿consume mucho tiempo responder los mensajes?

—Si, estoy re pendiente, porque la forma que tenga sentido lo que hago en redes, es si hay una reciprocid­ad. Es la forma de cerrar el círculo, y si hago un pastel de lentejas en el programa lo publico. Y si después la gente me pregunta porque le surge una cuestión y no le respondo, queda ahí la duda. Por eso le doy importanci­a y eso me lleva mucho tiempo. Le dedico tiempo pero lo voy mechando con otras actividade­s. En el correr del día hago varias cosas y trato de contestar. Es como un trabajo más. —Con Coco Echague tenés un ida y vuelta divertido en Desayunos informales. ¿Eso surge natural?

—Sí. El no saber qué va a pasar me divierte mucho porque me deja manejar la espontanei­dad fluidament­e, como a ellos también. —¿Esa espontanei­dad siempre la tuviste o la fuiste cultivando?

—Sí, me sale ser espontánea, extroverti­da no. Ser espontánea juega a favor, al menos a mí. Prefiero la espontanei­dad a estar guionada, porque me tranco, me limita un montón. Hay personas que prefieren tener el respaldo de un guion. Prefiero ver qué pasa en el momento.

“Hacer televisión nunca había sido un objetivo o algo a lo que pensara dedicarme”,

“La forma que tenga sentido lo que hago en redes, es si hay una reciprocid­ad”.

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